Capítulo 6

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Louis Williams Tomlinson gruñó por milésima vez. Su cabeza ya estaba harta de tanta música suave de jazz y aparte de eso el silencio en toda la sala. El fuerte aroma a alcohol y medicinas tenían de su nariz una asfixia, haciendo apretar sus labios con molestia.

Muchas de las personas a su alrededor lo observaban con cautela, en otros casos, sin ella. Él simplemente ignoró las miradas, aunque por un segundo se preguntó por qué la especulación. Echándose una mirada a sí mismo se dijo que no había nada de malo con él. Vestía unos vaqueros azules oscuros y unos converse algo degastados, pero aparte de ello nada más. Su pecho estaba desnudo, pero de todas formas no era algo que a él le incomodaba.

Cuando estuvo a punto de abandonar el lugar dándose por vencido finalmente encontró lo que estuvo buscando.

En el pasillo de rehabilitaciones estaba la persona que buscaba. Un hombre alto de piel lechosa, cabello negro y con unos ojos morrones. James Hall no se dio cuenta de su presencia hasta que Tomlinson divertido como siempre por la situación, fingió su toz.

Dándole su atención, James palideció al reconocerlo, sus labios resecos y su mirada era sorprendida y espantosa. Pero ante ella, Tomlinson desapareció de repente, dejándolo con su garganta de pronto seca y su estómago cerrado.

Abandonó la conversación en la que estaba y tragó saliva. ¡Dios, no hoy, no ahora! Ladeó la cabeza con resignación y suspiró, dirigiéndose a su oficina, deseando internamente que esto solo sea un mal sueño del cual ya está a punto de despertar.

Pero no, no lo era y no parecía que alguien lo iba a despertar de esto.

Tomlinson se encontraba sentado en su silla, con una taza de té en su mano derecha, taza que cual era suya por supuesto. Su cuerpo tensó y sintió como sus huesos crujieron en respuesta. La respiración se le cortó y tensando la mandíbula, entró y cerró la puerta tras él. Ya no tenía escapatoria. Tomlinson apartó la taza de sus labios y le regaló una sonrisa cargada de picardía. James caminó lentamente hacia él, temiendo por saber qué vendría después.

—Tanto tiempo, ¿no lo crees, James? ¿Qué has hecho en todo este tiempo libre? —Tomlinson comenzó a dar vueltas en su silla giratoria, una divertida sonrisa en su boca, justo como la recordaba. Cerró los ojos y apretó los labios. Él no tiene por qué dejarse llevar por los recuerdos... no más.

—No es de tu incumbencia mí tiempo Tomlinson, ¿Qué quieres? —No, él no se dejaría llevar por nada.

—Bueno James, resulta que sí lo hago... creo que ese tiempo me pertenece, es decir, sí, me pertenece y tú me lo darás... —Tomlinson tuvo la decencia de lanzarle una sonrisa burlona y maliciosa que le decía "sabes que lo que digo es cierto" y James quiso gritar a todo su pulmón. ¡No hoy por favor! ¡No ahora que todo había cambiado!

—No me importa si lo quieres, no lo tendrás, ahora lárgate —Sentenció con rudeza. Le molestaba el hecho que después de tanto tiempo, después de tantas cosas, el maldito hijo de perra apareciera hasta entonces. —Las cosas ya no son como antes Louis, lo quieras o no, así que será mejor que te vayas, y entérate que no dejaré que me controles nuevamente —Le dijo con voz firme. No, las cosas ya no eran las mismas, después de... No, ya no eran iguales. Louis no se sorprendió ante su comentario, mucho menos le importó así que solo se levantó ya comenzando a aburrirse de todo y se acercó neutramente hacia él.

—Escucha bien mi amor James, me llamo Williams y me importa una mierda lo que pienses, y supongo que tú ya lo sabes. Así que no es necesario que finjamos. Tengo una propuesta para ti.

—No me interesa.

—Oh, yo no lo creo.

—No me importa Tomlinson, ahora largo o si no llamo a la polic... —James no terminó de decir nada porque unos labios se apoderaron de él ferozmente. Tomlinson lo estaba besando, el maldito bastardo de Tomlinson lo estaba besando. James se quedó quieto, con los ojos abiertos por el miedo y sorpresa, pero sin apartarse de él.

CRIMINALWhere stories live. Discover now