Capítulo 56

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Capítulo cincuenta y seis
"Espejo Augur"

La anticipación por el baile se palpaba en el ambiente del castillo. Los pasillos estaban llenos de murmullos emocionados mientras los estudiantes ultimaban los detalles de sus trajes y los planes para la noche. Sin embargo, para Leah y Tom, el baile significaba algo más que solo una ocasión social.

Ambos se sentían atraídos por el misterio del futuro, deseando conocer qué les deparaba el destino. La búsqueda del conocimiento los llevó a la sala de menesteres, un lugar cargado de magia y secretos ocultos. Allí, entre las sombras y los ecos del pasado, esperaban encontrar respuestas que pudieran dar forma a sus destinos.

El espejo de Augurio, con su poder para revelar posibles futuros, era su boleto para la comprensión de lo que les aguardaba. Sin embargo, su uso era arriesgado y complejo, y solo aquellos con la sabiduría y el coraje adecuados podían desentrañar sus secretos más profundos.

La historia del espejo, desde su origen en Borgin y Burkes hasta su llegada a Hogwarts a través de las manos de James Whitermore, añadía una capa adicional de misterio y peligro a su búsqueda. La oscuridad del callejón Knockturn resonaba en la mente de Leah y Tom mientras contemplaban el desafío que tenían ante ellos.

Para Leah, el deseo de salvar a su madre y proteger a su padre era una fuerza impulsora imparable. El giratiempo, una herramienta poderosa y única, era su arma en esta batalla contra el destino. Sin embargo, la amenaza de Grindelwald siempre acechaba en las sombras, recordándoles el peligro que enfrentaban y la importancia de su misión. Ya que Grindelwald buscaba aquel giratiempo, por ser diferente a los demás.

El aire fresco y animado de Listonboix envolvía a Weily y Leah mientras recorrían las tiendas en busca del vestido perfecto para el baile. Para Leah, la elección era clara: un vestido negro elegante y sobrio que reflejara su determinación y confianza. Cada detalle del vestido, desde la falda lisa hasta el corte impecable, resonaba con su estilo distintivo.

Por otro lado, Weily navegaba entre una multitud de opciones, probándose vestidos en una búsqueda interminable de la combinación perfecta de estilo y comodidad. A pesar de su exigencia, solo un vestido lograba cumplir con sus estándares meticulosos, aunque nunca parecía ser el indicado para llevarlo a casa.

Finalmente, con sus elecciones hechas, regresaron a Hogwarts, cada una sumida en sus propios pensamientos y planes para la noche del baile. Mientras Leah se preparaba para deslumbrar con su elegancia atemporal, Weily se sumergía en la emoción del evento por venir, llevando consigo la promesa de una noche llena de alegría y camaradería.

En la tranquila penumbra de la sala común de Slytherin, Tom Riddle se sumergía en la lectura de un antiguo tomo de magia oscura. Absorto en sus pensamientos, apenas notaba el suave murmullo de la chimenea y el crujido de las llamas danzantes.

Desde su rincón en la sala, Leah Linghood observaba a Tom con una mezcla de fascinación y exasperación. Aunque intentaba concentrarse en sus propios asuntos, su mirada siempre se desviaba hacia él, tan concentrado y misterioso. La forma en que sus labios se fruncían ligeramente mientras leía, la inclinación de su cabeza hacia el libro, todo en él parecía hipnótico para Leah.

Sin embargo, cuando sus miradas se encontraron, Leah se sobresaltó, sintiéndose atrapada en un instante de complicidad inadvertida. Trató de disimular, desviando la mirada apresuradamente y levantándose para retirarse a su habitación.

Pero antes de que pudiera dar un solo paso, la voz de Tom, suave y serena, resonó en la sala. -¿Leah?- La llamada fue suave pero firme, deteniéndola en seco en su camino hacia las escaleras.

Leah se giró lentamente hacia él, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. -¿Sí?- respondió, tratando de mantener la compostura mientras se enfrentaba a su mirada intensa.

Los ojos de Tom parecían contener un brillo de curiosidad, como si quisiera decir algo más pero se contuviera. "Nada", dijo finalmente, con un ligero encogimiento de hombros. -Solo quería asegurarme de que estuvieras bien.

Leah se quedó momentáneamente sin aliento ante la inesperada muestra de preocupación de Tom. Aunque trató de ocultarlo, una pequeña chispa de emoción se encendió en su interior. -Gracias-, murmuró, antes de girarse y apresurarse hacia las escaleras, esta vez sin ser interrumpida.

The secret of Tom Riddle.Where stories live. Discover now