Capítulo 9

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Jaz mikaela

Después de ver como se llevaron a Angie quise impedirlo pero me fue imposible. Me habían encerrado en la habitación, no había forma de salir, el ventanal estaba muy alto.

Pronto una idea se me vino a la cabeza y era llamar al hermano de Angie, seguro sigue aquí.

-¿Angie?-
-No, soy su amiga Jaz, tu eres Christopher verdad?-
-Aja...-
-No se como explicarte esto, necesito que vengas-
-Estoy acá-
-A la habitación de Angie, ahora-
-me han traído a otro instituto, es imposible salir de aquí, no se como quieres que haga eso-
-Busca a Joel entonces-
-¿Pimentel? Que está haciendo el aquí-
-Sólo búscalo, el fue el que ayudo a tu hermana a salir de ahí, tienes que decirle que volvió a pasar, se la han llevado...-
-¡¿QUÉ?!-
-Has lo que te digo, adiós Christopher-

Christopher Velez

Tras recibir aquella llamada me sentía totalmente confundido. Como que se la habían llevado? Ya logró irse de aquí? Pimentel?

Muchas preguntas sin respuesta. Decidí hacer caso y salí de la habitación en busca de Pimentel. No me agradaba mucho la idea de tenerlo aquí ahora, pero al parecer lo necesitaban. Fui a recepción donde me atendieron amablemente y me indicaron el número de la habitación de Pimentel que casualmente estaba a tan sólo cinco habitaciones de la mia.

Toqué la puerta al menos tres veces, más nadie respondía. Seguramente estaba dormido o algo así, no podía irme y dejar las cosas así, toqué con fuerza la puerta y fue cuando se abrió.

–¿Si? –pregunto un chico moreno.

–¿Está Joel? –el chico no me miro, se metió de nuevo a la habitación dejando la puerta entre abierta.

–Joel te buscan –grito. La puerta se volvió a abrir dejándome ver a Pimentel.

–¿Velez? Qué haces tu aquí –negué con la cabeza, no tenía porque darle explicaciones.

–Mira no se que esta pasando aquí, o que traes con mi hermana pero me han dicho que ha pasado de nuevo y se la han llevado –solté un suspiro–. Acaso están jugando conmigo? Angie me hizo venir sólo para hacerme esta broma por ser el culpable de que este aquí?

–¿QUÉ TU QUE? –bufó enojado–. No entiendo de que hablas.

–Jay, o una chica cuyo nombre he olvidado. Llamo diciendo que viniera a buscarte porque había pasado de nuevo y se la habían llevado –no tardo en reaccionar, entro a la habitación y en una milésima de segundo salió junto con dos muchachos.

–Tienen que llevarme al instituto de las chicas –hablo fuertemente.

–No estoy de humor para tus morbosidades Joel –se quejó el chico de cabello rizado.

–No estoy jugando Zabdiel, llévame ahora –el chico sólo rodó los ojos y comenzó a caminar.

Habíamos salido a lo que se asemejaba a ser un bosque, porque la verdad no sabía donde estábamos, todo esto es tan extraño y no sabía si estaba en medio de una broma de muy mal gusto o era verdad y mi hermana estaba en peligro.

Angie Velez

–Dos personalidades –alguien susurro cerca de mi oído. Me estremecí al sentir una respiración más, se suponía que estaba sola en este lugar.

Me levanté de la cama y salí corriendo a otro lugar de la habitación.

–Se que quieres huir, se que quieres llorar, se que quieres gritar... Pero no harás nada de eso –los pasos se oían cada vez más cerca y no sabía hacia donde correr, mire hacia la persona que estaba aquí, tan sólo lograba ver su sombra. De un momento comenzó a correr a mi dirección con una sonrisa de satisfacción.

–¡AHHH! –solté un grito cerrando los ojos, nada había pasado, aún estaba bien. Al abrirlos me di cuenta de que estaba completamente sola, acaso tan sólo era mi imaginación y estaba loca?

–¿ANGIE? Estas bien? Que pasa? –esa voz lo reconocería en cualquier parte, era Joel. Me acerque a la puerta aún temblando y sentí como el golpeaba.

–Jo...Joel –apenas pude pronunciar.

–Angie! Ábreme, que está pasando –comenzó a golpear la puerta como loco.

–Tengo miedo Joel –susurre.

–Te sacare de ahí, nada malo te pasará cariño, tranquila –oí sus pasos alejarse y mi pulso comenzó a bajar.

–No me dejes...

–Estoy aquí, Richard fue a buscar las llaves de aquí –asentí aún sabiendo que el no lograba verme–. Lo siento tanto, yo debería de estar ahí en tu lugar.

–Nadie merece estar aquí, me quiero ir, no quiero seguir aquí –las lágrimas comenzaban a salir, daba pequeños sollozos para que Joel no me escuchara llorar, pero fueron intentos en vano.

–¿Estas llorando? No! Ya no puedo más, alejate de la puerta Angie –obedecí a lo que dijo, se escucharon golpes aún más fuertes, estaba intentando tirar la puerta.

–Joel, estas haciendo mucho ruido, te van a descubrir.

–¡No importa! –grito y dio un último golpe. La puerta cayó frente a mi provocando un enorme ruido, tape mis oídos y cerré los ojos. Sentí como alguien me abrazaba y acariciaba mi espalda al mismo tiempo.

–Tranquila Angie, ya estoy aquí cariño...

Insane |Joel PimentelWhere stories live. Discover now