Capítulo 48 - Un Paso Para Un Final

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LAILA

Permanecí despierta por mucho tiempo, mucho después de que la respiración de Jace fuera constante. Sentía demasiada intranquilidad como para cerrar mis ojos y dejarme llevar por el sueño. Estaba enloqueciendo. Sus palabras habían cavado en mi mente tan profundo que es imposible eliminar la imagen de la satisfacción en sus ojos verdes cuando admitió haber matado a una persona.

Suspiré.

Retiro con cuidado mi cuerpo que se encuentra atrapado por el brazo de Jace y me siento en la cama. La tenue luz de la lámpara me deja contemplar el rostro durmiente de Jace, lo contemplo con detalle. Sin la perturbación de por medio, la serenidad de sus facciones lo hacen ver menos serio. Miles de pensamientos vienen mientras lo observo y sólo uno se queda adherido a mí cabeza; una persona cuerda jamás permanecería junto a un ser que era capaz de aniquilar a otro ser humano, se obligaría escapar del peligro inmediatamente y dar aviso. Una persona cuerda lo haría. Pero yo estaba lejos de ser una mujer cuerda porque Jace White se ha clavado tanto en mi sangre, mente y corazón que estos elementos aceptaron el hecho de que sí quiero manterlo conmigo debía aceptar la muerte como compañera también.

De pronto, comprendí que el miedo de esta noche ante tal confesión no fue dirigida hacia él sino a mi misma; al consenso en que llegué aún sabiendo de la próxima persona que se cruzaría en el camino de Jace y no viviría al mañana. ¿Soy un monstruo por aceptarlo? ¿Por aceptar la muerte de inocentes con tal de no perder a Jace en la locura?

Un suave gruñido sale de los labios de Jace. Él sigue estando dormido, pero sus dedos se mueven sobre las sábanas blancas en búsqueda de algo. Sonreí suave al escuchar su frustración cuando no logra su cometido. Me busca. Jace está consciente de mi lejanía. Dejo caer mi mano sobre la suya, él se sobresalta por mi toque abrupto, pero no tarda en aferrarse a mi mano con fuerza. Me quedé viendo por un rato nuestras manos juntas; la diferencia de nuestros tonos de piel, la dureza de sus manos en comparación a la suavidad de la mía.

Cuando regresé la mirada hacia Jace, me doy cuenta que ha despertado y sus grandes ojos verdes están puestos en mí en un silencio perpetuo.

Miró.

Miré.

Ambos buscando palabras que decir. Seguramente, se pregunta la razón del porqué no duermo, y yo me pregunto si mis besos han sido lo suficiente para calmar esas ansias de sangre. Entonces, Jace decide romper el silencio con una pregunta sencilla pero aniquilante.

—¿Eres feliz?

Acaba de tomarme por sorpresa. Me congelo mientras siento una acaricia en la palma de mi mano, es su dedo dibujando círculos en mi piel, me está animando a responder.

Me incliné sobre él y besé su frente.

—Lo soy —respondí. Teniéndolo a él junto a mí la felicidad es completa. Es mi turno de preguntar: —¿Tú eres feliz?

La sonrisa adormilada de Jace no se hizo esperar.

—Por ahora si. Te tengo conmigo.

—Estaré contigo en lo bueno y lo malo, y nunca te dejaré otra vez. Eres mi Jace. —prometí y me aferré a mis palabras.

Sin soltar mi mano, Jace se endereza en la cama. Su cálido aliento sopla en mi mejilla, con su mano libre Jace hace girar mi cabeza. Nuestras miradas se vieron entrelazadas igual a como estan nuestras manos.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora