Capítulo 41. El plan

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Lord Voldemort no creía posible estar más molesto que como estaba en ese momento. Había pasado un mes desde que sus incompetentes Mortífagos habían dejado ir a Harry y aún no tenía ni una pista de donde podría estar. Voldemort no podía perder más tempo. Perdería la guerra sin Harry, y si las cosas seguían como iban en ese momento, el otro bando tendría a Harry antes que ellos.

Sin embargo, Lord Voldemort no quería admitir que una gran parte de él quería a Harry de vuelta por otra razón aparte de la guerra. Extrañaba a Harry, pero todo el numerito que el chico había hecho al destruir su Horrocrux estaba carcomiéndolo por dentro. Nunca en su vida había esperado que Harry hiciera algo como eso. Pero Voldemort sabía que el muchacho no sabía en donde estaban los demás Horrocruxes, así que no tenía de que preocuparse por eso. Harry sería castigado severamente antes de que le modificaran la memoria.

Esa era otra cosa que lo ponía furioso. Había pasado ya mucho tiempo como para simplemente lanzar un Oblivate a Harry. ¡Más de un mes! Eso significaba que debía capturar a Harry y él mismo tendría que hacer un poderoso hechizo para cambiar su memoria, ya que no podía arriesgarse a que alguien más jugara con la mente de Harry. Lord Voldemort sabía que información y cuáles memorias dejar y cuáles borrar.

El Lord Oscuro había dado instrucciones. Recompensaría a la persona que trajera a Harry de vuelta aumentando su poder. Obtendrían una fuente de poder de pura magia que podría ser usado con casi cualquier cosa. Eso había emocionado muchísimo a los Mortífagos. Ahora había una recompensa por la captura de Harry. Una recompensa que superaba por mucho los cinco mil Galeones del Ministerio. Eso motivaría más a los Mortífagos para atrapar al chico. Lord Voldemort miró a sus Mortífagos salir rápidamente de la habitación. "Pronto" pensó "Harry regresará conmigo pronto".

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Harry entró en el enorme edificio que era el Ministerio de Magia. Ron le había dicho todo lo que necesitaba saber sobre los pasillos del mismo. El pelirrojo y sus hermanos lo habían visitado tantas veces que lo tenían casi memorizado.

Después de entrar a la cabina telefónica, recordó los números que le había dado Ron, quién lo había memorizado después de ver a su padre y hermano, Percy, marcarlo varias veces. Harry presionó los números y escuchó la voz de una mujer llenar la caseta.

—"Bienvenido, por favor, ingrese su nombre y propósito de visita" Harry se aclaró la garganta antes de hablar.

—James Potter, Auror.— dijo claramente. Harry no sabía realmente si sonaba como James, pero después pensó que probablemente no hablaría mucho una vez dentro, así que se limitaría a ser su mejor imitación de James. La voz de la mujer llenó la caseta de nuevo.

—"Gracias. Esperamos que disfrute su día en el Ministerio de Magia".

Una pequeña tarjeta salió en el pequeño orificio de donde se suponía salían monedas y Harry la tomó rápidamente. De inmediato la cabina telefónica comenzó a moverse. Se movió hacia abajo, bajo tierra. Harry se quedó quieto, su corazón latía con fuerza en su pecho. Iba a entrar de contrabando al Ministerio. Si lo capturaban ahí ya nunca más podría salir, jamás. Toda persona dentro de ese edificio lo buscaba, y él les facilitaba las cosas entrando ahí.

—Espero que esto valga la pena.— murmuró para sí mismo.

La cabina telefónica llegó hasta el fondo y la puerta se abrió. Harry entró a un magnífico recibidor. Era muy grande y con montones de chimeneas a los lados, cubrían las paredes de alrededor. Había un escritorio en medio de todo y otro en una esquina, Ron le había dicho a Harry que el que estaba en el medio era para que los visitantes se anotaran y registraran sus varitas. El de la esquina era para trabajadores de Ministerio. Ya que James era un Auror no tenía que registrar su varita.

Harry Potter y la Oscuridad DentroHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin