Capítulo 14 - Toda cicatriz tiene un pasado oscuro.

50.7K 4.8K 1.5K
                                    


Me volví, e intenté alejarme, pero tan sólo di dos pasos atrás antes de que el hombre me empujará contra las puertas de los cubículo. Me tapó la boca para evitar que gritara.

—Shhh —susurró él cerca de mi cara, el olor de su aliento era asqueroso—. No harás ningún ruido, ¿verdad?

Su voz áspera me produjo escalofríos. Negué con la cabeza lentamente, temiendo que se exaltara al mínimo de un movimiento brusco. Se parecía a Jace, era alto y tenía el pelo del mismo color, el rostro poseía cierto parecido a él. Una persona los confundiría perfectamente.

—Mi pequeña nunca volverás a dejarme, ¿cierto? Laila, responde. Laila. Laila. Laila. Responde.

El tono en que dijo mi nombre se me hizo conocida, miré sus ojos verdes mezclados con azul y todo tomó sentido para mí. Era el sujeto que choqué cuando estaba de camino al trabajo. Miré la puerta del baño y recé para que Jace apareciera por esa puerta. Tenía miedo. Estaba encerrada con el verdadero asesino y no había escapatoria. 

Me sorprendí cuando apartó la mano de mi boca lentamente. Él sonrió de oreja a oreja.

—No te he permitido hablar, amor, y eso es maleducado de mi parte.

Me quedé apegada a los cubículos y hacer ningún movimiento.

—¿Por qué haces esto? —pregunté.

Él se acercó y apoyó su cabeza en mi hombro.

—Oh, dios hueles exquisito. —susurró y temblé—. ¿Por qué hago esto? No, amor, ¿por qué haces tú esto? Rehuyes de mí cada vez que intento tocarte y siempre acabo matandote para poder hacerlo. ¿Laila, por qué sobrevives?

Estaba loco.

—La última vez te dejé muerta en un viejo edificio y ahora apareces con ese impostor. —suspiró y su olor alcohol llegó a mi nariz—. Tenemos que irnos, amor. Él te está buscando y no podemos permitir que nos atrape.

—No iré a ningún lado contigo. —tragué saliva y aparté mi cuerpo lejos de sus manos que intentaron agarrarme.

—No pelees conmigo, Laila. No estoy de humor.

Mi boca tiritaba de miedo. Traté de mirarle los ojos y no la cara. No es Jace. No es Jace. No es Jace. Él no me haría esto. Mira sus ojos y verás que no es él.

—No eres él. —mi voz tembló.

—Pero si soy yo, amor. ¿No me reconoces?

—Déjame ir o sino gritaré y Jace te acabará a sangre fría.

Pero a él no le pareció importarle.

—¿Jace? —Sonrió burlón—. Cariño, yo soy Jace.

—Estás loco. —Acusé. La furia lo dominó, él alzó la mano y me golpeó. Sentí el sabor de la sangre en la boca y cuando creí que lo haría de nuevo me encogí esperando el golpe, pero entonces el picaporte de la puerta se sacudió y una voz sonó haciéndome llorar de alegría.

—¿Laila? ¿Cielito, estás ahí?

Jace. No dudé en gritar.

—¡Jace! ¡Ayúdame! ¡Jac...! —el aire se esfumó y una presión horrible se puso en mi garganta. 

Mis ojos se abrieron grandes como mi boca buscando aire, él tenía sus manos en mi cuello y apretaba con fuerza. Di patadas y le arañé las manos y cara, pero él no me soltó y siguió ahorcandome. Estaba perdiendo la inconsciencia por más que luchaba contra él. Oía los gritos de Jace proveniente de afuera de y golpes que sacudían la puerta.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Where stories live. Discover now