Capítulo 4

13.6K 800 109
                                    

La excitación y la adrenalina hacían que su cuerpo se sintiera en alguna clase de juego extremo, mientras sus manos apretaban con decisión el manubrio, acelerando, mientras el viento chocaba contra su rostro y cabello, avanzando con extremosidad y sin límite, escuchando la boca del motor rugir, con hambre, exigiendo, y Tomlinson estaba dispuesto a alimentarlo.

La sangre le bombeaba con frenesí, envenenándolo de poder, pensamientos inaceptables e ilimitados, y él rebasaba todo a su alrededor: autos, motocicletas, camiones... con su mente en blanco, simplemente disfrutando del momento, sin rumbo destinado, él solo se dejó llevar, emocionándose de la potencia extrema.

El Franton's Bruston Bar captó su atención, y vio a dos ogros cuerpos de gorila fumando y charlando, sus cuerpos cubiertos de tela de cuero negro, intimidando con la etiqueta y Tomlinson sonrió, sin duda dirigiéndose a ellos.

Se bajó, apagando su motocicleta y parqueándola mientras se acercaba dirección a los ogros, quienes lo vieron con cautela, cuestionándole.

—Caballeros... ¿me recuerdan?

Los ogros no contestaron, a cambio le vieron con confusión, pero luego perdieron el interés, porque cuando Tomlinson no dijo nada más ellos volvieron a su propio asunto.

Asintiendo, Tomlinson deslizó una maliciosa sonrisa, pero fue remplazada a una línea delgada de neutralidad cuando se acercó más y desprevenidamente tomaba a un ogro de su camisa y lo pegó a la sucia pared.

—¿No te acuerdas de mi entonces, lo haces? ¡Tú la mataste y lo pagarás por eso! ¿Por qué jodidos lo hiciste? ¡Ella era mi todo!

—¿Qué jodidos? —El ogro lo vio con molestia y confusión. —No sé de qué estás hablando...

Tomlinson endureció su agarré y sonrió con frialdad.

—Sabes perfectamente muy bien de lo que hablo, jodido imbécil. Así que te daré dos opciones: hablas o yo te hago hablar.

Tomlinson sintió una mano en su hombro, suponiendo sería el ogro número dos, y bajando el cuerpo esquivó el golpe que esperó, y cayó sobre el ogro número uno, sin embargo, el mismo ogro le golpeó su mandíbula, algo fuerte, pero no lo suficiente para hacerlo enfadar. Sin embargo, era lo necesario para devolverlo, y lo hizo, noqueando al tipo con un golpe en la nariz, viéndolo caer al suelo y el acto le dio gracia. Él rió suavemente cuando el ogro numero dos salió corriendo, huyendo en cobardía.

—¡Tú, jodido hijo de puta! ¿Qué jodida mierda ocurre contigo? ¿Quién demonios eres? —El ogro gritó, tratando de levantarse pero sin resultado. Su voz furiosa y llena de venganza.

—Nadie relevante. —Le dijo con tono burlón, y el ogro trató de darle una patada —¡Eh, tranquilízate! Estaba simplemente jugando, te quise joder y lo conseguí. Bájale a tu temperamento... ahora me largaré en señal de paz, ¿ok? Solo... dame un cigarrillo y estamos. ¿Vale?

—¡Maldito hijo de puta! —El ogro gruñó y se levantó rápidamente con dientes apretados, abalanzándosele a Tomlinson y buscando pegarle, pero con su reflejo de instinto Tomlinson le dio un puñetazo en el estómago, justo en el medio y el viejo quedó sin aire, tosiendo, y volvió a caer al suelo, su vista nublada en dolor. —Las pagarás. —Le prometió, sus dientes rechinando.

Tomlinson giró los ojos y se sintió repentinamente aburrido, diciéndose que mejor debía irse y comprar un cigarrillo en la tienda de la gasolinera. Él solo quiso jugar un rato, conseguir un porro y disfrutar de la noche, ¡pero menuda noche ésta! ¡Hasta recibió un puñetazo! Negando levemente con la cabeza suspiró y giró los talones, dispuesto a irse de allí.

CRIMINALWhere stories live. Discover now