Capitulo 42

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Alex estacionó el vehículo frente al departamento de Nicolas en donde estaba viviendo con Angelina. El miraba adelante mientras que la mujer lo miraba fijamente con una media sonrisa. No le hacía tanta gracia tenerla cerca. No sentía más nada por ella, pero él sabía de las intenciones de ella con él.

-Bueno, buenas noches -fue lo único que dijo Alex, sin siquiera mirarla.

-Gracias por la cena -dijo forzadamente, molesta porque Alex no le estaba prestando atención. Giró la cabeza hacia la parte trasera del auto y por primera vez le regaló una sonrisa verdadera a su hijo... su hijo -. Me gustó mucho verte, Fede -su voz se suavizó con él y por primera vez lo miró detenidamente, no se había dado cuenta de lo guapo que era con esa carita redondita, los ojos azules al igual que su padre y las mismas facciones que ella - ¿Sabes? No me había dado cuenta de lo guapo que eres.

Alex giró la cabeza lentamente hacia ella y la miró entre sorprendido y molesto pero lo supo ocultar muy bien. Ella nunca había hablado así, nunca había utilizado un tono de voz tan... tan maternal. ¿Estaba fingiendo o no? Nunca se había interesado por su hijo.

-Gracias, mami.

-Buenas noches -se despidió y salió del vehículo y camino en dirección a su departamento mientras rebuscaba la llave en su bolso.

-¡Mami! -oyó la voz de su hijo llamarla.

Se giró y se sorprendió cuando vio al pequeño correr a su dirección. Él rodeó su cintura con sus delgados brazos y hundió el rostro en su estómago. Ella simplemente dejo los brazos extendidos hacia los costados y entreabrió la boca, sin saber muy bien que hacer, no era tan afectiva con los niños. Después de unos segundos, delicadamente rodeó al niño con los brazos.

-Te quiero, mami -levantó el rostro y le sonrió.

Era un momento bastante incómodo para ella.

-Bueno, ya... vete, vamos -le separó lentamente de ella.

-Si mami, descansa -se puso de puntitas y estiró los labios. Angelina sabía que quería darle un beso, rodó los ojos y se agachó para que el niño le besara la mejilla y ella besó la de él.

El pequeño salió corriendo en dirección al automóvil y ella lo vio marcharse. Dios mío ¿Qué le estaba sucediendo? La dulzura de ese pequeño estaba ablandando su duro corazón.


***

Alex llegó a su departamento, eran las once de la noche y llegaba con su hijo, dormido en brazos. Quitó las llaves del bolsillo de su pantalón y con cuidado y dificultad lo metió en el cerrojo; abrió despacio la puerta, no quería despertar al niño. Sintió algo de miedo, no tenía el peso adecuando que tendría que tener cualquier niño, era tan ligero como una pluma.

-¿Alex? -preguntó Jenna, levantándose del sofá.

Alex la miró y le sonrió en modo de respuesta. Ella tapó su boca con sus manos, no quería despertar al pequeño. Ella caminó apresuradamente hacia ellos, le dio un beso a Fede en la frente y luego le dio un casto beso en los labios a Alex y cerró la puerta.

-Gracias -susurró él.

-Llévalo a la habitación.

Dicho esto vio marcharse a Alex y ella volvió al sofá, estaba viendo una película de comedia, bastante entretenida. No había podido conciliar el sueño. Minutos después Alex volvió, ya vestido con la ropa de dormir y se sentó a lado de Jenna robándole un puñado de palomitas que ella tenía entre los brazos.

LA ASISTENTE ©Where stories live. Discover now