Capítulo 39

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—Hey —Louis le sonrió desde la puerta de una de las bodegas. Bajó de su auto y sacó unas cosas del baúl mientras lo seguía adentro.

Una vez allí, se acercó a Louis quien se había sentado en el sofá frente al plasma y esperó a que retirara el cigarro para besarlo. —¿Cómo ha estado el trabajo hoy?

—Bien, hubo un conflicto con algunas maletas, pero por el momento bien. Hice algunos arreglos con negociantes y próximamente tendré mercancía nueva, lo que me da dinero nuevo —Su sonrisa era cínica —Los hijos de puta creen que los haré ricos, por favor.

—Sí, concuerdo a esas maletas probablemente sea mi culpa, revolví algunas bolsas en camiones equivocados.

—Mhm, no creas que no lo sé.

—Creí que tú conseguías mercancía de tus propios hombres.

—¿Qué quieres decir?

—Dices que hiciste unos arreglos con negociantes, que pronto tendrás nueva mercancía, ¿Ellos te dan drogas y armas y tú les pagas a ellos? Creí que era al revés.

—¿Piensas que sacaré la droga de mi culo? —Louis rió con humor y le dio una larga inhalación al cigarro —Fuera magnifico tener un genio que te de deseos al día, pero la realidad es que, en efecto, todo sale de tu culo. No hago armas ni droga, lo tráfico, trabajo con muchos comerciantes alrededor del mundo que consiguen toda esta mierda nueva e impecable. Les pago para que me las hagan, y yo cobro el doble a algún grupo de mercenarios o mafias dispuestas a trabajar con alguien serio. De esto se trata, el negocio es técnicamente engañar y estar a favor de ti mismo, conveniencia en nadie más que solo tú. Los hombres que estén en tu equipo solo son un extra a la emoción, pero les pagas bien para cerrarles la boca.

—Deberías de estar en esas películas de gánsteres o estafadores, sabes muy bien lo que haces y te sale bien.

—Styles, mi vida es una de esas películas de acción que miras tanto, y la mejor parte de ello es que soy ambos personajes.

—Ufff, alguien se ama demasiado.

—Mi ego no es realmente un problema —Louis le sonrió y lo atrajo para un beso. Se degustaron por varios segundos, sus lenguas acariciándose, Louis pasó una mano por su cabello y jaló suavemente —Te está creciendo el cabello —Le dijo, su voz un poco sin aliento —No te lo cortes.

—Yo no...

—¿Quieres cortártelo? ¿Por qué?

—Uh, no lo sé, no me gusta verme con el cabello revoltoso. Tal y como estoy me siento... más hombre. De hecho, me lo cortaré de nuevo la otra semana.

—No. —Louis pasó otra vez su mano por su cabello —Me gusta como lo tienes, pero te ves ardiente con tu melena desordenada. No te lo cortes de nuevo.

Quería decirle que iba a hacer lo que él diablos quisiera hacerse, pero no podía, no cuando Louis se lo decía de esa manera. Cariño y amor se veía en los brillosos ojos de su pareja, Louis había escondido bien esos sentimientos por un tiempo, pero no más, él los podía ver y se alegraba por ello.

Quería besar tanto a Louis que se abalanzó sobre él, su boca chocó contra la de él con fuerza, reclamándolo. Louis gimió y se dejó, se acomodó en el sofá y dejó devorarse completamente. Le desabotonó la camisa y luego hizo lo mismo con la suya, cuando se separaron, ambos jadeaban pesadamente.

—Vamos a la cama —Tomó la mano de Louis y lo llevó hasta una de las habitaciones. Se sorprendió que las hubiera, pero luego recordó que éste era también un refugio.

CRIMINALWhere stories live. Discover now