Capítulo 3

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Harry descansaba en el sofá después de un largo tiempo lavándole los vaqueros al maldito de Tomlinson. Éste le había obligado a hacerlo, y le amenazó con follarlo si no obedecía. A regañadientes obedeció.

Poniendo las cuerdas en su lugar Harry dio un pequeño resumen:

· Se levanta.

· Se baña.

· Un hombre intimidante lo acosa.

· Richard lo deja solo en esa casa con ese hombre.

· Es su hermano.

¡Y apenas comenzaba el día! No, eso no era algo bueno. El hecho de que Richard tenga un hermano y se lo diga como si las horas corrieran malditamente muy normal era algo intensamente sospechoso. Y aunque no puede creer que admita eso: desea que Richard regrese de una vez. No quiere compartir techo con su hermano.

Se levantó de su asiento al escuchar su nombre provenir de la sala, y gruñendo bajó las escaleras. Tomlinson jugaba con una navaja, viéndola entretenidamente mientras se la pasaba por su muñeca pero sin lastimarse. Miró a Harry quien al ver la cuchilla tragó fuertemente y quiso salir corriendo.

—¿Y la comida? ¿Dónde está? —Preguntó y movió su navaja juguetonamente, intimidándolo.

—No encuentro a la cocinera. Y yo no puedo cocinar. —Dijo, tratando de tomar firmeza y no dejarse intimidar por el hombre que probablemente, le gustaría jugar con él y la cuchilla. Miró a Tomlinson elevar las cejas, con una pizca en los labios de gracia. Styles frunció el ceño.

—Oh sí, se me había olvidado avisarte. Eché a la cocinera.

—¿Qué? Richard se molestará. No puedes hacer eso —Harry tragó saliva y lo vio con ojos duros. —Él me castigará...—A pesar de odiar haber dicho eso sabe que es necesario. Tomlinson debe de entender a cuantos problemas lo está metiendo.

—Ven aquí. —Tomlinson le dijo.

Sin ser consiente realmente, Harry sentía su corazón estallar a cada paso que daba. No quería acercarse, no quería dejarse tocar por él, le tenía miedo, disgusto, sentía de todo a la vez que no sintió cuando llegó a él y la mano de Tomlinson tocar su delgada cadera.—¿Quieres que te cuente algo, pequeño? —Tomlinson no sabía cómo, pero cada vez que miraba al rizado podía sentir las tremendas ganas de follárselo hasta disecarse. Quería mirar el cuerpo desnudo del niño, quería admirarlo, quería tocarlo, quería ser el dueño de tan gran obra de arte.

Cuando apretó la cadera de Harry pudo sentir el saltito que dio por los nervios. Atrajo a Harry lentamente hacia abajo, dándole la vuelta en el acto. Harry quien quería darle una pañetada al maldito, solo cerró los ojos por el miedo y se dejó sentar en el regazo de Tomlinson. El moreno sonrió cuando sintió el trasero del joven tocar su mimbro que al instante vibró suavemente en sus pantalones. Acercó lentamente sus labios a la oreja de Harry, haciéndole leves cosquillas. —Me importa una mierda lo que Richard piense—. Dijo y pasó la lengua por el lóbulo de Harry. No quería sentir nada bueno, no quería saber que el acto le agradaba, pero jadeó cuando sintió la húmeda lengua de Tomlinson deslizarse por su cuello. —No me importa que Richard sea tu amante, porque déjame decirte que de ahora en adelante eso cambiará ¿No te gustaría que te folle? —Preguntó lo más bajo posible, haciendo que su voz se volviese más ronca de lo normal. Su polla comenzaba a palpitar dentro de sus pantalones y si no fuese porque quería jugar con su nuevo juguete, ya se la hubiese enterrado hasta partirlo en dos. Su mano subió a los apenas notables pectorales, haciendo que se retorciera encima de su miembro.

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