Sweet Hell (Camren G!P)

Capítulo 25

N/A: Siento haberme atrasado un día, tuve un par de asuntos personales y bueno, no quería que ciertas cosas pasaran pero es inevitable supongo.

¡Aquí lo prometido! Disfruten :) 

Lauren's POV

Yo sólo veía cómo todo ocurría sin poder liberar una palabra. La actitud repentina de Camila realmente me sorprendía, pues jamás la había visto así de firme al exponer sus pensamientos. A decir verdad me gustaba, mucho. 

Pero claro que nada dura, y pronto volví al mundo real en el que oí mi nombre siendo llamado por Emily. 

"¡Lauren!" Mi mente estaba yendo demasiado rápido como para entender algo. "¡Dile! ¡Dile que no la quieres, dile que tú me quieres a mí! ¡¿No es así?!" Iba a decir algo, pero nada salió, porque no tenía nada para decir. Porque nada de eso era cierto. Emily abrió grandes los ojos, en un intento por intimidarme. 

"Y-yo..." Tragué saliva y apreté los puños. "Yo no..." Yo no la quiero, es mucho más que sólo querer. Cerré mis ojos y suspiré, cansada de decir mentiras. "No puedo." Negué. "No puedo decir eso." El rostro de Camila se iluminó a más no poder y su preciosa sonrisa al fin volvía a ser mía, gracias a mí. 

"¿Ah, sí? ¿Entonces vas a ponerte del lado de esta?" Rió sarcástica.

"Deja de negarlo, Rata. Ya todos sabemos qué clase de persona eres, no vales la pena." Dijo Dinah a menos de un metro, las chicas sonriendo victoriosas.

"Muy bien, si así lo quieres Laur, así lo tendrás." Ese comentario me alarmó y recordé la foto. Mis manos comenzaron a sudar mientras Emily caminaba hacia mí. Se arrimó a mi oído y yo estaba temblando. 

"Si yo caigo, tú caes conmigo, ojitos." Susurró y pude sentir su maléfica sonrisa contra mi piel. La animadora dejó un beso debajo de mi oreja y me estremecí, pero no en el buen sentido. Se alejó e hizo su camino entre la multitud, que se apartaba para darle paso, mirándola con las bocas abiertas. 

"¡¿Qué?! ¡No! ¡Espera, por favor!" Vi cómo guardó su teléfono en el bolsillo trasero de sus jeans y salió de la cafetería moviendo sus caderas de esa característica manera provocativa.

Sabía que ese día llegaría, pero no creí ni quería que fuese de esa manera. Miré a todos lados, la gente se carcajeaba al revisar sus celulares, otros lanzaban comentarios que ni siquiera logré oír porque lo único que podía percibir era un insoportable pitido que no paraba. Dinah, Normani, Ally y Vero alzaron sus vistas a mí, pero antes de que pudiesen atentar a decir algo, apreté mi mandíbula, observé por un momento a Camila, que tenía la imagen en frente y la veía con una expresión que no fui capaz de descifrar, y no quise saber nada más cuando oí su voz. Di la vuelta y corrí, corrí fuera del edificio y fuera de todo lo que cotidianamente me rodeaba. La mochila golpeaba contra mi espalda con cada salto que daba, hasta llegar a mi coche y encender el motor. No tenía los ojos completamente abiertos, ya que las lágrimas los cubrían parcialmente y a mis mejillas. Me sentía una tonta por llorar, pero, ¿qué iba a hacer? Dolía, saber que Camila no me querría ni ver, probablemente ni me querría cerca. 

Ni ella, ni las chicas... 

El camino comenzaba a llenarse de arboles a los costados del asfalto. Suspiré cuando vi la cerca de madera corroída, que alguna vez fue pintada de blanco. Era lo único con lo que encontraría paz en esos momentos. 

Ni nadie. 

Claramente mi madre y mis hermanos me seguirían queriendo, pero, ¿eso es para lo que están, no? Si mi familia no me quisiera ya sería el colmo. Quizás yo estaba destinada a vivir con mi madre y cuidar a mis hermanos, aunque ni siquiera me pueda cuidar a mí misma, detalle que había quedado bastante claro al enterarme de que Emily me había drogado y yo terminé desmayada, casi perdiendo mi virginidad.