Capítulo 11 - La seducción es como una trampa...Te induce al mal camino.

54.8K 4.7K 1.7K
                                    


Agarro la manilla y jalo bruscamente la puerta, sólo para sentir el ruido escalofriante de sus palmas a ambos lados de mi cabeza, cerrándola de nuevo. Cerré los ojos y maldije por ser tonta, y ahora estaba atrapada. Una dura puerta delante y este psicópata por atrás.

—Creías que te dejaría escapar fácilmente. —Murmuró en mi nuca.

—Solo déjame ir. No quiero estar cerca de ti. Eso es lo que quiero.

—Antes no opinabas lo mismo. Cada giro, cada problema, cada movimiento que hacía siempre estabas tú —espetó Jace—. No había nada en cual no estuvieras tú, Laila Jenner.

—Es un error que no cometeré otra vez.

—Oh, si volverá a pasar. Recuerdo haberte dicho que si te volvías acercarte a mí serías mía. Lo hiciste y ahora aguantate.

—¿Qué...? —balbuceé. Me da la vuelta y me empuja contra la puerta. Arqueé la espalda por el dolor del impacto.

—Sé que quieres matarme, Laila y a mí no me importaría luchar contigo mientras nos besamos. Lo hará más entretenido.

—¡Nooo!

Luché contra él durante unos frenéticos momentos. Me retorcí, tratando de escapar, pero Jace se movió conmigo, anticipando cada movimiento. Lo empujo lejos, pero antes de que pueda escapar Jace me jala de nuevo y acaba lanzándome a la cama. Se coló entre mis piernas y se apoderó de mi boca con tanto ardor que no pude evitar gemir. Él respondió del mismo modo, o más, cargando su peso sobre mi cuerpo, provocando que notara su excitación rosando mis zonas bajas.

—No sabes cuanto soñé con tenerte conmigo. —Jadeó y volvió a devorarme con desesperación.

En ese momento olvidé lo que estaba bien o mal. Olvidé que por su culpa viví momentos oscuros. Olvidé que él había provocado la muerte de mi padre. Perdí toda voluntad. Me dejé llevar, aún sabiendo que la culpa me carcomería después, y deslicé mis manos por su pecho y las introducí dentro de su camiseta. Odié el placer al apreciar el gemido de Jace cuando enterré las uñas en su espalda. Cada parte de su cuerpo reaccionó como si disfrutara del dolor y, no solamente a él, también me odié porque yo no me libraba del no sentir lo mismo.

Esto no estaba bien.

—Sueltame —Le dije, apartando mi boca de sus labios—. Jace, déjame ir.

—Pero si tú quieres esto... —dijo con la voz áspera—...tanto como yo. ¿Por qué detenerse?

Nos quitó la camiseta a ambos mientras estampaba de nuevo sus labios contra los míos y me devoró en un beso hambriento y enloquecedor que acabó consumiéndome. Nuevamente perdí toda cordura, solo pude pensar en el increíble tacto de sus labios y la manera en que su cuerpo se envolvía con el mío, pero recapacité y arremetí de nuevo contra él. 

Lo empujé con ambas manos y me levanté de la cama.

—Asesinaste a esa chica. Tú lo hiciste.

—No de qué hablas.

—Sabes perfectamente de lo que hablo —Espeté mientras coloco de regreso mi camiseta—. Has matado a personas, las que me importaban y las que he amado en este mundo. ¿Acaso no tienes remordimiento? ¿Nada? Y para colmo has llegado al extremo de atacar a mujeres que se llevan el mismo nombre que el mío. ¿No tienes nada que decir?

Él se gira, dándome la espalda y se va a la ventana. La tensión marca en sus músculos. No puedo evitar mirar las cicatrices que adornan su espalda.

—No he sido yo, Laila.

—¿Cómo que no fuiste tú? 

—Lo que oíste.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Where stories live. Discover now