Capítulo 8. Plan de captura

5.3K 453 74
                                    


Era ya tarde y la mayoría de los miembros de la orden querían regresar a sus hogares. Lily estaba igual, se sentó con James de un lado y Sirius del otro esperando que la reunión terminara rápido para poder ir a dormir.Miró a su marido, quien había salido del hospital hacia una semana. Inmediatamente había regresado a su trabajo de Auror, ignorando las instrucciones del Sanador de "descansar y recuperarse". Negó con la cabeza ante el comportamiento de su esposo. Sus brillantes ojos verdes se fijaron en el cuello de James, verificando que no hubiera ninguna cicatriz después del horrible ataque. No había ni una sola marca. Lily había hecho una poción para evitar cicatrices y se la había aplicado a James dos veces al día, de otra forma una fea cicatriz habría quedado desde debajo de su oreja izquierda hasta la nuca, la parte en la que había cortado la daga. De nuevo Lily dio gracias a Dios por que James estuviera bien. El ataque pudo haber sido fatal, pero tuvo mucha suerte de sobrevivir.

Fue sacada de sus pensamientos cuando Dumbledore llegó y la habitación cayó en silencio esperando que la reunión comenzara. Albus Dumbledore se paró frente al cansado grupo.

—Muchas gracias a todos por venir.— comenzó. Miró a todos los que estaban frente a él y se detuvo al mirar a James, Sirius y Kingsley-.— Es verdad,— dijo simplemente—, Voldemort tiene un heredero.

La atmosfera en la habitación cambió casi al instante. Jadeos de sorpresa se escucharon en toda la habitación. Los únicos que permanecieron tranquilos fueron lo que ya habían conocido al hijo del Lord Oscuro.

—¿Cómo es eso posible?— preguntó McGonagall.— ¿No habríamos escuchado algo desde hace tiempo ya?

—Creo que Voldemort lo ha mantenido en secreto,— respondió Dumbledore—, incluso muchos de sus hombres no saben si en verdad su Amo tiene un hijo,— inclinó la cabeza hacia Severus, quien estaba paralizado evitando mirar al director—, es por eso que la Orden no supo de él hasta ahora.

—No lo entiendo,— dijo Elphias Doge con su ruidosa voz—, ¿por qué Ya-Saben-Quien mantendría en secreto a su hijo, hasta para sus Mortífagos?

—Tal vez no confía en ellos,— opinó Remus—, tendrá miedo de que uno de sus hombres pueda tratar de acabar con su linaje. Sabemos que hay muchos Mortífagos tratando de ganar favores por parte de Voldemort esperando ser los elegidos a quedarse en su lugar.

—¡Si, ese monstruo tiene que morir algún día!— refunfuñó Moody. Dumbledore no dijo nada pero sus cejas se alzaron ante las palabras de Moody, un flasheo de preocupación cruzó sus ojos.

—Parece que, por alguna razón, Voldemort tiene a su hijo en secreto,— continuó Dumbledore—, Severus no me confirmó que entre la multitud de Mortífagos hay algunos que creen en la existencia del heredero y otros que creen que no es más que un mito.

—¡Él no es un mito!— murmuró Sirius.— Él es muy real.— se frotó las costillas aún un poco adoloridas por la paliza que le habían dado.

—Algunos Mortífagos han dicho que vieron la sombra del chico dentro y en los terrenos de la mansión Riddle por años, pero nadie ha visto su rostro,— continuó Dumbledore—, creo que Severus habló con los Mortífagos de bajo rango que vigilan la puerta de entrada y que dicen haber conocido al chico de la máscara plateada, lo han visto entrar y salir de la mansión.

—¿Por qué lo dejan entrar si no saben quien es?— preguntó Kingsley.

—Dicen que el mismo Voldemort les dijo que si veían a un chico con una máscara plateada nunca se pusieran en su camino,— respondió Dumbledore—, dicen que Voldemort les instruyó que se pusieran de rodillas y se inclinaran ante el muchacho y que no se atrevieran a mirarlo a los ojos.

Harry Potter y la Oscuridad DentroWhere stories live. Discover now