Capítulo 16 - Los dos lados de la historia.

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Se negó a ir tras ellos. Se negó gritar a que volvieran. Simplemente los dejó marcharse.  Es lo correcto se dijo él, ella estaría lejos del peligro que amenazaba contra ella...y también del mismo Jace White.

—Es lo correcto. —Dijo en voz alta, pasándose la mano por el cabello.

Él ocultaba secretos. Su vida entera era un completo secreto. Como la razón del regreso de las pesadillas horribles o su locura lo estaba atormentando cada segundo del día haciendo que perdiera el control. Había creído que estar con Laila lo estaba recuperando, lo pensó, pero no fue así. Las pesadillas habían regresado en la noche cuando yacía durmiendo abrazado a ella luego de tener la mejor experiencia del mundo. Los recuerdos de su vida pasada volviendo para arrasar lo único bueno que ahora sentía. Fue de golpe e imprevisto, torturoso y sangriento. Se había despertado sobresaltado y con el cuerpo empapado de sudor, pero el terror no fue su pesadilla sino el ver que sostenía el arma en su mano mientras apuntaba el techo listo para disparar.

En ese preciso momento se dio cuenta que su locura volvió.

No se lo dijo a ella y no pensaba decírselo. Era mejor que pensara que la alejaba debido al impostor cuando la verdad se trataba de alejarla del peligro que representaba él. Ahora la observaba irse con Rech y pensó si volvería a verla. Las cosas estaban un poco complicadas, siendo amenazado de muerte y buscado por la policía del país...el saber que estaría de vuelta con ella es algo de consuelo para su maldita vida.

Suspiró. 

Basta de mirar, es la hora de ir a cazar a un impostor y también buscar problemas en algún bar de mala muerte con la intención de golpear hasta el cansancio. Quería sangre. Quería desgarrar algo. Ahora.

Laila no lo aprobaría, pero...

—Ella no está.

Con una sonrisa se dio la vuelta y subió a su vehículo.






[***]

Ver las calles a gran velocidad te hace replantearte varias cosas sobre tu vida. Rech manejaba en silencio, sin apartar la vista al frente y siempre manteniéndose en alerta. El estéreo del vehículo sonaba canciones que a decir verdad eran agradables al oído, en el transcurso del camino fue refrescante para mis pensamientos.

—¿Laila?

—Ajam. —Murmuré sin dejar de mirar por la ventana.

—¿Quieres algo de comer? —preguntó Rech bajando  el volumen al radio—. Jace se le ocurrió llamarme justo cuando le daba un hermoso mordisco a mi pan, así que...

—Algo de comida estaría nada de mal. —Respondí. No había desayunado y tenía hambre. Jace ni siquiera me dio algo de comida antes de lanzarme a los brazos de otro con el pretexto de protección. 

Rech estacionó el auto en el primer restaurante que vio. Se desabrochó el cinturón de seguridad y volteó a verme con esa sonrisa de siempre.

—¿Qué quieres comer? No podemos quedarnos mucho tiempo sin poder arriesgarnos. Eres muy famosa, Joyce.

Rodeé los ojos ante la mención de ese nombre.

—Entonces tráeme cada cosa que sea comestible de preferencia que contenga azúcar, mucha azúcar y...¡Una gaseosa!

Rech arqueó una ceja, dijo:—Wow, cuanta azúcar esperas que traiga.

—Soy adicta a las golosinas. —Me encogí de hombros y sonreí ampliamente.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Where stories live. Discover now