Capítulo cuatro

3.3K 292 25
                                    


–¡ANGIE! –escuche un grito, me levanté rápidamente de la cama mirando al dueño de aquel grito.

–¡¿Qué?! –grite de la misma forma. Sabía el porque estaba enojado, pero se lo merecía.

–¡ESTOY HARTO! YA NO PUEDO MÁS CONTIGO, ME CANSE DE TI –grito y salió de la habitación dando un portazo. Sentí las lágrimas caer por mis mejillas, me senté en la cama de nuevo y me abrace a mis piernas.

Sabía que me había pasado esta vez. Cuando comenzó la película todo iba bien hasta que la novia de Chris empezó con sus comentarios, no quise seguir más ahí y me fui corriendo, Joel me siguió y nos fuimos a casa. Bueno no a la mía o la de Joel exactamente, fue la casa de Erick la que arribamos y hace apenas 3 horas que había llegado a la mía.

[...]

–Angie... –dijo mama entrando a la habitación. Supongo Chris ya había ido con el chisme.

–Mama lo siento, no volver a pasar, ¿está bien? –dije calamada.

–Claro que no volverá a pasar –sonreí–. Porque te irás. Te irás a un internado, mañana mismo.

La mire sorprendida, nunca había llegado a tal extremo. ¿Un internado? Acaso estaba loca.

–No me veas con esa cara, también hablé con la mama de ese muchachito, ambos estarán ahí por mucho tiempo. No cantes victoria, estarán completamente separados y no podrás verlo, no más me escuchaste? –grito tan fuerte que casi me revienta el tímpano.

–¡TE ODIO! ¡LOS ODIO! –grité, salí corriendo de la casa, oía los gritos de mama más sin embargo no les preste atención. Corrí hacia casa de Joel, toqué el timbre varias veces pero nadie respondía, estaba apunto de irme cuando escuche como alguien me llamaba.

–¿Angie? –gire encontrándome con la mama de Joel, corrí hacia ella y le di un abrazo.

–¿Dónde esta? De verdad que lo siento muchísi... –me interrumpió negando con la cabeza.

–Angie, ya se ha ido, se fue hace unas horas –retrocedí, mi cabeza dolía y aún más mi corazón. Mis propios padres querían mandarme a un internado, estaría lejos de aquí, no podría ver a Joel, no podría hacer nada.

[...]

Tome mis maletas con fuerza, frente a mi está el lugar al que llamaría hogar. Di un último vistazo a mis padres quiénes se despidieron de mi con la mano, mi hermano no se molesto en bajar del auto, sólo se quedo ahí, ni una mirada me dedico.

Solté un suspiro y me encamine hacia este maldito lugar. La gente me miraba extraño, todos vestían con un tipo de uniforme azul, los chicos me sonreían mientras que las chicas me hacían caras de odio. No soportaría un día aquí.

–Uhm... Carne fresca –susurro uno de los chicos. Ignore su comentario y seguí caminando en busca de mi habitación "356 Ā". Al llegar ahí toqué la puerta, nadie respondió así que entre, había 3 camas pero ninguna ocupada. Toda una habitación ¿Para mi? Wow.

Acomode mis maletas, no desempacaría aún. En una de las camas había un uniforme puesto y una pequeña nota.

"Bienvenida al internado Winchester, esperamos que sea de su agrado. Uniforme listo, medida indicada. "

Mire con odio aquel uniforme, ¿querían matarme? Esto era demasiado cortó.

–Pss... –oí un susurro, mire hacia todas parte pero no había nadie más, sólo estaba yo en esta habitación, juro que sonó tan cerca.

Tome el uniforme y entré a lo que parecía ser el baño, me quite la ropa que normalmente usaba para ponerme estos desastres de prendas. No voy a negarlo, no se veía mal en realidad era bonito pero todo lo que estuviera aquí lo detestaba más aparté la corta falta que me toco, parezco puta.

Si Joel me viera con esto probablemente le daría un infarto aquí mismo y me obligaría a quitármelo. Hay Joel... ¿Donde estarás ahora?

[...]

Narra Joel

Genial, me había tocado compartir habitación con dos completos idiotas. Parecían niños chiquitos, sólo jugaban y decían tonterías.

–¡Richard! Dame esto –se quejó said.

–¡No! Ven por el –said comenzó a corretear a Richard por toda la habitación hasta que llegue a mi punto límite. Me levanté de la cama y me interpuse entre ambos, ahora me miraban serios.

–Richard, devuelve eso a said –el moreno comenzó a reír y soltar las carcajadas mientras que said me fulminaba con la mirada–. ¿Ahora que?

–Me llamo Zabdiel, Zabdiel no said –ahora todo tomaba sentido, me quise dar un golpe mental por aquello pero finalmente lo deje pasar. Richard de tanta risa le devolvió lo que parecía ser un ¿celular? Como era posible.

–Alto ahí, como es que tienen sus celulares, la directora dijo que estaba prohibido –ellos se miraron entre sí y rieron.

–Loco, es que hay que ser inteligente, unos somos más que otros –hizo un gesto de superioridad.

–Mira quien lo dice –hablé mirándole, el no me contesto sólo se giró y camino hacia su cama.

–¿Qué te trae por aquí? –pregunto Zabdiel.

–No es de tu interés –hablé seco, el sólo miro el suelo y asintió con la cabeza.

–Bien, no importa. Después me lo vendrás diciendo. Digo estaremos aquí bastante tiempo juntos, seremos ¿mejores amigos? –solté una carcajada al por lo último que pronuncio.

–¿Yo?, ¿tu amigo? Ni de coñá –seguí riendo pero pare al momento de ver como me lanzaban miradas asesinas–. Lo siento, no soy muy amistoso o como se diga.

–Si se ve –hablo el moreno sin siquiera mirarme. Estar aquí sería una tortura, no entendía porque mi mama hizo esto, como se le pudo ocurrir semejante estupidez, no por estar en un internado iba a cambiar quien soy y eso lo debería tener bastante claro.

Solté un suspiro, nada sería como antes, ahora todo sería completamente diferente.

Insane |Joel PimentelWhere stories live. Discover now