CAPÍTULO 51

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Estaba con las manos temblorosas, caminando por la calzada sin saber bien a donde dirigirse. Se abrazaba a si misma mirando el suelo, perdida en sus pensamientos, tratando de encontrar otra hipótesis de lo que acababa de ver, pero no había ninguna y no quería escuchar nada que viniera de la boca de patán porque simplemente no le creería ni una sola palabra, ni una excusa más. Las señales eran obvias y no las quería aceptar:

¿Verse con Angelina por el niño? Era cierto, pero también se podría tomar aquello como una excusa para estar a lado de esa serpiente.

¿No mandarla a juicio por no querer darle el divorcio? Una de las señales más claras era esa.

¿No demandarla por abandono de su hijo? Lo había dejado solo internado en un hospital del cáncer infantil. El chico no había tenido atención emocional ni física de la madre y ahora aparece como si nada.

Ella simplemente quería quedarse con los ojos vendados esperando que un milagro de Dios la ayudará; bajó la mano al vientre, pero se había equivocado con ese milagro. Soltó una risa de impotencia. ¿Qué haría ahora con un bebé en su vientre? de...

Detuvo sus pasos y sacó de su bolso uno de los sobres que contenía los resultados verificando cuanto tiempo de gestación tenía.

...de tres semanas.

Embarazada de tres semanas.

Aún era un embrión así que podría... abortarlo.

Abortar, le daba asco esa palabra y cuando pensó que Zoey lo quería hacer con ese embrión que lleva en el vientre estuvo en contra y ahora que ella se encontraba en la misma situación lo tomaba como única alternativa. ¿Qué podía hacer? No tenía un lugar a donde ir. No tenía dinero. No tenía familia. ¿Traer a un bebé para que viva en la calle? ¿Hacerle sufrir a una criatura que no tiene la culpa de nada? ¿hacerle pasar penurias? ¡Por supuesto que no!

Llegó hasta una cafetería, entró y se sentó en una de las mesas con sillas bancadas, muy cómodas.

Necesitaba aclarar sus ideas. Estaba con muchas preguntas y muy confundida respecto a lo que haría y a donde iría. Sacaría el dinero que había estado ahorrando en el banco, pero no le alcanzaría ni para dos meses de alquiler, apenas eso le daba para comer ahora que ya no tendría ayuda de nadie, principalmente de Alex ¡y no quería su ayuda!

Encendió su celular.

Le pediría a Zoey que se encargara de preparar su liquidación.

Habían llamadas perdidas de Alex y Zoey.

Zoey "Jenna, te quedarás en casa conmigo, te buscaremos un empleo hasta que te puedas mantener sola ¿está bien?"

Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba totalmente conmovida por ese gesto tan bello de parte de su amiga.

Le respondió el mensaje.

"Muchas gracias, Zoey, sabes que no tengo a donde ir y tengo ahorrado dinero de las llamadas que hacía y de la empresa, están en el banco. En serio, te agradezco mucho. Necesito que me hagas mi liquidación, no lo olvides"

Suspiró antes de abrir el mensaje de Alex.

"Jenna todo fue un maldito mal entendido, Angelina vino a firmarme los documentos del divorcio, no estábamos teniendo sexo, no sé porque carajos se ha subido a mi escritorio y me estiró rodeándome con sus piernas, ¡¡créeme!! Por favor, espérame en el departamento"

Cerró molesta el mensaje y de inmediato le llegó el de Zoey.

"Hablaré con mis padres, no se negarán nunca, sabes que te aprecian mucho. Espérame en algún lugar para ir juntas. Ahora mismo te lo hago"

LA ASISTENTE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora