LA ASISTENTE ©

Capítulo 24

—Buenos días, linda... —Dijo Alex, acercándose y besando el cuello de Jenna, quien se encontraba preparando el café.

—Buenos días, cariño—Sonrió, Jenna sirviendo el café desde la cafetera y se lo pasó con cuidado de no derramar ni una sola gota para que ambos no ensuciaran sus uniformes de trabajo —¿Llegarás tarde luego de la visita a tu hermano?

—Intentaré llegar lo más temprano posible —Dijo, tomando un sorbo de su café humeando y se sentó en la silla de la mesa.

Habían pasado dos semanas desde que se encontraban viviendo bajo el mismo techo. Angelina aún no cedía a firmar los documentos, pero no había vuelto a frecuentar a Alex, eso era algo positivo, en parte. Jenna no quería presionarlo para que le insistiera a su esposa a firmar el divorcio, pensaba que aún no tenía tanto derecho para exigirle aquello.

—Esta noche vas en casa de Zoey ¿no es así?

—Así es —Contestó sentándose, frente a él —. Le tengo que ayudar a maquillarse para su cita con Ryan... —Sonrió.

—El próximo sábado prometo llevarte a conocerlos —Dijo, tomando las manos de Jenna —. Robert te caerá muy bien y su esposa Emma, ni que decir.

Jenna forzó una sonrisa y afirmó con la cabeza con entusiasmo fingido. El sábado pasado le dijo lo mismo que hoy "el próximo sábado prometo..." comenzó a dudar desde la primera vez que le dijo eso, sospechaba de que se estaba viendo nuevamente con su esposa, y si era así ¿Por qué no le decía?

—¿Dónde están tus papás? —Preguntó, ella, intentando cambiar de tema y calmar el ambiente que se había vuelto tenso.

—Mamá nos abandonó cuando éramos niños y papá murió hace cuatro años atrás, cáncer de pulmón; fumaba mucho. Él me dejó la empresa a cargo sabiendo que Robert no entendía nada de eso.

—¿Eres el menor?

Alex afirmó con la cabeza.

—Él me pasa por cuatro años.

—¿A qué se dedica?

—Es escritor, está por lanzar su último libro.

—¡Fantástico! —Exclamó, maravillada — ¿De qué trata?

—Hasta donde sé, sobre la vida de un escritor o un futbolista que se enamora de una joven bajo la lluvia.

—¿Cuál es el título?

—Aún no tiene un título.

—Que interesante, ¿es un autor reconocido?

—Lo es. —Sonrió.

***

Luego del trabajo Jenna había ido a casa de Zoey para ayudarla con el maquillaje. El vestido que le regaló Ryan, le quedaba de maravilla. Su amiga estaba fascinada, mirándose el espejo de su armario, nunca imaginó recibir un regalo tan precioso. Lástima que él no era su tipo.

—Vamos, Zoey, ¡siéntate! —Apresuró, Jenna, su cita era para las siete y ya eran las seis y media.

Zoey suspiró con cansancio.

—Desharía no ir...

—¿Por qué lo dices con esa cara de lamento? —Rió, Jenna, sujetando a su amiga por los hombros y obligándola a sentarse en la silla de madera que había traído de la cocina —él es muy guapo y joven, cualquier chica moriría por tener una cita con Ryan —Le colocó crema humectante antes de esparcirle base líquido en el rostro.

—Sabes que no soy de salir mucho con los chicos —Dijo con los ojos cerrados, suavemente.

—Pero tienes veinticuatro años, ¡eres hermosa y joven! —Exclamó, con una sonrisa, colocando el frasco sobre la cama y cogiendo el polvo blanco y comenzó a ponérselo con la pequeña esponja —. Deberías de aprovechar estos momentos al máximo.

—Ay, Jenna... —Suspiró, sonriendo de manera cansada.

—¿Cuándo regresan tus padres de la casa de tu abuela? —Preguntó tomando el lápiz delineador —Abre los ojos y mira hacia arriba.

—Dentro de dos semanas —Contestó, haciendo lo que Jenna le pidió.

Jenna no dijo nada más y se concentró en maquillarla; cuando llegó el toque final de darle color a sus bellos labios, el timbre de la casa sonó.

—¡Oh Dios! —Exclamó, Jenna, exaltada —. Seguro es él.

Zoey simplemente rodó los ojos, que fastidio.

El timbre volvió a sonar.

—¡Un momento! —Gritó, Jenna, pintándole los labios de un color rojo pasión —Rápido, rápido —Dijo pasándole un trozo de papel para que lo presionara suavemente con los labios —. Estás perfecta.

Zoey se levantó despacio de la silla, sentía su trasero bastante pesado, tanto que le costó caminar hasta el espejo y mirarse.

—Vaya... —Dijo, un poco más animada —. Hiciste un buen trabajo —Observó sus pestañas largas y bien definidas, sus ojos aceitunas se veían mucho más grandes y sus mejillas sonrosadas estaban preciosas.

—¿Pueden dejarme en el departamento de Alex? —Pidió, amablemente.

—Claro que sí, no faltaba más.

Jenna sonrió y caminó con su amiga hasta la puerta. Ella le indicó a Zoey que abriera la puerta pero esta negó con el ceño fruncido y Jenna le dio un empujón para que lo hiciera. De mala gana abrió la puerta y forzó una sonrisa cuando él se giró para mirarla.

—Estás hermosa... —Dijo, hipnotizado por la mujer que tenía en frente. Ella tenía que convertirse en su esposa.

—¡Gracias! —Dijo, con simpleza.

Jenna esperó a que Zoey le regresara el cumplido, pero no lo hizo, así que ella tuvo que intervenir.

—Estás muy guapo con ese traje, Ryan —Sonrió, Jenna.

Ryan pareció despertar de ese trance del cual Zoey lo tenía metido; parpadeó varias veces y miró sobre los hombros de su amor.

—Como lamento no haberte saludado, Jenna, soy un mal educado —Dijo avergonzado, besando las mejillas de Zoey y luego las de Jenna.

—No te preocupes —Dijo comprensiva —¿Podrías hacerme un favor?

—Claro que sí.

—¿Pueden acercarme hasta el departamento de Alex?

—Por supuesto que sí —Respondió —. Por favor, vayamos.

Jenna salió y Zoey le puso el cerrojo a la puerta y ambas caminaron hasta el auto, siguiendo a Ryan. Él abrió la puerta delantera para Zoey y Jenna se abrió ella misma la puerta trasera.

Chic@s me di cuenta que tengo  detalles que corregir en muchos capítulos, cuando termine de publicar corregiré todo!! Y gracias a ustedes esta historia esta creciendo, nunca imaginé llegar a esta cantidad de lecturas y votos. LAS AMOOOO!!