Camila Cabello tiene dieciséis años, buenas calificaciones, y una familia típica de clase alta; un padre, una madre y una hermana pequeña. La misma historia todos los malditos días. Sentarse en clase, permanecer callada y sólo hablar cuando el profe...
N/A: Para una mejor lectura, cuando lo indique reproduzcan la canción que les dejé arribita, y si quieren, pónganla en repeat. ¿Me extrañaron? Jaja, ¡disfruten! ;)
Camila's POV
Me froté la frente con dos dedos, tratando sin éxito de ablandar mi ceño fruncido. Si Dinah no estaba inventando historias, entonces mi novia estaría en problemas por haberme mentido. Sostuve mi teléfono junto a mi oído, confundida, me costaba creer lo que estaba escuchando. Dentro de todas las cosas que podría ocultarle una persona a la otra estando en pareja, ¿por qué Lauren me ocultaría algo así? La verdad, es que no se me ocurría una razón. Al menos no una coherente.
"Dinah, ¿segura de que no estás alucinando?"
"¡Te digo que no! Chancho, no hay manera de que esa no sea Ralph, estoy viéndola. ¡Tiene una maldita gorra y todo!"
"Ugh. Bien, no entres, ¿sí?" Levantándome de la cama, suspiré. Estaba preparada para afrontar la situación cara a cara. "Q-quiero ir a verlo por mí misma."
Al otro lado de la línea, la polinesia soltó una emocionada risotada. La oí susurrar algo y chistar. No estaba sola, había alguien ahí con ella, y no era ninguna de las chicas. "¿Me dejas tomarle una foto? Esto quedará para la historia."
"¡Dinah Jane Hansen! ¿¡Quién está cont-" El ensordecedor pip-pip-pip comenzó a sonar. Observé indignada la pantalla de mi teléfono. ¡Me había puesto en espera! ¡Mi mejor amiga me había puesto en espera en un potencial momento de crisis! "Hija de..." Farfullé indignada.
¡Sólo ve!
Lo que menos quería era falsa fama de novia persecuta, pero haría una excepción por esta vez, saldría a investigar y no me iría sin respuestas concretas.
Procurando no caer sentada, cambié mis shorts de algodón meneando mis caderas para entrar en unos de jean, y mi camiseta del equipo del instituto, la cual claramente ahora era más mía que de Lauren, por el primer crop top blanco que hallé a mano.
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En la sala, mi madre disfrutaba entretenida de su novela. Creí que eso me evitaría el ser interrogada, no obstante, no fue así. Con sus dos cejas alzadas, me ojeó todo el recorrido desde la escalera hasta que di con el bol de cerámica donde todos dejábamos nuestras llaves. Muy en contra de mis esperanzas, pareció darle curiosidad qué me tendría así de apresurada.
"¿A dónde sales con tanta prisa, mijita?" Indagó sin inmutarse más de lo debido, el cubo de palomitas de maíz parcialmente lleno en sus manos.
"Uhm, es Lauren-" Las novelas eran una adicción de mi madre, sin embargo, por el modo en que su cuello se giró y sus pupilas se clavaron en mí con una velocidad que podría considerarse demoníaca, una captaba que Sinu Cabello no adoraba más a la mayor de los Jauregui porque no le cabía más cariño en su corazón.
