Capítulo 46

4.4K 390 43
                                    


Capítulo cuarenta y seis
"Sollozos"

Tom emergió de las duchas con su apariencia habitualmente impecable interrumpida por el rastro de sangre que manchaba su rostro. Su cabello oscuro estaba empapado y desordenado, pero su presencia seguía siendo magnética. Leah no pudo evitar notar cómo la toalla blanca que rodeaba su cintura resaltaba los contornos de su cuerpo mojado, un detalle que no pasó desapercibido para ella, a pesar de la situación.

El contraste entre la sangre y el agua que goteaba de su rostro creaba una imagen desgarradora, especialmente cuando Tom se detuvo frente a los espejos empañados para limpiarse con determinación. Leah, mientras tanto, se encontró luchando contra su propia hemorragia nasal, que curiosamente cesó al mismo tiempo que la de Tom.

La intensidad de sus emociones se vio exacerbada cuando los espejos se despejaron y Tom se miró fijamente a sí mismo. La furia y la determinación ardían en sus ojos, y Leah no pudo evitar notar un brillo rojo que reflejaba algo más oscuro y siniestro.

Sin embargo, la tranquilidad se rompió con el estallido repentino del espejo, y Leah observó con sorpresa cómo Tom se derrumbaba en silencio frente al lavamanos. Los sollozos apenas audibles resonaban en el aire, revelando una vulnerabilidad que Leah nunca había visto en él.

Las lágrimas de Tom, tan inesperadas como desgarradoras, provocaron una respuesta inmediata en Leah, y pronto se encontró compartiendo su dolor en un silencio cargado de pesar y compasión. A pesar de todo, en ese momento, Leah no pudo evitar sentir una conexión con Tom que trascendía sus diferencias y conflictos previos.

(...)

Una vez fuera del baño, Leah se obsesionó con la idea de destruir el Horrocrux que había encontrado en posesión de Tom. Intentó todos los métodos conocidos para erradicar la oscura presencia del objeto maldito, pero ninguno parecía tener efecto. La frustración y la desesperación crecieron dentro de ella mientras luchaba por liberarse de la sombra que Tom había proyectado sobre su vida.

Sin embargo, un destello de esperanza surgió cuando el Horrocrux finalmente desapareció en el aire, dejándola con la ilusión de que lo había destruido. Con ese peso levantado de sus hombros, Leah se sumergió aún más en su plan para acabar con la fuente de su tormento: Tom Riddle.

El bosque Prohibido se convirtió en el escenario de su decisión final. Consciente de la obsesión que Tom sentía por ella, Leah confiaba en que su convocatoria lo llevaría directamente a su encuentro. Contaba con las raíces de los árboles para atraparlo y facilitar su tarea de acabar con él de una vez por todas.

Aunque la oscuridad de su plan la inquietaba, Leah estaba decidida a liberarse del control que Tom había ejercido sobre ella. En su mente, la muerte de Tom significaba la libertad de su propia alma, incluso si eso implicaba sucumbir a los instintos más oscuros que la habían consumido desde que se cruzó en el camino de aquel que alguna vez fue su confidente y amigo.

The secret of Tom Riddle.Where stories live. Discover now