2/2. Capítulo 36. La verdad te hará libre

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Harry sabía que preguntarle a su padre si conocía a alguien llamado Wormtail sería muy difícil, por el simple hecho de que su padre definitivamente iba a querer saber por qué Harry preguntaba. El chico no quería molestarlo diciéndole que James Potter lo había mencionado. Lord Voldemort se molestaría mucho porque Harry le creyera a Potter que su propio padre le estaba ocultando algo.

También sabía que preguntarle a Bella sería probablemente mucho peor que preguntarle a su padre, así que sólo le quedaba una persona, Lucius Malfoy. Sería bastante sencillo, ya que desde que Hogwarts había cerrado, Draco se la pasaba en la mansión Riddle. Harry estaba de lo más feliz de haber provocado el cierre del colegio, debido a su escape y al ataque al Expreso de Hogwarts. "Le sirve de lección al viejo tonto, ese maldito manipulador hijo de pe..."la voz de Draco interrumpió sus pensamientos.

—Vas a mover o planeas quedarte ahí para siempre.— Harry miró a Draco y se dio cuenta de que el rubio se refería al juego de ajedrez en medio de ellos.

—Oh... um... ahí, jaque mate.— dijo Harry casi aburridamente. Draco miró el tablero de ajedrez sorprendido. No había visto venir eso.

—¿Cómo te volviste tan bueno en ajedrez, así de la nada?— dijo Draco sospechosamente. Harry se encogió de hombros y se recargó cómodamente en su silla.

—Siempre he sido bueno. Es sólo que no había tenido mucho tiempo para practicar, es todo.— respondió Harry.

—¿Aún no tienes suerte con tu siguiente misión? — preguntó Draco.

—No, al parecer el incidente del Expreso de Hogwarts sigue en fresco en la mente d mi padre. Cree que debo compensar todo el tiempo de entrenamiento que perdí antes de que me vuelva a enviar a una misión.— dijo Harry.

—Entonces, ¿cómo te va con tu entrenamiento?— se burló Draco mirando como Harry se ponía más cómodo en sus silla.

—Malfoy, entrené por seis horas seguidas hoy, basta de tus comentarios.— Harry y Draco siguieron jugando ajedrez, cerca de media hora después, un golpe en la puerta de la habitación los hizo girarse, Lucius entró.

—Draco, ¿listo para irnos? — preguntó en voz baja.

—Aún no, padre.— respondió el chico concentrándose en su siguiente jugada. Harry se sentó derecho y miró a Lucius entrar en su habitación. "¡Esta es mi oportunidad!" pensó.

—¿Por qué no esperas aquí, Lucius? Sera divertido ver a tu hijo perder espectacularmente contra mí.— dijo Harry dedicándole a Draco una mirada burlona. Draco lo miró con sus ojos grises entrecerrados.

—¡Bien! Eso ya lo veremos.— dijo Draco antes de ordenarle a otra pieza que se moviera y aplastara uno de los peones de Harry. Lucius se sentó y miró a los dos chicos jugar por un momento. Como lo esperaba, Harry ganó el juego dejando más frustrado y molesto a Draco.— ¡No lo entiendo! Nunca fuiste bueno jugando ajedrez. Eso era la única cosa en la que yo era mejor que tu. ¿Por qué jodidos te volviste tan bueno? — preguntó Draco enfadado.

—¡Draco! ¡Cuida tu boca! Pareces olvidar con quién estás hablando a veces. Harry es el Príncipe Oscuro. ¡Deberías cuidar tu lengua o el Lord Oscuro hará que te la corten! — dijo Lucius a su hijo, Draco pasó saliva pesadamente y apartó la mirada. Harry tuvo la oportunidad que esperaba.

—Lucius, deberías relajarte un poco. Mi padre no está aquí, y no llegará hasta mañana, así que nadie le dirá nada a Draco ¡Y deja de llamarme Príncipe todo el tiempo! Se está volviendo molesto.— Harry obtuvo el resultado que esperaba. Lucius levantó la mirada hacia Harry, pero antes de que el chico pudiese decir algo, Draco habló.

Harry Potter y la Oscuridad DentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora