Capítulo 37

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Lo primero que hizo fue desnudarse y entrar a la ducha. En lo que respectaba, el agua siempre era el perfecto estimulante para su cuerpo, pero no importó cuan bien se sintiera el agua masajeando sus músculos, o el jabón deslizándose por su piel, o el sonido del agua deslizándose por su cuerpo, había estado tan tenso como una dura piedra y moverse era una tortura. No había tenido idea que estaba tan emocionalmente cargado hasta que se permitió llorar. En medio de la ducha y la serenidad de la noche, sus llantos de escuchaban embarazosos. ¿Cómo pudo rechazar algo que había estado esperando todo ese tiempo? Se sentía estúpido. Cobarde. Esa palabra no dejaba de atormentarlo, ¿Realmente lo era? ¿Por eso negó toda su felicidad? ¿Por qué podría solo ser eso... un sueño?

Seco y vestido, nunca pudo conciliar el sueño. Su mente trabajaba a minuto por hora y difícilmente se podía concentrar en una sola cosa. Necesitaba hablar. Si pasaba una hora más así, estaba seguro que iba a explotar, sus emociones estaban tan revueltas y dispersas que le costaba respirar. Solo había una sola persona en quien confiaba eternamente, y por muy mal que estuvieran las cosas entre ellos, tenía que romper ese orgullo. Zayn era el único que lo escucharía y debía de empezar a valorar eso.

[***]

La sala estaba a oscuras cuando Zayn entró a la mansión, él no encendió la luz, pero miró todo a su alrededor como si sintiera su presencia. Cuando lo encontró sentado en el sillón con los pies arriba y sus manos apoyadas en las rodillas vio la mirada de preocupación inmediata. Estaba consciente de lo mal que podría estar, pero no esperaba que fuera tan malo. Había un leve pánico en su interior que no podía explicar con especificación, y agradecía tanto que Zayn leyera sus signos, él no necesitaba preguntar para saber que no estaba bien. La prudencia era algo bueno algunas veces.

Cuando Zayn se acercó él no dijo nada, pero extendió sus brazos, entendiendo lo que necesitaba. Diablos. No quería romperse frente a Zayn, ¿Pero a quien engañaba? No podía ocultarse. Cuando se levantó inmediatamente lo abrazó, sollozando en silencio, esperando no sentirse tan avergonzado por la escena.

—Ven, vamos a la oficina de la mansión.

Con un brazo rodeándolo, Zayn lo dirigió hasta la antigua oficina de Richard. El silencio en un momento embarazoso era bueno, y agradeció tanto que no hubiera burlas sobre ello, aunque sabía que nunca lo habría con Zayn. Una vez dentro, ambos se sentaron en el sillón de cuero de la oficina, la poca iluminación que se filtraba con el ventanal lo hacía una noche hermosa, diablos, una que, si las circunstancias hubieran sido diferentes, estaría fugándose felizmente con su amante.

—Zayn, sé que te llamé diciendo que vinieras aquí para platicar, y tengo que decirte algo, pero antes quiero disculparme por todo, por mi comportamiento, por mis acciones, no debí tratarte de esa manera, ni siquiera debí apartarte. Sabes que soy horrible con las disculpas, pero en serio, créeme cuando te digo que me siento muy mal y quiero que me perdones.

Zayn le sonrió —Acepto las disculpas. Admito que estuve muy molesto contigo, pero quiero entenderte. Ahora, dime, ¿Qué es lo que pasa?

Entendía la preocupación de Zayn, y se sentía estúpido por haber sido un total imbécil de primera mano. Con un tembloroso suspiro, se permitió relajarse en el sofá. —¿Recuerdas cuando te dije que parecía que alguien me vigilaba? —Zayn asintió —Resulta que había sido Louis. Él está de vuelta en la ciudad, cuanto tiempo, no estoy seguro, pero me confesó que me mandaba a vigilar cuando él no podía. El hombre que me miró cuando nos encontramos a aquellos tres robando, era realmente Louis, en el club lo vi, diablos, la duda me estaba matando, mandé a que lo capturaran. Nos hemos estado viendo por casi un mes desde entonces.

CRIMINALWhere stories live. Discover now