Capítulo 23

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Harry bostezó al haberse incorporado de la cama. La confusión llegó a él mientras inspeccionaba la habitación, y luego le siguió la preocupación. Él no recordaba haber subido a su cama anoche. Sacudiendo la cabeza se levantó, y notó que también estaba desnudo. Buen Dios, anoche tampoco bebió mucho alcohol, y unos cuantos sorbos de vino no lo iban a dejar todo amnésico. Lo único que recordaba era decirle a Louis que lavara su maldito plato, luego de eso, absolutamente nada. Oh no, no quería pensar eso, pero la incertidumbre recorrió su cuerpo con ferocidad. Una cosa que quería creer: Louis no lo tocó sin su autorización. Otra: Él seguía en la mansión.

Sacó un bóxer negro de su cajón y se lo puso, y bajó las escaleras tan rápido como pudo. Louis no estaba en ninguna de las salas o habitaciones, ni siquiera en la cocina. Trató enormemente de mantener la calma, y lo llamó dos veces, pero no obtuvo respuesta. Tomó una onda inhalación y decidió hacerle frente a la situación. Tomó su teléfono y marcó al número de Richard. Si Louis se había ido por su culpa, el hombre debía de saberlo.

—¿Eres así todas las mañanas? Porque si es así, estoy considerando declinar la oferta de vivir aquí.

Casi gritó, pero estaba tan conmocionado de escuchar finalmente su voz que no lo hizo. La línea siguió cuando él volteó y tragó con la imagen: Louis Williams Tomlinson, frente a él, desnudo y todo mojado. La voz de Richard se escuchaba a los lejos, por lo que se permitió cortar la línea y concentrarse en la deliciosa imagen.

Gotas de agua bajaban por todo su cuerpo, ese cuerpo moldeado y deliciosamente bronceado, su cabello rebelde pegado a su frente, esos ojos juguetones viéndole con malicia, y oh joder, esa esculpida boca que hacía muchas maravillas le sonreía burlonamente, en complicidad. Su propia mirada no se pudo detener, ella viajó por todo lo largo y ancho del ardiente hombre, esos marcados bíceps y su plano trabajado abdomen le dieron las ganas de agacharse y lamerle toda su piel al alcance. Oh Dios, sus gruesas piernas... su grueso...

—¿Entretenido, Styles?

A pesar del trance, la voz de Louis lo despertó —Huh, ¿Qué?

—¿A quién llamabas y por qué actuabas todo alterado?

—Ah, con nadie —Tragó saliva —¿Te duchaste? Estás desnudo.

—Que observador.

Sus mejillas se calentaron —¿Tienes hambre? —Tampoco le iría a explicar al hombre por qué estaba tan alterado con la idea de que se había ido.

—¿De ti? Siempre estoy hambriento.

—Oh, cállate.

Después de haber hecho desayuno, buscó ropa antes de ducharse y solo encontró la misma asquerosa ropa. Se maldijo por no haber llevado ropa de Zayn, ciertamente, no era agradable utilizar la ropa tan ajustada que Richard le había comprado.

Llenó la tina de baño con jabón de limón e ingresó a ella. Necesitaba un respiro, maldición, él se daría el maldito respiro. Todo se sentía tan bien, oh joder, sus huesos dolían y sus parpados se sentían totalmente pesados. Todo era tan delicioso que estuvo a punto de dormirse, pero maldición, no cuando sintió un jodido peso encima.

—¿Qué diablos?

—Pensé que estabas muerto —Louis estaba sobre él totalmente desnudo, tenía una sonrisa cínica en su boca —Tenía que asegurarme que fuera cierto.

—Gracioso, ¿Qué haces aquí? —Trató de empujarlo, pero el peso del hombre se lo impedía. La mira de Louis brillaba demasiado a pesar de que estaba totalmente oscura, y sus mejillas eran de un color rojo intenso, su pecho subía y bajaba y él respiraba difícilmente con la nariz. Louis estaba drogado. Bueno, eso no era bueno.

CRIMINALWhere stories live. Discover now