Capítulo 20 - Ya no somos Dos sino Tres.

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Los primeros rayos de sol entraron por la ventana y estuve despierta para verlo. Puse mis manos entrelazadas sobre mi pecho y me quedé observando el techo de la habitación mientras todo comenzaba iluminarse. No apareció. No lo hizo. Me quedé despierta toda la noche esperando, esperando a Jace pasar por esa puerta. Durante la noche había oído ruidos provenientes de pasillo, al principio pensé en Jace entrando a la habitación, pero me equivoqué. Bastó escuchar a Rech molestó para darme cuenta que Jace lo sacó de la cama y se lo llevó fuera de la casa. No dejé que eso me entristeciera por muchas las ganas que tenía de llorar.

Así estuve por horas hasta que la noche se hizo día.

Sin aguantar ningún otro segundo en la cama, aparto las mantas y voy al baño. Me paro frente del espejo con ambas manos apoyadas en el lavabo. El reflejo muestra la clara descripción de una lamentable mujer. Mis ojos estan rojos e hinchados por tanto llorar, por debajo yacían marcados las ojeras por falta de sueño. Mi labio inferior roto por morder mientras aguantaba las ganas de sollozar en voz alta. Claramente, no tendré un buen día. Me lavé la cara, los dientes y peiné mi pelo antes de salir a sacar algo ropa. Abrí el armario y agarré pantalones y blusa, ropa interior para vestirme.

Me incliné hacía adelante para abrocharme las zapatillas cuando un mareo sobrevino tomándome por completa sorpresa. Mierda. Casi caigo de boca sino fuera que me sujeté del poste de la cama. Cerré los ojos e inhalé y exhalé varías veces. Creyendo que estaba un tanto mejor, me enderecé de nuevo y con solo dar un paso me atacaron las náuseas. Corrí al baño prontamente y metí la cabeza prácticamente dentro del inodoro para vomitar. D

ios...¿Qué mierda ha sido eso?

Cuando acabé me limpié la boca con la mano. No ha sido la primera vez que me había sucedido si hago memoria. En mi estadía en la propiedad de Rech tuve que pasar mañanas con la cabeza apoyada en el inodoro, pude haber creído que estas dolencias debió ser a causa de comer algo que no asentó muy bien al estómago o el estrés, pero ahora, viendo la situación, empiezo a imaginar que no tiene nada que ver con comida.

A no ser que...

Imposible. Sí es el caso yo lo sabría. 

Yo...

¿Cuándo fue mi último período?

—De acuerdo, es momento de asustarme. —susurré, lavándome los dientes de nuevo.

Logré amarrar los cordones de las zapatillas sin caer de cara. Salí de la habitación y bajé las escaleras mientras me maldecía por ser inconciente. Miré cada rincón de la casa sin encontrar a Jace ni a Rech. No han vuelto aún, pensé entre mí. Al menos es buena señal. Volví de nuevo a la habitación y empecé a rebuscar entre los cajones de los muebles algo que escondiera mi pelo o el rostro. Amarré mi cabello en un coleta bien apretada y la oculté bajo de un gorro que encontré. Tuve suerte de hallar unos lentes oscuros. 

Al salir de la casa me subí al vehículo deJace que sorprendentemente seguía estacionado en la casa. No sabía bien a donde me dirigía y me costó encontrar la cuidad y todavía más una farmacia. Cuando por fin encontré un establecimiento, estacioné en lugar apartado y me bajé de vehículo, pero no sin antes verificar por el espejo que los lentes y el gorro oculten mi identidad. Al entrar a la farmacia observé que no había gente dentro, hay una, pero no es nada y aparte ya se estaba retirarndo. Mientras la persona se marchaba por la puerta principal, revisé los productos de las estanterías buscando lo que necesitaba. Perfumes, cremas, líquido para evitar los mosquitos, talco para bebés...

—¿En qué te puedo ayudar? ¡Hey! ¡Te estoy hablando!

Me di la vuelta y me encontré con la farmacéutica observándome con la ceja arqueada.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Where stories live. Discover now