12. Últimos días en Orlando, boxèrs y ¡gatitos!

43 7 10
                                    

Me estoy muriendo de calor, de sed y de aburrimiento.

-¿Tenemos que hacerlo?.- empieza Salma.

-Niña que sí, si no lo hacemos seremos unas perdedoras.- respondo.

-Pero sólo es una montaña rusa de niños.- y hay va Erika.

-Te juro que si no nos montamos aquí, seremos unas perdedoras. Enserio.

Estoy encaprichada con montarme en la montaña rusa de los enanos de blanca nieves. Es que si no me monto aquí, habré fracasado cómo fan Disney.

Y no exagero, lo digo enserio.

Después de estar 15 minutos en una cola mientras cantamos, llega nuestro turno.

-¡Al fin!.- exclamamos todas antes de subirnos al carrito.

(...)

-Me gusto.

-Sí, pero no vale la pena hacer una cola de 25 minutos para un juego que no dura ni 60 segundos.- dice Erika.

-Rt.- dice Salma.

-Me dio hambre, ¿Y si probamos esas cosas que saben a chuleta?.- propongo.

-¿Hablas de lo que parece una pata de pollo en las caricaturas?.- pregunta Salma.

-Esa cosa. Ustedes me entendieron.

Nos disponemos a buscar un mini puesto de chucherías y cuando lo encontramos pedimos esa cosa, juntos con unas Coca-cola's.

(...)

-Adiós cama, adiós televisor que nunca use, adiós baño, adiós tina, adiós cocina, adiós sofá, ¡Los extrañaré tanto!.

-¿Qué... está haciendo?.- pregunta mi amiga a mi prima, mientras me sigo despidiendo de los objetos inanimados de la habitación.

Ellos tienen sentimientos, yo lo sé.

-Se despide de todos.

-"¿Todos?" ¿A qué te refieres con todos?.

-Te lo voy a simplificar. No todo lo que hace Isabella tiene explicación, sólo acéptalo y ya.

Termino de despedirme de "todos", agarro mis maletas y las llevo al pasillo, donde toda mi familia me espera.

-¿Terminaste?.- pregunta mi pá.

-Sip.

-Bueno, al lobby.

Con ayuda del botones bajamos las maletas, nos subimos al carro de golf y llegamos al lobby. Mi pá me pide la llave del cuarto antes de entrar junto con Andre al lobby.

Y pensar qué no me despedí de ella...

Salen del lobby y entre empujones llego (de nuevo) triunfante al asiento del copiloto.

¡Tomen eso perras!.

Saludamos a Al (él mismo sujeto que nos trajo) y procedo a conectar mi móvil a la camioneta vía Bluetooth.

-¿Cuál?.

-Pon "Ways to be wicked", amo esa canción.

-¡Yo también!.- chillo.

-¡Y yo!.- chilla Salma, todas reímos y pongo la canción.

(...)

Lo primero que hago apenas piso tierra es estirarme cómo si no hubiese un mañana. Hombre, fueron 3 horas de viaje.

Bajamos las maletas y Erika y yo entramos a mi casa, Salma se dirige a la suya, a Erika mis tíos la van a pasar buscando más tarde.

Pero bueno, en mi cabeza sólo hay lugar para una cosa ahora. Y es dormir.

Sanando HeridasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora