CRIMINAL

Capítulo 19

Supusobien, la casa de Zayn era de lo más cómoda y relajante. Los kilómetros dedistancia le daban tanta paz al contorno que si no fuese por la luz del día él no se movería de la cama. Habían pasado casi tres semanas desde el día de las enormes revelaciones y su cabeza seguía tan confusa como el primer día. Richard había dicho la verdad al mencionar estar preocupado por él: a estos días, le había enviado provisiones para el hogar. No tenía idea de cómo diablos lo encontró, pero el hombre envió comida, refrescos, caprichos que siempre ha tenido, y ropa. Sin mencionar un enorme ramo de flores con una nota de segunda disculpa. Maldición, él no era ninguna chica para querer flores, pero no lo rechazó, sin embargo, porque de algún modo, todas las acciones solo abrumaron su cabeza.

Todo era más confuso con el tiempo, más preguntas que salían sin ningún tipo de respuestas, pero, ¿Podría regresar a la casa donde empezó muchas cosas, y nunca terminó la mayoría de ellas?, ¿Cómo se supone que las cosas volverían a ser normal? ¿Qué era normal en esa casa?

Zayn y él volvieron a ser los mismos. Con ello no quería decir a una relación amorosa, incluso si nunca tuvieron una, pero ahora las cosas estaban bien, ellos solo eran amigos y eso era mejor de lo que podrían pedir. Salían a varios clubes en las noches —(incluyendo a los de Richard, a quien evitaban a toda costa)— y trataban de disfrutar a lo máximo. Podría tomar esas semanas como unas vacaciones, porque de algún modo u otro, la idea de volver a la mansión era tan lejana que a la vez muy cercana. Simplemente no tenía idea de qué hacer. Aunque, sin embargo, ¿Podría seguir con su vida como si nada de lo que ocurrió en ella, no existiera? Dudaba mucho que eso pasara.

La vaga idea de buscar a Frank y encontrarlo para conversar —(Después de todos esos años, sí)— simplemente se le ocurrió, pensando que quizá, solo quizá, su hermano tendría la decencia de decirle detalladamente por qué hizo las cosas. ¿Qué necesidad había en haberlo enviado con Richard? ¿Por qué mató a su propio padre? ¿Había sido necesario matar a papá? ¿Por qué tuvo que ser él la carnada? Eran cosas que solo su hermano o el mismísimo todopoderoso se lo podría decir, pero ninguno lo había hecho.

La noche era tranquila y serena mientras caminaba por la Siete-Veintitrés Downstreet, en una ruta corta que conducía a la cuidad. En su mano derecha sostenía una botella de ron, y en la otra un cigarrillo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que fumó, y esa había sido una excepción. Solamente, denle un respiro, el hombre se sentía confundido, ¿Quién lo puede juzgar?

A su alrededor no había nada. Era como una olvidada ruta, y lo era, joder, pero aún estaba en uso por algunos transportistas. Sin embargo, a las dos de la madrugada, dudaba mucho que alguien pasara por allí. Había salido a un bar en busca de consolación, una que no implicara las suaves palabras de Zayn con que todo iría bien, sino, una que lo ayudara a olvidar todo. Luego de cinco tragos jodidamente carísimos en el Luxury Taste Bar encontró una botella de ron, y no dudó en tomarla.

Maldición, él no estaba tan ebrio. Solo se sentía relativamente flexivo, laxo, cualquier sinónimo a "suelto" o "mareado", por lo que no pudo ser parte de su imaginación cuando por el rabillo de su ojo divisó algo tras su espalda. Con más interés trató de divisar, la figura venía en alguna motocicleta a baja velocidad, como si siguiera su lento paso, y con ello lo aceleró, su corazón comenzándole a bombear. Estaba en la jodida nada con alguien siguiéndolo, ¡Tenía que salir lo más rápido posible! Cuando trató de correr, sus pies tropezaron con alguna piedra y lamentablemente cayó de bruces soltando el cigarrillo, su vista nublada y cuando quiso levantarse se volvió a caer. ¡Maldición! ¡Él no estaba tan ebrio!

La motocicleta llegó hasta su lugar, escuchó al hombre apagar el motor y entonces la figura se quedó allí parada con relajación, viéndolo, al levantar la vista tuvo que bufar.