Capítulo 9

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La luz brillantina comenzaba a extenderse por toda la costa, dejando una hermosa vista qué apreciar. La resfriada nariz comenzaba a calentarse, volviéndola color carmesí, sus mejillas comenzaban a calentarse por el roce de los rayos del sol, y sus labios comenzaban a secarse. La ventana brillaba con el amarillento y blanquecina más intenso, haciéndosele difícil mantenerse quieto. Se acomodó al otro extremo de la colcha, donde el sol lo abrazaba más furioso, y sus ojos comenzaron a arderle. Gruñó por la sensación, y fue abriendo los ojos lentamente, a medida que su pupila acostumbrara a la intensidad, se incorporó y se tomó el tiempo en preguntarse cómo se sentía.

Joder, se sentía tan bien.

Se sentía bien por alguna razón, su cuerpo con espontaneidad y un poco de dolor. Sonrió, hacía mucho no se sentía así. Observó detenidamente la habitación, se encontraba solo. Poco a poco su memoria fue abriendo, dándole paso a todo recuerdo que eventualmente, no se deseaba abrir. Y su sonrisa, a medida, iba desapareciendo. Para cuando su mente estuvo clara, tapó su cara con las manos y gruñó.

—¡No! —Maldijo y gimoteó en la cama por la furia y cólera. ¡Joder! ¡No! ¡Esto no era exactamente como todo se suponía debía pasar! Bueno, aunque su objetivo se logró, estaba claro que la noche anterior no se tomó la molestia en pensar cuanto le iría a afectar después, dándose cuenta de los posibles problemas con Richard. Pero, joder, ¿a quién engañaba? Su ex amante lo tiró a los brazos de su hermano, él no era un ingenuo. Tomó las sabanas y las tiró, estaba desnudo. Ni siquiera sabía cómo había llegado a la cama, solo recuerda a Tomlinson empujando en su interior hasta correrse, seguidamente, nada. Y ahora se encontraba en su habitación, solo y desnudo. Negó con la cabeza levemente y sonrió, al menos valió la pena. Se sentía estupendo. Pero sabía que no debía ilusionarse, sólo era sexo.

Escaleras abajo escuchó la puerta principal cerrarse, eso puso sus sentidos de alerta a trabajar. Recordando con resignación que su pijama estaba abajo, se colocó unos pantalones nuevos y bajó.

Richard estaba en casa. Su pulso se aceleró, pero rápidamente tomó aire y le sonrió, dándole una sonrisa de "bienvenido mi amor" tan falsa como todas las que le ha dado. Caminó con cordura y hasta casi con elegancia hacia él y le dio un suave beso en los labios, sin embargo, Richard lo tomó de sus rizos y los jaló hacia atrás, deteniéndolo antes de cualquier otra cosa.

—Buenos días, bebé —Era clara la burla en su voz, pero Harry no se detuvo a averiguar por qué. —Un segundo, ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está Williams? —Frunciéndole el ceño, Richard vagó la habitación con su escudriñadora mirada, observando como si tuviera rayos x, y verdaderamente Harry creía que los tenía.

La sala no estaba exactamente hecha un desastre, pero había polvo en algunos estantes y su pijama en el centro de la sala no era realmente desapercibido. O en pocas palabras, a Richard Tomlinson nada le era desapercibido. Su sangre se le congeló nuevamente, él no terminaba de conocer los cambios emocionales en ese hombre y verdaderamente no quería lidiar con uno de ellos en ese instante.

—Definitivamente hueles a mi hermano —Él le comentó, escupiendo las palabras con una mezcla de diversión y frialdad. Joder, esto de verdad que era confuso. Y más confuso aun, porque de pronto Richard caminó hacia la cocina, dejándolo atrás con su cabeza en blanco. ¿Se supone que Richard está molesto o indiferente ante esto? Él no tenía ni la menor idea.

—Finalmente regresaste —Comenzó, dirigiendo sus pies a la cocina también, buscando establecer alguna conversación. Honestamente, ya no sabía si quería que Richard se quedara en la casa. Era confuso que antes quería que se fuera siempre, pero cuando Tomlinson apareció deseaba que regresara y ahora que lo tiene no lo quiere. ¿Quién lo entiende? Verdaderamente ni él mismo.

CRIMINALWhere stories live. Discover now