CAPÍTULO 53

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Le dolía marcharse de aquella forma, sin despedirse correctamente del pequeño niño. Estaba agachada a lado de la cama de Fede mientras le acariciaba suavemente la frente; estaba más pálido de lo normal. Tenía fe de que él podría vencer el cáncer y llevar una vida normal y duradera.

-Eres la cosita más bella que he conocido... -susurró con suavidad, su intención no era despertarlo -le robas el corazón a cualquier persona que te conozca, incluso a las brujas malvadas -sonrió con tristeza -. Ya tendrás a tu mami y a tu papi juntos de vuelta -se inclinó hacia el frente y besó su nariz.

-¿En serio?

Jenna alejó un poco el rostro para ver los ojos azules apagados de Fede que la miraban con curiosidad.

-En serio -le sonrió con ternura y dolor.

-¿Tendré dos mamis?

-¿Qué?

-¿Vendrá mi mami a vivir con nosotros tres?

Ella se tapó el rostro con ambas manos tratando de controlar sus sentimientos, no lloraría, no lo haría. Él la consideraba como una segunda madre, el sentimiento que le había causado escuchar aquello era inexplicablemente conmovedor.

Colocó las manos sobre el colchón. -No lo sé, mi amor, eso debes preguntárselo a tu padre, además, no pensé que estuvieras escuchándome.

Fede se encogió de hombros. -Desperté.

-Te quiero mucho mucho mucho ¿lo sabes verdad?

Fede sonrió de forma tímida y afirmó con la cabeza.

-Yo a ti.

Emma entró cuidadosamente a la habitación con un pequeño bolso de viaje en la mano. Fede la miró extrañado.

-¿Te vas de viaje tía?

Emma no sabía que responder, no esperaba encontrarlo despierto.

-Yo iré de viaje -le respondió Jenna.

-¿A dónde?

-Un poco lejos.

-¿Te irás para siempre?

Jenna dudó en que responder.

-Si, es para siempre.

-No, Jenna, no, no, no -dijo sentándose en la cama.

-Mi amor, te llamaré siempre y vendré a visitarte también ¿está bien? -dijo sujetando al pequeño quien se había lanzado a ella, rodeando su cuello con sus brazos.

No pudo contener las lagrimas por más tiempo y comenzó a llorar al igual que Fede.

-No quiero que te vayas -gimoteó, sorbiéndose los mocos.

-Tampoco me quiero ir, no quiero alejarme de ti.

-¿Entonces por qué te vas? -separó su rostro del cuello de Jenna y la miró con esperanzas -. Si no te quieres ir, quédate -le sonrió.

No podía contarle sobre la situación, era muy pequeño para confundirlo de esa manera, él no entendería nada.

-Porque tengo que cuidar de mi primita, es pequeña al igual que tu y se ha quedado completamente sola -mintió - ¿quieres tu que se quede sola sin que nadie la cuide? Tu tienes a tu tía, a tu tío, a tu papi a tu mami, ella está solita con mucho miedo.

Fede dejó de llorar y se volvió a sentar en la cama limpiándose las lagrimas y los mocos con su remerita.

-Bueno, pero cuando ella ya no tenga miedo ¿volverás?

-Te lo prometo, mi amor -besó su frente con dulzura -. Nos vemos luego ¿sí? -dijo poniéndose de pie, le dolía dejarlo y más verlo así de mal por su salud.

Aún no se quería ir, pero el tiempo pasaba y Alex no tardaría en hacerse presente.

Fede asintió con la cabeza, bajó de la cama y la abrazó por la cintura, ella por supuesto le devolvió el abrazo.

Salieron de la habitación y Roberts estaba de brazos cruzados, recostado en la pared del pasillo, la miró con lástima. Emma le había contado lo sucedido mientras juntaba las pertenecías de Jenna.

-No puedo creer que mi hermano... -dijo con rabia, pero calló, no podía estallar frente al niño -. Es una pena.

-Gracias por todo -dijo en un hilo de voz Jenna y se acercó para darle un abrazo de despedida -. Quiero atreverme a decirte que fuiste el mejor cuñado que he tenido.

-Él siempre nos habló tan bien de ti, Jenna, no podemos creerlo, en serio.

-Te quiero -ella le sonrió, separándose de él.

Emma se acercó para darle un abrazo de despedida a Jenna. -Estaremos en contacto ¿sí?

-Gracias por todo, Emma, eres una persona tan genial, te agradezco por toda la calidez con la que me has tratado, te adoro un montón -le sonrió separándose del abrazo.

-Y tú simplemente grandiosa en todos los sentidos -le sonrió.

Jenna se agachó para darle un ultimo abrazo al niño y besó su mejilla de una forma ruidosa y graciosa haciéndolo reír.

-Haz caso a todo lo que te digan ¿sí? Y recuerda: no te subas en vehículos extraños, si un desconocido te llama no te le acerques, corre, no aceptes dulces de desconocidos ni recojas dulces tirados de la calle ¿entiendes?

-Si.

-¿Serás un buen chico?

-¡Lo seré!

-¿Comerás la comida por más que no tengas hambre?

Fede hizo una mueca de desagrado.

-Debes ponerte sano y fuerte para vencer tu enfermedad -dijo seria - ¿comerás, aunque no tengas hambre?

Fede dudó por un momento.

-Lo haré.

-Muy bien, cariño. Te amo, recuérdalo siempre.

Le dio un ultimo abrazo antes de tomar su bolso y salir del departamento.

Le dio un ultimo abrazo antes de tomar su bolso y salir del departamento

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LA ASISTENTE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora