Capítulo 38 - Seamos honestos...Ellos no están destinados a estar juntos.

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LAILA


Jamás pensé que reaccionaría de tal forma, pero creo que debí esperarlo, claro que debí. Ahora debo convivir con lo que he conseguido por ser una persona egoísta que sólo le interesa su felicidad y aplastó a las de otros a su paso. ¿Y qué había pasado se preguntarán? Bueno, le conté todo a Joseph. El asalto al edificio, el secuestro que no fue tan secuestro, la confabulación entre Andrew y Jace, y para añadir, Joseph se enteró que todo este tiempo pude comunicarme con él para notificarle que me encontraba bien y no lo hice. Así que al final estoy jodida. Arruinada mientras veo como bebe varías y me recrimina una y otra vez. No soportaba verlo así. Necesitaba que me perdonara.

—No mencionaste que ella estaba aquí. —La voz de Andrew me atrajo de vuelta a mis culpables pensamientos.

Ya era tarde, me encontraba limpiando y cambiando las vendas a la heridas de Rox. Este trabajo habría de hacerlo Joseph, pero la circunstancias en que ambos estamos ya ni siquiera se acercaba a la habitación.

—No creí que fuese para ti importante el saberlo. —Contesto.

Entonces, volteé a mirar a Andrew. Él está apoyando contra la pared al otro lado de la habitación con la vista fija en la persona que ocupaba la cama. Algo en él me inquietó. En su forma de mirar a Rox, es como si...

Rox emitió un quejido y su cuerpo se sacudió levemente cuando mis dedos tocaron su herida. Murmuré en su oído palabras para que estuviera quieta, para después colocar una nueva venda. Tras la limpieza, ella ahora permanecía quieta, respirando tranquilamente sin darse cuenta de los problemas y los peligros que nos rodeaba.

—El que haya querido matarme es razón suficiente, ¿no lo crees?

—Pensé que ya lo habías olvidado. Por lo general, no eres del tipo rencoroso, Andrew.

—Bueno, eso cambia cuando estás siendo apuntado con un arma —sonó molesto—. Además, ¿Qué diablos le pasó? ¿Alguien se hastío de ella y no encontró otra manera de liberarse? No me sorprendería. Ella es tan...

—Me salvó —respondí con tono severo, interrumpiéndolo—. Y fue por protegerme...hacía su trabajo. Déjalo.

Andrew cerró la boca, sin embargo, sentí su mano en mi hombro.

—Así que la chica con cara de yo maté a Bambi  te salvó —dijo luego de un rato de silencio—. Lo siento.

No sé si lo ha dicho a mí o a Rox.

—Si, claro —murmuré. Me levanté de la cama y tomé las vendas sucias—. Iré a botar esto a la basura y a lavarme las manos. Cuida de ella por mí y no le hagas nada. Guarda ese rencor para otro momento.

Comencé a caminar a la salida de la habitación. A medio camino, escucho a Andrew decir.

—Tengo decencia, Laila. —Me dijo.

Lo miré por encima de mi hombro: —Tu expresión demuestra lo contrario.

Lo que le dije le hizo cambiar la cara de inmediato. Se puso serio. Con una media sonrisa burlona, lo dejé solo. Al entrar al cuarto de baño desecho las vendas con sangre al basurero, lavo mis manos con abundante jabón y agua. De paso refresco mi rostro y mi cuello. Cuando regreso de vuelta a la habitación, la puerta que una vez dejé abierta ahora se hallaba cerrada.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Where stories live. Discover now