Capítulo 6

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Angie.

Dos semanas, llevaba dos semanas aquí y eso no hacía más que bajar mis ánimos, mis padres llamaban cada que podían, ¿mi hermano? El no se ha dignado a hablarme después de lo que provoco, aunque por más se lo mereciera no podía odiarle.

Hace menos de cinco días nos habían puesto toqué de queda a las doce en punto. No estoy al cien por ciento enterada pero escuche que hubo un accidente en uno de los pisos más altos y sigue sin saberse que fue lo que pasó, es lo único que se y me preocupa no estar enterada para saber a lo que me enfrentó estando aquí. Ya tenía una amiga aquí, se llama Jazmín pero prefiere que le llamen Jaz, ya que según ella jazmín le suena a puta.

Caminábamos por el largo pasillo, no tomaríamos clases el día de hoy estaba algo emocionada y asustada pues no voy a mentir diciendo que no lo había hecho antes porque si, lo había hecho. Pero salir de clases en un instituto? Eso nunca y era algo peor, escuche sobre los castigos que te daban aquí, pésimo.

–¿Quieres ir al OPS? –preguntó.

–¿OPS? Que es eso –ella soltó una risita.

–Perdón. Al bosque, es que junto con una amiga lo nombramos el OPS, pero se fue hace casi dos años –bajo la mirada.

–Lamente que se haya ido y perdieran el contacto.

–Falleció –no sabía que decir, no pensé que hablara de eso, pensé que...

Sólo comencé a seguirla, el bosque que se encontraba en medio de ambos institutos era muy espacioso, juro que si no estuviera con Jaz me perdería aquí. Las ramas se adherían a mi ropa como si fuera pegamento, alejaba las ramas intentando que no golpearán mi cara. Vi una pequeña casa a unos cuantos pasos, seguro era a donde nos dirigíamos.

–Bienvenida a la casa –sonrió alzando los brazos y señalando la casa. Sonreí y me adentre a la casa, era muy pequeña pero era linda a pesar de estar muy apartada, tenía pinta de estar aquí por años...

–¡Esto es genial! –solté emocionada, era muchísimo mejor que mi habitación. Ella sonrió a mi dirección, me senté en el sillón principal, imito mi acción y nos dedicamos a descansar las piernas un rato.

–Oye Jaz –hablé llamando su atención–. Escuche sobre el accidente, acaso tu sabes algo sobre eso?

Tardo un poco en responder y eso me dio a entender que si sabía algo.

–Angie... Nada olvídalo –jugaba con sus uñas con nerviosismo.

–Dime, anda, no seas mala amiga –pareció pensárselo un rato pero después accedió, me acomode en mi lugar y espere a que soltara la sopa.

–Yo... Aquí... Angie, aquí pasan cosas extrañas –soltó en un susurro, no pude evitarlo y solté la carcajada.

–Vamos, enserio quiero saberlo, no se vale que me digas bromas –se quedo sería un momento–. Porque esto es una broma ¿no?

Negó, se levanto del sillón y comenzó a caminar de un lado a otro.

–Te estoy diciendo la verdad. Esto no es un juego y se que es algo imposible de creer pero aquí pasan cosas extrañas, algo nos ocultan y voy a averiguarlo a como de lugar.

Decidí quedarme callada y no darle más vueltas al asunto pues la verdad es que cada que soltaba una palabra pensaba en sí mandarla al loquero sería buena idea.

El ambiente se puso tensó, le comente que sería mejor irnos, sólo asintió y salimos de la casa. La verdad la plática me había asustado algo pues lo decía como si fuera en verdad si algo malo hubiera pasado, pero no sabía si creer o no.

Al salir me di cuenta de que todo estaba obscuro, en que momento se ocultó el sol.

–No puede ser –susurre, ahora si estaba muerta del miedo. Este lugar si que era espantoso por la noche.

Comenzamos a caminar, Jaz lo hacia como si nada mientras que yo temblaba del frío y miedo, tendré que recordar no venir aquí jamás. Estaba tan distraída que no me di cuenta que Jaz no estaba a mi lado.

–Jaz... –susurre, pero no obtuve respuesta–. ¡JAAAAAZ!

Nada, sólo el viento y mi eco sonaban en este lugar, sentía mi corazón acelerarse, tenía miedo.

Comencé a correr intentando buscar una salida o llegar a alguno de los institutos, las ramas golpeaban mi cara, no me moleste en quitarlas sólo quería irme de aquí ya.

–¡Jaz! –gritaba mientras corría, sentí unas pisadas detrás de mi, gire encontrándome con una sombra–. ¿Jaz?

No obtuve respuesta, sólo vi como aquella sombra se acercaba a mi corriendo. Mi cerebro volvió a reaccionar y comencé a correr intentando que no me alcanzara, sentía el sabor metálico en mi boca, provocado por las ramas. Aquella sombra estaba tan cerca de mi.

–¡AYUDAA! –grite con fuerza antes de que mi cuerpo chocara con alguien.

–Auch –se quejó, voltee hacia atrás y la sombra había desaparecido por completo, volví a mirar hacia adelante y sentí las lágrimas caer–. Hey, ¿estas bien?

Lo ignore y seguí llorando, en realidad tenía muchísimo miedo, estaba perdida.

–¿Angie? –susurro, eleve mi cabeza intentando ver aunque no sirvió de mucho ya que la obscuridad me lo impedía, pero está voz... Yo la conocía.

–¿Joel?

Insane |Joel PimentelWhere stories live. Discover now