Capítulo 43

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Fede se quedó quieto a unos metros detrás de su tío Robert, observando a la hermosa mujer que tenía por madre. Ella estaba de pie, frente a la puerta, vistiendo una chaqueta oscura al igual que sus jeans ajustados. Ella lo miró a los ojos y le sonrió, Fede le devolvió la sonrisa con mucha felicidad y corrió hacia ella para rodear su cintura en un fuerte abrazo. Amaba muchísimo a su mamá.

—Te extrañé muchísimo —musitó Fede.

El duro corazón de Angelina casi se rompe a pedazos con esa simple confesión. Lo rodeó con brazo izquierdo y con la mano derecha acarició su calva cabecita.

—Estaba ocupada —y no era del todo mentira.

— ¿No me extrañaste? —Fede levantó la cabeza para mirarla, sonaba algo triste y curioso.

—Claro que te extrañé, por algo estoy aquí. Ya vamos, que se nos hace tarde y tienes que estar aquí antes de las diez.

—Cuídalo mucho —dijo Robert sujetando la puerta.

—Lo sé, no es necesario que lo digas —lo miró de forma frívola.

—Hasta luego, campeón —se despidió Robert de su sobrino.

Fede simplemente salió contento y riendo. Tomó a su madre de la mano y caminaron juntos en dirección al ascensor.

***

Zoy estaba transcribiendo los últimos documentos del día, en la recepción. Estaba agotadísima, solo quería llegar a casa, darse una ducha, tomar un delicioso zumo de naranjas y dormirse. Dejó por un momento la computadora y movió de un lado para el otro su cuello mientras se palpaba la nuca. Le dolía el cuello y los hombros.

—Lo que daría por un masaje... —dijo inconscientemente, cerrando por un momento los ojos, necesitaba descansar.

—Hago los mejores masajes del mundo o bueno, eso dicen con las chicas que salía —abrió abruptamente los ojos cuando escucho la voz de Ryan hablarle. Lo vio ahí, parado frente a ella con su característica sonrisa — ¿quieres probarlo? —preguntó extendiendo sus manos hacia ella.

—Aleja tus manos de mí —dijo fríamente. Sin siquiera moverse de su lugar y aun con la mano sobre la nuca.

Desde aquella noche de la fiesta no había sabido más nada de Ryan. Él no le había mandado ningún mensaje, ni una llamada, habían tenido cero contacto.

—Oye, no sabía cómo contactarte luego de aquel "suceso" pensé que no querrías saber nada de mí y...

—Supones bien.

Ryan le mostró los dientes por un segundo, rabioso, esa chica sí que empezaba a sacarle de sus casillas...pero le gustaba.

—Y he venido directamente hasta aquí a buscarte.

—No te hubieras molestado —dijo sin importancia.

—Necesitas relajarte —dijo lo obvio —y yo conozco el mejor lugar para que te des estreses. En serio, te relajará en pocos minutos, te llevo y te devuelvo a tu casa.

Ella se quedó mirándolo fijamente. Y él solo pensaba en cualquier otra estrategia para que dijera que si.

Zoey resopló, vencida.

—Está bien.

— ¿En serio? —Preguntó inaudito — ¡Digo! Genial. ¿A qué hora te liberas?

—Solo termino esta hoja y listo —dijo señalando la hoja.

—Bueno, perfecto, te espero.


LA ASISTENTE ©Where stories live. Discover now