Capítulo 75

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Capítulo setenta y cinco
"Que hubiera sido"

Tom Riddle, cuyo nombre ya era sinónimo de excelencia académica en Hogwarts, había concluido sus estudios con honores, una proeza reservada solo para los más brillantes. Pero, contrariamente a lo que muchos esperarían de un graduado tan distinguido, Tom se encontraba sumido en la penumbra de Borgin & Burkes, sirviendo a una pareja de ancianos con más secretos que años.

Su empleo allí no era por necesidad financiera ni por falta de ofertas más prestigiosas; tenía un propósito específico: recuperar el guardapelo de Salazar Slytherin, una pieza clave en su oscuro sendero hacia la inmortalidad.

Mientras tanto, Leah había vuelto a Londres, la ciudad que siempre parecía llamarla de vuelta, esta vez con un propósito muy diferente. Estaba allí no solo para reconectar con su padre sino para entrelazar su vida con la de James Whitermore en matrimonio.
Buscando un regalo de bodas que fuera tanto significativo como duradero, Leah se dirigió a Borgin & Burkes, guiada por el rumor de un antiguo collar que estaba en posesión del señor Burkes, un objeto que sabía encantaría a James.

Al entrar en el establecimiento, un lugar donde cada sombra parecía susurrar secretos antiguos, Leah esperó a ser atendida. No se dio cuenta de que el joven que finalmente se giró para atenderla era Tom, su amor olvidado, ahora casi irreconocible en su nueva piel de vendedor de artefactos oscuros.

-Disculpe -dijo Tom con una voz que no era más que un eco del pasado-, ¿en qué puedo ayudarle?

A simple vista, no se reconocieron.

El abismo de los años y las decisiones tomadas los había cambiado demasiado.
Leah, manteniendo la compostura, solicitó el guardapelo prometido por el señor Burkes, un regalo para su futuro esposo.

Mientras Tom buscaba el objeto, un guardapelo elegantemente marcado con una 'W', sus dedos temblaron, dejándolo caer al suelo en un acto que parecía simbolizar el desmoronamiento de lo que una vez fue.Cuando ambos se inclinaron para recoger el guardapelo, sus manos se rozaron brevemente, y en ese fugaz contacto, un torrente de recuerdos inundó a Tom.

Por un momento, vio a Leah no como la desconocida que estaba frente a él, sino como el amor perdido que una vez había consumido su corazón. Le ofreció una sonrisa torpe, una rendición al destino, sabiendo que ella no recordaría el vínculo que una vez compartieron.

Y así, con el guardapelo finalmente en sus manos, Leah se giró para irse. Pero justo en el umbral, se detuvo y, sin mirar atrás, murmuró un "Adiós, Tom".

Fue una despedida cargada de una finalidad profunda, un cierre no solo para su encuentro sino tal vez, para lo que alguna vez habían sido el uno para el otro.

Leah se alejó, decidida a no mirar atrás, consciente de que ahora tenía una vida con James, una vida que había elegido y no cambiaría por los ecos del pasado. Se casaría con James, dejando atrás la tienda y a Tom, encerrado en su propio mundo de "qué hubiera sido".

The secret of Tom Riddle.Where stories live. Discover now