Capítulo 28

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—Muy bien, señor Forbes —Habló la doctora, tomando los documentos en sus manos, los cuales Alex acababa de firmar para que Frederick pudiera salir del hospital —, a las tres de la tarde una de nuestras enfermeras pasará para supervisar la salud de...

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—Muy bien, señor Forbes —Habló la doctora, tomando los documentos en sus manos, los cuales Alex acababa de firmar para que Frederick pudiera salir del hospital —, a las tres de la tarde una de nuestras enfermeras pasará para supervisar la salud del niño.

—Gracias... —Fue todo lo que dijo, nada seguro de llevárselo con él. Temía demasiado que empeorase en el departamento.

—¿Puede acompañarme un momento? —Preguntó, amablemente.

Alex frunció el ceño y observó a Jenna antes de salir, quien se encontraba abotonando la camisa de Frederick, quien se encontraba parado, sobre la cama.

Ella con cuidado abotonaba los últimos botones de su camisa a cuadros, de color azul. El pequeño estaba tan firme que parecía un pequeño soldadito. Él no borraba su sonrisita de los labios, estaba feliz por ir a casa con su papá. Y ella estaba feliz por haberlo conocido y por poder pasar más tiempo con él.

—¿Eres la novia de papá?

Ella alejó sus manos cuando acabó con su labor y lo observó con una sonrisa maternal; le acarició suavemente la mejillita.

—Solo soy una amiga —Era demasiado complicado para explicárselo y más sabiendo su estado de salud.

—¿Mami está en casa?

Jenna no tenía idea de lo que debía de responderle, miró sobre sus hombros para buscar a Alex, pero él no se encontraba ahí. Volvió a colocar los ojos sobre los de Frederick, no sabía qué hacer en esa situación, nunca había pasado semejante cosa en su vida.

—Amm... no lo sé, cariño —Dijo —. Deberíamos preguntárselo a tu papi —Sonrió.

—Me gustaría conocer a mi mami —Sonrió, feliz.

—Ay, mi amor... —Dijo Jenna, con pena, besando sonoramente su mejilla, con ternura... si tan solo supiera lo mala que era Angelina —¡Estás listo! —Exclamó intentando cambiar de tema y lo miró de pies a cabeza, estaba completamente vestido para salir de ahí —. Iremos al parque y luego a casa ¿quieres?

El pequeño asintió con la cabeza, efusivamente. Él estaba entusiasmado con la idea.

—¡Frederick!

Jenna escuchó a sus espaldas la voz de un hombre llamar al pequeño, ella se giró la cabeza inmediatamente, sosteniendo al niño de las caderas para que no perdiera el equilibro y cayera de la cama. Ahí venía acercándose con pasos apresurados un hombre de melena oscura y ojos azules, tenía los mismos rasgos que Alex, pero este era un hombre más adulto, se notaba por sus facciones, y un poco más alto; atrás le seguía una mujer guapa y sencilla. Frunció el ceño al intentar descifrar quienes eran esas personas, pero de inmediato recordó que Alex había llamado a su hermano.

—¡Tío Robert! —Chilló, feliz, bajando de la cama de un salto, con la ayuda de Jenna.

—¿Cómo estás campeón? —Preguntó, Robert, alzando al niño cuando este llegó corriendo a sus brazos y le besó la mejilla.

—Ya me siento mejor, tenía fiebre —Respondió rodeando el cuello de su tío con sus bracitos —. Ahora me iré al parque con papi y Jenna.

Robert miró a la mujer y le hizo un saludo con la cabeza, acercándose a ella acompañado de su mujer.

—Mucho gusto, Jenna. Soy Robert, hermano de Alex y ella es mi mujer, Emma —Presentó, educadamente, con una sonrisa

—Él nos habló mucho de ti —Dijo, Emma, sonriendo.

—El gusto es mío. Él también me habló mucho de ustedes.

—¿Llevaran al departamento a Frederick? —Preguntó, Robert.

—Así mismo. Una enfermera pasará cada día para ver cómo se encuentra este chiquitito —Sonrió y miró a Frederick acariciando su espalda.

         Habían esperado unos diez minutos a Alex, hasta que entró a la habitación. Recogieron las pertenencias del pequeño y se marcharon de lugar, a donde habían planeado pasar la tarde; en el parque. El camino fue bastante tranquilo, Frederick observaba eufórico el paisaje, a través de la ventana trasera del automóvil, a su lado iban Robert y Emma, hablando animadamente. Mientras tanto, Alex y Jenna no decían nada, estaban totalmente hundidos en sus propios pensamientos.

Ella no comprendía como un niño tan pequeño, que apenas llevaba cuatro años en la tierra, tenía que pasar por semejante atrocidad; todavía le faltaba muchas cosas por experimentar, lugares por conocer, nuevas comidas que saborear, parques de diversiones que visitar, enamorarse, dar su primer beso, salir a fiestas, emborracharse. 

Y él no comprendía como Angelina podía rechazar al pequeño, su propio hijo... tampoco entendía como había podido seguir con esa mujer al no tener amor por Frederick. De igual forma, se sentía agradecido por tener a Jenna, su hermano y su cuñada, a su lado, por el gran apoyo que le estaban dando. Al principio había tenido miedo de perder a Jenna cuando se enterase de que tenía un hijo y estaba buscando la manera más sutil de explicárselo, pero ahora ya no había nada de preocuparse, su relación era fuerte, nada ni nadie iba a poder derribarlos. 


Hola, hola, hola!! D: no he tenido nada de tiempo últimamente!! Tampoco he tenido tiempo de responder sus comentarios pero prometo hacerlo T_T 

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Hola, hola, hola!! D: no he tenido nada de tiempo últimamente!! Tampoco he tenido tiempo de responder sus comentarios pero prometo hacerlo T_T 

LA ASISTENTE ©Where stories live. Discover now