Sweet Hell (Camren G!P)

Capítulo 40

N/A: Hello my lovelies, qué tal han estado? En caso de que la respuesta sea negativa, he aquí un capítulo para levantar ánimos. Espero les guste ;)

Camila's POV

Jugué con mi brazalete mientras la doctora revisaba los papeles con los resultados de mis estudios. Todo había sido muy rápido, ir a la clínica para hacerlos en un día y recibir los resultados al otro. El laboratorio era de los mejores en Miami, pero por supuesto, todo había salido una buena suma de dinero. Tuve que romper mi cochinito para costearlo y que mi padre no se enterase al pagar las cuentas de mi tarjeta. Claro que, nunca antes había tenido que pagarme algo yo sola, por lo tanto, todo el dinero que me fue regalado en navidades, cumpleaños y ocasiones especiales, alcanzó, sobrando bastante gracias al descuento de afiliada que tenía. No lo había hecho todo realmente sola, pues cuando Lauren se enteró de lo que saldrían los estudios, me obligó a que pagásemos al menos mitad ella y mitad yo. 

"Muy bien Camila, por lo que veo, no hará falta ningún estudio extra." ¿Eso significaba que no debía preocuparme por quedar embarazada? "¿Has tomado algún tipo de anticonceptivo?" La doctora Rowell me hablaba amistosamente, como si me conociera. Me agradaba, hacía que me sintiera más segura y en confianza para charlar sobre esos temas.

Negué. "No, p-pero una amiga consiguió una píldora del día después para mí y... Uhm, no he notado malestares ni nada por el estilo." Emitió un zumbido similar a un 'mhm'.

"Aunque las probabilidades son muy bajas luego de haber ingerido una de esas, los síntomas del embarazo se presentan según el caso. A algunas mujeres antes y a otras después. Pueden surgir en las primeras semanas o no surgir hasta más tarde, cada cuerpo es un mundo." Informó en un tono profesional pero dulce, intentando no asustarme o ponerme nerviosa. "¿Sabes si tu pareja, o la persona con quien has mantenido relaciones, es fértil?" 

"S-sí, sí lo es. Ella..." Alzó la vista de los papeles, no obstante, su expresión no demostró ninguna clase de confusión o disgusto. "tuvo que hacerse varias pruebas a lo largo de su vida, así que no creo que los doctores se hayan equivocado." Sonrió cálidamente. 

"Tiene suerte de tener a alguien como tú." Mis mejillas se colorearon de un tinte rosado y devolví la sonrisa de manera tímida. Agachó sus ojos nuevamente hacia su escritorio, donde una hoja en blanco con el sello de la clínica yacía. "Entonces, pienso que si lo que quieres es estar protegida en caso de que los condones fallen o, bueno, ya sabes, prefieras tener relaciones sin utilizarlos..." Tragué. Había visto justo a través de mí. "Lo mejor y más económico que puedo hacer sería recetarte unos anticonceptivos." Escribió algo en la hoja, su letra parecía comprensible al contrario de todas aquellas historias que había oído sobre lo espantosa que podía llegar a ser la caligrafía de algunos doctores. "Sólo debes ir a una farmacia y enseñarle este papelito a quien atienda." Lo deslizó por la superficie de madera, ofreciendo la misma sonrisa de antes. 

"Muchas gracias." Me encogí, avergonzada por la pregunta que todavía rondaba mi mente. "¿E-esto quiere decir que no estoy e-embarazada?" Largó una risita.

"Oh cariño, la píldora no es un método infalible, pero yo creo que si lo que hiciste fue tomarla dentro de las primeras veinticuatro horas después del acto, no habrá problema." Me guiñó un ojo, parándose de su asiento. La seguí hasta la puerta, donde al otro lado una pálida Dinah me esperaba. "Eso es todo, linda. Si tienes cualquier otra consulta para hacer, no dudes en venir aquí a verme." Frotó mi espalda alta y asentí, agradeciéndole.

Al poner un pie fuera, en la sala de espera, Dinah se me abalanzó encima. 

"Estuviste casi media hora ahí dentro, Mila, dime por favor que Lauser no ha plantado su semillita en ti." Dijo todo tan velozmente, que apenas logré entender.