Camila Cabello tiene dieciséis años, buenas calificaciones, y una familia típica de clase alta; un padre, una madre y una hermana pequeña. La misma historia todos los malditos días. Sentarse en clase, permanecer callada y sólo hablar cuando el profe...
N/A: ¡He vuelto por más! Para una mejor lectura, cuando lo indique en el capítulo, reproduzcan en repeat "Salted Wound" de Sia y si quieren, combínenlo con <Rainy Mood> o <Rainy Cafe>. Ahora, ¡disfruten! ;)
Lauren's POV
Marché fuera de la cafetería hacia mi siguiente y última clase. En la charla con los representantes de la «UM», también conocida como la Universidad de Miami, nos contaron un poco sobre cómo funcionaría el plan de becados, cómo sería nuestro recorrido por la universidad y qué pasaría con el equipo si alguna no conseguía la beca por cualquier cuestión. Luego de eso, la coach llegó a un acuerdo con la cocinera para que nos dejara almorzar en el sexto período, una hora después del horario normal de almuerzo. Tuvimos treinta minutos para ducharnos y cambiarnos la ropa, de los que sólo pude aprovechar quince ya que a las chicas les pareció una idea muy chistosa la de esconder mis pantalones y mi bolso.
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Los otros treinta minutos los pasé colmándome la boca de bistec y ensalada de papa con huevo. El ejercicio constante lograba dejar al equipo entero con un hambre voraz a la que atender y aunque la coach nos había recomendado comer de manera moderada, nuestros estómagos jamás se negaban a un buen plato de comida.
Una vez que todas conseguimos saciar la reclamante necesidad de alimentarnos, nos separamos para ir cada una a su clase. Estaba ansiosa. Quería ver a Camila a la salida y besarla en cuanto estuviésemos en su casa. Eso de mantener lo nuestro por lo bajo podía llegar a ser bastante desesperante, pero si tenía que soportar un par de horas sin tocarla por su bien, lo haría.
"¿Irás a la clase optativa o ya quieres largarte?" No había manera de que me quedara en las clases optativas. Camila me esperaba y no iba a desperdiciar mi tiempo aprendiendo sobre informática cuando podría estar acurrucada contra su precioso cuerpito, viendo películas o alguna de sus series favoritas.
"Paso, tengo que hacer unas cosas a la salida." Maia asintió y dio dos palmadas en mi hombro.
"Bien, ya toca mi clase de historia y tú deberías ir a..." Solté una carcajada. "Uh-"
"Química." Respondí por ella.
"Eso. Mucha suerte, nos vemos mañana entonces." Le sonreí y devolví el saludo chocando su puño con el mío.
En el camino al laboratorio, mientras tarareaba una canción de Chet Faker, revisé mis apuntes por última vez para confirmar que no faltase ninguno. Ya varias veces se me habían traspapelado algunos textos y tareas importantes, lo que menos necesitaba era tener que regresar a mi casillero o pedir prestado los apuntes de otra persona. Al dar con la puerta abierta del laboratorio fruncí el ceño confundida. A simple vista, no parecía haber nadie dentro. ¿No se suponía que tendríamos clase práctica?
Permanecí en la puerta, ojeando mi libreta. Efectivamente estaba en lo cierto, hoy tocaba clase práctica. Me extrañó, quizá el profesor había avisado la clase anterior que haría una excepción y daría clase teórica en el salón, pero no recordaba tal cosa. Luego de unos segundos, me encogí de hombros, lista para dar media vuelta y encaminarme hacia el salón, pero en el momento exacto en que quise voltearme, el sonido de un sollozo llegó a mis oídos, alertándome sobre la presencia de alguien cerca. Más precisamente, dentro del laboratorio. Di unos pasos hacia adelante y enseguida reconocí la silueta al fondo del salón, limpiándose los ojos con el dorso de su mano, aparentemente sin haberse dado cuenta de que había alguien viéndola desde la puerta.
