Harry Potter y la Oscuridad Dentro

Capítulo 63. El sufrimiento del salvador

El aire en la mansión Potter estaba lleno de preocupación y una gran sensación de pérdida. Nadie tenía nada reconfortante que decir. Todos escucharon en silencio, temiendo cada vez más por Harry, A Ginny relatar los acontecimientos en la Mansión Riddle. Nigel seguía encogido en el regazo de su madre y no se quería soltar. No había dicho ni una sola palabra desde que había regresado. El pequeño se había abrazado de su madre desde que Ginny lo había soltado.

Habían llamado a Poppy para que atendiera a Ginny y Nigel. Dijo que el bebé estaba en shock debido al trauma que había pasado, pero que estaría bien. Regresaría a la normalidad cuando se diera cuenta de que estaba bien y que no corría peligro alguno. Era demasiado pequeño como para entender lo que le había pasado. Todo lo que sabía era que se lo habían llevado del lado de sus padres. Todos los gritos y maldiciones a su alrededor lo habían afectado demasiado.

Rápidamente, Poppy comenzó a sanar las manos de Ginny. Apenas si podía concentrarse. Su mente seguía pensando en las cosas que podrían estarle pasando a Harry. Ginny se había quedado callada después de contarles a todos que Harry la había forzado a escapar. Se sentó quieta, con los ojos llenos de lagrimas, mientras Poppy le vendaba las manos. Estaban muy heridas y le tomaría un par de días recuperarse.

Frente a ella estaba Damien. Su rostro aun le dolía por el golpe que le había dado Harry. Sus ojos avellana estaban fijos en la chimenea, deseando silenciosamente que Harry llegara tambaleandose, justo como Ginny lo había hecho hacia una media hora. Aun no podía creer que Harry se hubiera ido. Sintió que una mano apretaba suavemente su hombro. Aparto la mirada de la chimenea y levanto el rostro para ver a Hermione, con el rostro lleno de lagrimas. Hermione se arrodillo junto a el para intentar consolarlo. No sabia que decir para hacerlo sentir un poco mejor.

Un rato después, Dumbledore levanto la cabeza y se dirigió a todos.

-Debemos esperar por Severus. Él es el único que puede ayudarnos a llegar hasta Harry. No perdamos la esperanza. Harry superará esto- la última frase fue dirigida hacia los padres, sentados entre los demás.

Ni James ni Lily se movieron ante las palabras de Dumbledore. Sirius suspiro profundamente y miro al anciano. "Si Snape es lo mejor que tenemos para recuperar a Harry, entonces toda esperanza está perdida" pensó miserablemente.

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Harry fue lanzado con fuerza al piso de piedra. Su cabeza golpeo el suelo causándole un agudo dolor. Se quedó tirado jadeando para recuperar el aire mientras escuchaba pasos a su alrededor. El dolor de su cicatriz comenzaba a enfermarlo. Había ido a dar al suelo debido al montón de maldiciones que le habían lanzado los Mortífagos, en cuanto Ginny y Nigel habían desaparecido hacia la seguridad de la mansión Potter. Le habían atado las manos a su espalda y ahora lo arrastraban hacia donde se encontraba su Amo.

Harry sintió dos pares de manos tomándolo por los brazos y levantarlo hasta dejarlo de rodillas. Su visión comenzó a desvanecerse cuando su cabeza y su cicatriz combinaron las punzadas de dolor con fiereza. Sintió, más que vio, la mirada asesina que le dedicaba Voldemort. Su visión se aclaró lo suficiente para mostrarle a Voldemort de pie frente a él, sus ojos hirviendo de furia.

Harry se quedó de rodillas. Sabía que si intentaba ponerse de pie, solo lo empujarían para volver a quedar agachado frente a Voldemort. Harry mantuvo los ojos fijos en su anterior padre, retándolo en silencio a que hiciera lo que había dicho y tomara su venganza.

-Tenía razón con respecto a ti. ¡No puedes ser más tonto Gryffindor de lo que ya eres! - siseo molesto.

Harry sonrió enormemente ante el insulto tan familiar.