Capítulo 22

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Alex despertó a causa de un olor agradable y suave que su olfato estaba experimentando. Giró la cabeza hacia su izquierda, buscando a la hermosa chica que lo acompañaba, pero ella no estaba ahí. Se recostó rápidamente sobre sus codos, frunciendo el ceño, ¿se había ido?

¡Qué noche la de anoche!

Se puso de pie y se colocó el pantalón de vestir que estaba en el suelo y salió detrás de aquel exquisito olor. La vio preparando café, en la cocina. Se recostó sobre la barra viendo su espalda. Hoy se sentía excelentemente bien.

—Buenos días —Saludó Alex, sobresaltando un poco a Jenna, quien se giró de inmediato para observarlo.

—Buenos días —Dijo tímida —Me tomé el atrevimiento de preparar el desayuno.

—Esta es tu casa, puedes hacer lo que te plazca... y —Le dedicó una sonrisa —nunca una mujer me preparó el desayuno —Admitió en voz baja.

— ¿Ni tu esposa? —Aún no se acostumbraba a tutearlo.

Alex negó con la cabeza.

—Ella odia cocinar, realmente nunca preparó nada en lo que llevábamos casados.

—Pues... es un honor ser la primera —Dijo sonriendo—. Por favor, siéntate.

Alex se sentó en uno de los taburetes y Jenna se dispuso a servir el desayuno que consistía en panqueques bañados en chocolate y una taza de café.

—Espero que te guste —Dijo, sentándose a su lado.

Alex probó el primer bocado y se deleitó con su sabor.

—Maravilloso.

Ella era tan hermosa... ¿Cómo no la notó antes en el trabajo? Quizá se encontraba muy enamorado de Angelina como haberse fijado en otras mujeres. Ahora Jenna le parecía una de las chicas más guapas.

Ella estaba bastante concentrada en terminar su desayuno y él estaba muy nervioso por decirle sobre aquel asunto que no podía hablar.

—Emm... —Dijo, sin saber muy bien cómo empezar.

—¿Si? —Preguntó, Jenna, prestándole completa atención.

—Yo tengo algo que decirte —dudó un momento.

—¿Qué es? —Preguntó, nerviosa.

El celular de Alex sonó, ¡bendito sea! Aquella definitivamente fue una señal divina advirtiéndole que estaba por hacer una tontería si le contaba, aun no era el momento.

—Ryan —Alex contestó la llamada.

—Alex, tengo algo que decirte —Se le escuchaba nervioso.

—Es sobre Jenna —Cuando dijo eso, Alex la miró con el ceño fruncido —. Está viviendo con el desgraciado de Nicolas.

Alex sonrió tranquilo. Había pensado que se tenía que enterar de otra cosa.

Estaba—Le corrigió —. Ahora vive conmigo.

—¿Qué? —Exclamó, sorprendido —Felicitaciones, digo, ella es una mujer guapísima.

—Muchas gracias, Ryan, veamos cómo avanzan las cosas, esperemos que bien.

—¿Te enteraste lo de Angelina? Comenzó su carrera como modelo.

—No, no lo sabía —Dijo sorprendido —. Pero me alegro por ella. Es una mujer guapísima y ya es hora de que haga algo por sí misma.

—Bien, Alex, ya no te quito tu tiempo, solo te llamaba para comentarte lo de Jenna, pero me alegra saber que todo está arreglado.

—¡Gracias, Ryan!

Guardó su celular en el bolsillo de su pantalón y observó a Jenna quien lo miraba fijamente, esperando el asunto del que tenía que hablarle.

—Quizá más adelante, Jenna, aún no me siento preparado.

—¿Es algo malo? —Preguntó, asustada.

—¡No! Para nada, bueno, depende de cómo lo veas. Solo dame una semana ¿sí?

—Quisiera saber ahora, pero si aún no te sientes preparado, te comprendo —Le sonrió, con total confianza.

Él besó su frente con cariño y ella cerró los ojos suavemente, disfrutando de aquel beso tan tierno.

—Gracias, Jenna. Eres una mujer bastante comprensible. ¿Te parece si vamos ya al trabajo? —Dijo mirando el reloj de pared, marcaban las siete y media de la mañana.

—No creo que llegar juntos al trabajo sea ético, ya sabes, se prohíben relaciones amorosas, son las reglas y políticas de tu empresa —Sonrió con diversión y él también.

—Qué irónico ¿no? Solo llegaremos juntos pero una vez dentro será el mismo trato de jefe a empleada.

***

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Alex y Jenna se separaron, ambos caminaron en direcciones distintas; él a su oficina y ella en la recepción en donde su amiga ya la estaba esperando ansiosa.

—¡Cuéntame todo! —Exigió, sin poder contener más la curiosidad — ¿Estás saliendo con Alex Forbes? —Preguntó en susurro para que nadie pudiera escucharla. 


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LA ASISTENTE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora