Te Encontré [ 2°T de TLA]

Capítulo 19 - A veces el amor no es suficiente cuando escuchas las verdades.

—En algún momento tuve una vida normal y feliz. No soy huérfano de nacimiento como les hice crear a todos, antes tenía un padre y una madre. Tuve una familia y una de las mejores...o eso creía al principio. Cuando era pequeño no comprendía mucho de la vida, vivía en mi propia burbuja de felicidad, pero a medida que crecía comprendí nuevas cosas como el hecho de que mis padres discutían a menudo a mis espaldas o cuando por primera vez vi el aborrecimiento de mi madre cada vez que me acercaba a su lado. 

Jace hizo tronar los huesos de sus manos. 

—Sigue por favor. —Murmuro, alentando a desvelar lo que abunda en su mente.

—Seguramente recuerdas cuando te mencioné la bipolaridad de ella, pero no era lo único, mi madre sufría de constantes alucinaciones. Lo ocultó muy bien enfrente a los ojos del mundo. La inocente mujer de Marcus White —Jace rió miserable—. No era nada inocente la mujer una vez cerradas la puerta del hogar. La recuerdo recriminando a mi padre sobre situaciones que jamás él hizo o la veces que me atacaba sin contemplaciones. Y yo, el muy estúpido me dejaba porque creía que me lo merecía e intentaba hacerla un poco más feliz. Mi padre me salvó de muchas. Recuerdo que él siempre se disculpaba por ella y prometía resolver todo; mamá no me golpearía de nuevo y seríamos una feliz familia de vuelta. Él la amaba y fue ese amor que lo llevó a la muerte. Mi madre estaba loca, fue tanto su maldita locura que cometió lo más inmundo...acusó a mi padre de ser infiel y acabó con su vida en frente de mí.

Quedé sin respiración mientras escuchaba su relató.

—Aún puedo verlo amarrado a una silla viéndose débil, traicionado, asustado, rogando a esa mujer que no me lastimara —cerró sus ojos con fuerza y emitió un ruido parecido a un lamento—. Todavía siento su sangre en mi cara cuando ella le disparó en la cabeza. ¡Solo era solo un pequeño! Ahí conocí el verdadero sufrimiento, la pérdida de un ser amado y también conocí el odio puro. Jamás supe como, pero recuerdo que me encerró en mi habitación por días y cuando por fin me dejó libre, me vistió de negro y me obligó a bajar al primer piso. ¿Sabes lo que hizo? ¡Le hizo un maldito velorio! Les dijo a todos que mi padre lo habían asaltado y como consecuencia de oponerse a dar el dinero, lo mataron. 

Jace continuó: —Desde ese momento mi vida se convirtió en un infierno, mi madre me maltrataba cada hora del día culpando de haber arruinado su vida. Soporté continuos tormentos tanto físicos y psicológicos por un año...hasta que se percataron de lo que sucedía en casa. Acabé en un orfanato y por lo que supe a ella la metieron presa por unos cuantos meses. Nunca volví a ser el mismo. De a poco me fui convirtiendo en alguien solitario, callado y con una mentalidad perturbada.

A este punto no me sorprendió que Jace se le quebrara la voz.

—Si no quieres seguir, lo comprenderé. —Dije. Por mi parte no quería oír más. Estaba temblando y mis ojos ardían con las ganas de llorar.

Jace negó: —No, necesito decirte todo.

Asentí. Él respiró profundamente antes de continuar.

—Pasé parte de mi vida en ese orfanato y no fue nada distinto en comparación a lo que viví en mi hogar. Me golpeaban y hacían conmigo lo que querían, pero me mantuve firme porque sabía que al final tendrían su castigo.

—Ahí conociste a Rech —comenté y Jace asintió—. Él me contó lo que pasaron y las muertes de las chicas que abusaban de él.

—Pero no fue solamente a Rech a quien conocí ahí, también a Travis y Trisha.

—¿Qué?

Jace asintió y yo negué con la cabeza.

—Eso no puede ser porque Trisha me lo hubiera dicho. No ocultaba secreto, no lo hacia y además ella te odiaba. Lo mencionaba siempre. Tiene que ser mentira, ¿verdad?