Capítulo 1 - ¿Verdad o Mentira?

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1 años después.


Las puertas se la estación policial se abrieron de golpe y apareció Joseph Murray.

—¿Cuál es la emergencia? —Preguntó mientras caminaba en dirección a su oficina. Un policía se acercó a él con una carpeta amarilla y se la entregó. Murray la abrió y enseguida apartó los ojos al observar la impactante fotografía.

A su lado el policía, habló: —Encontraron el cuerpo de la víctima cerca de un club de la cuidad. Su nombre es Natalia King, veinticinco años y estudiante de medicina.

—Ya veo. —Comenta Murray viendo los antecedentes de la joven—. ¿Causa de la muerte?

El hombre hizo una mueca y siguió andando detrás de Joseph.

—El equipo forense determinó que a la chica murió por ahorcamiento —Señaló un punto en la fotografía— Aquí. La marca en su cuello es visible.

Murray frunció le ceño: —Luego hablaré con más detención con ellos, ¿Encontraron algo más en la escena del crimen?

—Esto. —Contesta el otro y le pone encima de la carpeta una bolsa plástica que dentro de ella había una perfecta rosa roja.

Murray se detuvo en seco en mitad del pasillo y su compañero casi choca con él. No podía creerlo. No podía ser. Tenía que ser una maldita coincidencia, se dijo. Pero por más que veía esa rosa y repasaba con la mirada las descripciones de la muerte de la mujer, ya no tenía otra opción que aceptar la dura verdad.

El otro hombre aún seguía hablándole.

—¿Puedes oírme? Murray, ¿Qué pasa? Parece que hubieras visto un fantasma. ¡Diablo, Hombre estás pálido!

El detective Murray, un estando en shock, alzó el rostro y miró a su compañero.

—Ve a los archiveros y busca los casos del Asesino de la Rosa de los años 2013 y 2016 y tráeme las carpetas a mi oficinas. ¡Ya!

—De acuerdo. —Obedeció de inmediato el hombre y dándose la vuelta se fue, pero antes de desaparecer se volvió hacia Murray—. ¿Algo más, Jefe?

Sin dejar ver las imágenes que sostenía en manos, ordenó: —Si. Dale aviso a Evans.

Cuando el policía se fue Murray entró a su oficina y cerró la puerta con fuerza y se apoyó en ella.

Dios mío...Tenía que ser una maldita broma.

Inhaló varias veces mientras se sentaba en su asiento. Una parte de su mente quería creer en la posibilidad de un maldito quisiera retomar los pasos del Asesino de las Rosas para rendirle culto o algo así. A Joseph no le tomaría mucho en detenerlo para encerrarlo tras las rejas. Sin embargo, comenzaba a pensar de que el verdadero asesino estaba vivo y vendría a terminar lo que había dejado pendiente de una vez por todas. Él siempre supo que Jace White no estaba del todo muerto, algo en su mente le decía eso.

En todos sus años jamás vio un asesino que cometiera tal atrocidades tan solo siendo un infante. Sabía de los primeros asesinatos de Jace ya que había tomado los registros de Londres 2013 que alguna vez Laila mencionó y todo calzó cuando leyó todo y comparó los sucesos: Jace White era el famoso asesino serial que buscaban desde hace años, pero nadie se imaginó que no era más que un jóven el criminal buscado. Con solo saber eso se le ponía la piel de gallina.

La puerta de su oficina se abrió y Evans entró.

—¿Qué pasa? —preguntó cerrando la puerta detrás de él.

Murray le pidió que tomara asiento antes y cuando lo hizo, le extendió la carpeta con las fotografías y notas del caso de Natalia King. Detective y amigo cercano tomó la carpeta y comenzó a leer. No pasó mucho cuando los ojos se le abrieron desorbitados.

—¿Qué significa esto?

Murray se llevó los dedos a las sienes y masajeó inconscientemente.

—El maldito hijo de puta ha vuelto. —Respondió.

Evans negó la cabeza sin creer lo que escuchaba.

—¿Esto significa que Jace White ha vuelto entre los muertos? —cuando vio a su compañero asentir, negó incrédulo—. No puede ser. Él está muerto.

—Al parecer no fue así.

—El fuego consumió su cuerpo por completo.

—No hay modo de verificar eso, Evans.

—¡No tenía salida! —gruñó golpeando la mesa con la carpeta—. La cabaña estaba rodeada por todos nosotros, no tenía ningún modo de escapar.

—Pudo haberlo hecho, Evans. Tuvo el tiempo suficiente para establecer un montaje de suicidio y escapar de nosotros. —dijo Joseph—. Hasta Laila confesó que en un momento de locura se prestó para detenernos mientras le daba tiempo a Jace para escapar.

Evans apartó la vista de él y la fijó en las fotografías espantosas de la víctima. Tomó una entre sus dedos y la inspeccionó detenidamente.

—Entonces deberás decírselo. —dijo alzando la mirada hacía Joseph.

Supo a lo que se refería.

—No puedo hacerlo. Laila recién ha salido del centro de rehabilitación que por meses estuvo por culpa del fantasma de White. Me niego hacerlo.

—Se dará cuenta de todas formas. Joseph, lo verá en las noticias y lo oirá en las  emisoras y tú sabes perfectamente que una vez que todos los periodistas sepan que hay una sobreviviente de este asesino e irán por ella.

Evans lo observó pasarse la mano por la cabeza y tener una pelea consigo mismo.

—Es mejor que esté preparada. —añadió mientras se ponía en pie.

—No me hagas decírselo a ella. —El tono de Joseph era puro tormento.

Evans sabía que Laila Jenner era importante en la vida de Joseph como también el hecho de que prefería herirse a sí mismo antes de ver a la persona que quería mucho sufriera.

Pero tenía la razón y lo siguiente que dijo Evans se lo confirmó.

—Tendrás que hacerlo porque si lo que dices es real y Jace White ha vuelto entre las cenizas...de seguro vendrá por Laila.










Te Encontré [ 2°T de TLA]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum