1. Hola Miami

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Ahora mismo me encuentro esperando el avión que me llevará a Miami. No he dormido casi nada, pero no importa. Lo bueno es que la Sra. Del servicio social me ha dado dinero de más y puedo comprar unas chucherías.

Se escucha algo en los altavoces del aeropuerto, pero no le entiendo nada. Al parecer la Sra si lo hace, ya que se levanta de su asiento y comienza a caminar en dirección a dónde supongo se pasa al avión.

Lo único bueno de esto es que tengo en mi poseción una nutella gigante que he comprado horas antes, para evitar la comida insipida que sirven en los aviones.

Más que un avión parece un hospital.

Saco de mi mochila mi móvil y mis audífonos, la cierro, la meto en el compartimiento del avión y me siento junto con la Sra. que me acompaña.

Al parecer esta Sra no tiene la más mínima intensión de entablar una conversación conmigo, más bien me mira con lástima, supongo que por la muerte de mi hermana y el trastorno de mi madre.

Qué ingenua.

Yo en cambio no puedo dejar de sonreír, a veces hasta suelto pequeñas risitas de la nada, lo que provoca que la Sra me mire con cierta confusión y miedo.

Eso solo me hace reir más.

Me pongo mis audífonos y coloco la música en aleatorio. Las azafatas salen de no sé dónde y empiezan a dar indecaciones por si el avión cae en el océano o hay turbulencia. El avión se empieza a mover y yo miro entusiasmada por la ventana.

Es la primera vez que tomo un avión y salgo del país donde crecí.

(...)

El avión se detiene y sarandeo a la Sra. a mi lado, indicándole que ya hemos llegado. A diferencia de ella, yo me pasé todo el viaje cantando.

E incluso varios me acompañaron en las canciones, tuve varias peticiones de canciones y si me las sabía las cantaba.

No es por presumir, pero tengo muy buena voz.

Al salir del avión siento un pequeño espasmo recorrer mi pierna derecha. Me quedo momentáneamente quieta y cuando dejo de sentir un pocotón de pepitas recorrer mi pie, camino de nuevo.

La Sra. me mira con reproche por hacerla esperar, le respondo con una sonrisa.

Esperamos a que llegen mis maletas, las cuales solo son dos. A mi madre siempre le importó lo que dicían los demás acerca de sus "hijas", por eso se preocupaba mucho en que siempre estuviéramos bien vestidas.

Cuando llegue a la casa voy a botar esa ropa.

Recojo a Rainbow y a película (sí, le pongo nombres a mis maletas) y me encamino a la salida del aeropuerto.

A lo lejos alcanzo a ver unos ojos muy familiares, sin embargo, casi no lo reconozco.

Se ve más joven de lo que recordaba, ha adelgazado y su semblante se ilumina un poco más cuando me ve. Sonrío, mi papá les susurra algo a mis hermanas menores, las cuales al verme chillan de emoción y corren hacía mí.

Yo sonrío y espero a que llegen a mí lado, con las maletas no puedo correr y no quiero caerme.

La primera en llegar es Ari, la cual no espera nada y se me lanza encima. Me desequilibro un poco, pero puedo cargarla. La segunda es Dani, ella me abraza por la cintura.

Escondo mi cabeza en el cuello de Ari, aspiro un poco.

Huele a fresas, que rico.

-¿Acaso no me van a dejar abrazar a mi hija?.- Pregunta irónico mi papá.

-Nop.- Responde Ari desde mi cuello, Dani le saca la lengua.

Suelto una risita.

-Niñas, dején a su hermana, no son las únicas que quieren abrazarla.- Ellas a regañadientes le hacen caso a Paula (su madre) y me sueltan. Bajo con cuidado a Ari y en vez de abrazar a mi papá, abrazo a Paula.

-Aquí no hay respeto.- Espeta mi padre bufando.

-Te extrañamos mocosa.

-Y yo a ustedes bruja.

Ambas sonreímos, tenía mucho tiempo sin verlos y de verdad los extrañaba, son lo más cercano que tengo a una verdadera familia.

Me separo de ella y al fin me digno a abrazar a mi padre.

-¡Al fin!.- Exclama y me abraza tan fuerte que por un segundo pienso que no respiro. Decido devolverle el abrazo con la misma intensidad.

-Te extrañé, niña.

-Y yo a ti, papá.

Al separarnos mi mira preocupado, le digo con la mirada que estoy bien y él recompone su sonrisa.

Mi padre se aleja de mí para hablar con la Sra. del Servicio Social.

-Bien, ¿qué quieres hacer primero Isa? - pregunta Paula mientras toma una de mis maletas y empieza a caminar- Podemos hacer lo que tú quieras.- dice con una sonrisa.

Hambre. Comer. Hamburguesa.

-La verdad quisiera comer una hamburguesa, además de una Nutella no he comido nada más... em, Pau, ¿no deberíamos esperar a mi papá?.- Pregunto mientras doy un rápido vistazo a donde lo había visto hablando con la Sra.

-Es para ahorrar tiempo, tu padre sabe a dónde nos dirijimos.

-Mami, ¿yo también puedo comer una hamburguesa?, ¿con muchas papitas?.

-Si, si, ¿y yo?, ¿yo también puedo?.

-Claro niñas, todos vamos a comer.

Llegamos a la camioneta, la cual tiene puertas delizables. Las niñas entran y yo ayudo a Paula a meter mis maletas a la cajuela.

Mi padre tarda unos minutos en llegar a nosotras.

-Bien, ¿a dónde iremos?.

-A Burger King, las niñas quieren hamburguesas.

-Ok, ¿están listas?.- pregunta en nuestra dirección, tardamos un poco en entender el mensaje.

-¡Sí capitán, estamos listas!.- respondemos entre risas. A mi papá le encanta Bob esponja.

Mis hermanas me van contando de lo que hicieron en la semana, de vez en cuando mi padre y Paula se suman a la conversación.

Definitivamente, la mejor bienvenida de todas.

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Holis bola de desconocidos! Como están? Yo bien.  Comenten y voten. Esta nueva novela tiene muchas esperanzas de crecer, y espero su ayuda. Los quiero bola de desconocidos. Besos.💋💋💋💋💋💋.

Pd: ¿A que país les gustaría viajar? Yo quiero ir a Londres.

Ahora sip, chau bolas de desconocidos.

Editado por primera vez el 4 de abril a la 1:42 de la mañana.

Editado por segunda vez el 12 de noviembre a las 9:59 de la mañana.

Editado por tercera vez el 19 de diciembre a las 4:40 de la tarde.

Sanando HeridasWhere stories live. Discover now