Capítulo 11

10K 424 33
                                    

—¿Es enserio? —Su voz era dura, pero su mirada era cautelosa mientras veía a su alrededor, asegurándose de que no hubiese ningún espectador. Verdaderamente, éste hombre lo ponía de nervios.

—Deberías de tener en cuenta que yo nunca bromeo —A pesar de la afirmación, su voz divertida lo delataba, y se dio la vuelta para darle su mirada, cual brillaba con diversión también. Su desnudo y moldeado pecho lo distrajo lo suficiente para que su boca se le hiciera agua, pero la lujuria se desboronó cuando lo vio tocar el arma en su cinturilla. —Está justo aquí —Lo escuchó decir.

Estaban en una aislada colina de unos cinco kilómetros de distancia de la mansión de Richard, en la zona sur, dado a que la mansión estaba rodeada de soledad. A pesar de la distancia, su miedo de ser visto por algunos ojos escondidos era alto, y las no alentadoras palabras de Louis tampoco ayudaban.

—Debemos irnos —Le advirtió.

Tomlinson puso los ojos en blanco y bufó.

—Eres una niña maricona. Ven, te enseñaré como se hace. —Él lo tomó de la mano y lo obligó a bajar hasta media colina donde frente a ellos había un tablón con un montón de botellas de vidrio. Harry suspiró, oh joder, no.

Louis Tomlinson andaba con jeans y Timberland negros, y su delicioso pecho desnudo. No lo culpaba, hacia demasiado calor, a pesar de que no fuese habitual en Inglaterra. Él vestía con unos shorts cortos y una camisa desmangada. Por un momento quiso preguntarle a Louis de donde sacaba la ropa si él no trajo ninguna maleta cuando vino. Richard no se vestía de esa forma, ¿O quizá Tomlinson tenía una habitación propia donde guardaba sus ropas? Eso era muy probable, pero se pregunta por qué nunca lo supo antes.

—Escucha, te regalaré tres tiros para que revientes tres botellas, no quiero que desperdicies ninguna de estas balas, no son para nada baratas y ahora mismo estoy en bancarrota.

—¿No lo son?

La risa divertida de Louis le avisó otra cosa —Por supuesto sí, las balas son más baratas que los condones, desafortunadamente.

—¿Qué? ¿Eres un miembro del escuadrón anti-armas? —Su voz era divertida.

Él lo vio con diversión, pero a cambio de contestarle, sacó su arma de la cinturilla y la acarició como si fuera de oro. Era negra y parecía pesada, y el oscuro cañón se veía profundo. Un escalofrío recorrió su entero cuerpo; había pasado mucho tiempo desde la última vez que tocó una de esas, y verdaderamente no quería que eso cambiara, porque estaba seguro que el propósito de Tomlinson no era que solo lo estuviera viendo.

—Oye, ¿tiene el seguro? —Su voz era preocupada.

—Sí, ¿has utilizado una alguna vez? —A pesar de siempre mantener un tono burlón, Louis parecía sorprendido con su pregunta, como si él nunca esperase a que supiera de armas. Por supuesto que sabía de armas, solo que no quería admitirlo. —Es fácil de manejar.

Oh, él sabía eso. Pero, incluso si sabe de ello, ha pasado un largo tiempo sin práctica, e intentarlo ahora podría ser muy peligroso, aparte, lamentable. Él ya no quería volver a eso, especialmente porque fue lo que le arruinó su vida.

—No, y por favor Williams, no me exijas hacerlo, porque tampoco quiero que lo hagas tú. Suelta eso.

—Ordenarme es la última cosa en la que deberías pensar; sin embargo, no me importa lo que pienses, lo harás porque yo digo.

Harry frunció el ceño —Trata conmigo.

—¿Es eso una amenaza, advertencia, o sugerencia?

—Creí que no te importaba.

CRIMINALOù les histoires vivent. Découvrez maintenant