Capítulo 4

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Alex estaba nervioso

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Alex estaba nervioso. Estaba perdiendo el control, algo que no era muy propio de él. Se había tomado más de la mitad de la botella.

<< Maldición, nunca en mi vida me sentí así de mal, y ahora, la bebida es mi única droga que me ayuda a calmarme, a olvidar este dolor. >>

No quería estar solo en su amargura, así que llamó a su amigo Ryan, quien no dudó ni un minuto en aceptar en ir a verlo. Ryan era su amigo, lo conocía hace bastantes años pero no tanto como lo era Nicolas.

Zoey estaba trascribiendo algunos documentos en la computadora, cuando escuchó el ascensor abrirse y no levantó la mirada hasta que la persona habló:

— ¡Pero qué maravilla ven mis ojos! —Exclamó fascinado.

Zoey lo miró con el ceño fruncido.

¿Acaso ese joven se estaba refiriendo a ella?

...Pues debía de ser así, porque no le quitaba los ojos de encima y se acercaba a la recepción, junto a ella. Sintió sus manos temblar, estaba nerviosa

¿Por qué?

Nunca había visto un joven tan guapo como él, además de que sintió una conexión muy grande cuando sus ojos se cruzaron. Él iba vestido con un pantalón de vestir y una camisa roja de cuadros; unos zapatos negros brillantes como su melena, bien peinada hacia atrás.

—Buenos días, Señor —Saludó con la voz temblando un poco, se avergonzó por ello — ¿Lo puedo ayudar en algo?

—Claro que si —Respondió, sonriendo de lado y colocando el codo sobre la recepción, en una postura muy sensual.

— ¿En qué puedo ayudarlo?

—Tengo una pregunta.

Se fijó en el porta nombres de la linda muchacha. Así que se llamaba Zoey y tenía 26 años, interesante, ella era un año mayor que él.

—Dígame, señor. Estoy aquí para ayudarlo.

— ¿A qué hora sales? —Preguntó con picardía.

Zoey lo miró sorprendida. ¿Acaso estaba bromeando con ella?

—Zoey... —Jenna se acercó con el pedido del señor Forbes — ¿Podrías llevarle esto? No quiero ir de nuevo yo.

—Disculpe un momento —Zoey le hizo una referencia con la cabeza al hombre que la estaba coqueteando. Reparó en su amiga —Hace cuarenta minutos que saliste por esa botella. ¿Qué pasó?

—Estoy mal del estómago, los nervios se me bajaron ahí —Dijo colocando su mano sobre su pansa.

La puerta de la oficina de Alex se abrió bruscamente y Jenna dio un respingo, con los ojos bien abiertos contempló a Alex quien iba en su dirección. Estaba enfadado por su tardía.

LA ASISTENTE ©Where stories live. Discover now