Capítulo 10

2.7K 236 11
                                    


–¿Están seguros de esto? –pregunté.

–Si –confirmo Jaz–. El instituto de los chicos está a cargo de mi tío, puedo asegurarte que nada malo nos pasará ahí.

–Y porque no has intentado ir ahí antes? –ella bajó la cabeza por unos segundos.

–Porque perdí el contacto con mi tío, no me sentía segura para ir, pero ahora que estas conmigo... Están –corrigió–. Me siento más segura.

[...]

Pareciera que pasó en cámara lenta, Jaz reencontrandose con su tío después de varios años, el platicarle todo lo que ha pasado, pero no se sorprendió mucho al oír aquello, nosotros fuimos los sorprendidos al enterarnos que desde tiempos inmemorables su instituto no era sólo de chicos, pero ninguna chica iba a este gracias a la competencia.

Mi hermano no se quiso alejar de mi, el tío de Jaz accedió a que durmiera conmigo. Y así estábamos...

Mi hermano, Jaz y yo en una habitación.

Richard, Zabdiel y Joel en otra.

Lo bueno de esto, es que las habitaciones estaba cerca una de las otras, no me podía quejar.

Déjenme decirles que la expresión de los chicos al vernos pasar fue la mejor, aunque me gusto más la cara de mi hermano y Joel, celosos.

–¿Se les perdió algo? –pregunto Joel enojado.

–La verdad si, esta hermosa chica –me guiñó un ojo. Mire por el rabillo del ojo la mueca que hizo Joel, solté una risa interna.

–Si, ya hacia falta algunas chicas aquí –comento alguien más. Ahora sentía las miradas de todos, Jaz se colgó en mi brazo y nuestros chicos se pusieron a nuestro alrededor.

–Ya vámonos –dijo mi hermano en voz alta. Tomo me pasó del lado izquierdo para así estar en medio de ambas, nos tomo de la mano y caminamos hacia nuestra habitación. Los demás tenían que irse a la suya, pero más de rato seguramente los veríamos.

–Angie, tengo que hablar contigo –mi hermano palmeo una parte de la cama indicándome que me sentara ahí. Yo sólo me encamine sintiendo su mirada.

–¿Qué pasa? –Jaz sólo intentaba no incomodar, pero al final decidió entrar al baño.

–Quería decirte que lo siento –sabía por donde iba el asunto–. Yo nunca pensé que pasaría esto. Eres mi hermana y sabes que te amo como a nadie más, siempre serás mi prioridad, ese día me enoje mucho, ya no podía controlarte, simplemente dejaste de verme como algún tipo de autoridad y hacías lo que se te diera la gana. Sólo quería que estuvieras bien, así que acudí con nuestros padres pues seguramente ellos te pondrían un alto, pero créeme que jamás espere que pasará esto, me arrepiento, por favor perdóname, te hice mucho daño al dejar que te trajeran aquí –suspiró mirándome a los ojos.

Sabía que en realidad lo sentía, me dolía tanto como a el. Y aunque si lo odie al principio no podría dejar que ese sentimiento creciera aún más.
No dije palabra alguna, sólo me acerque a el y le di un enorme abrazo, quería que las cosas volvieran a la normalidad.

–Gracias pequeña, te quiero tanto –le di un beso en la mejilla para poder separarme de el.

–Ya pasó, estas perdonado –reí al igual que el, no era por nada pero su risa era muy contagiosa, tanto que oía como Jaz reía desde el baño–. Ya puedes salir chica.

Ella salió con la mirada baja, me levanté de la cama acercándome a ella.

–Ya todo se ha arreglado –la abrace por los hombros.

–Me alegró, de verdad –me dio una sonrisa, una de las sinceras.

Pasaron un par de horas cuando sonó el timbre indicando que era hora de ir a cenar, corrimos hacia la puerta o más bien yo corrí pues hace casi dos días que no comía. Me arrepentí al ser la primera en salir pues de nuevo sentía esas miradas.

Agradecí que en ese momento Joel saliera de su habitación. Apresure el pasó llegando a su lado.

–Angie –dijo feliz.

–Que bueno que acabas de salir, ya me sentía incómoda –el miro hacia las personas que pasaban comprendiendo el porque.

–Tu sólo ignóralos –comento.

–Si. Como sí eso fuera posible –reí.

Nos encaminamos hacia el gran comedor, mire hacia atrás dándome cuenta que mi hermano venía junto a Jaz quien iba tomada de su brazo.
No conocía para nada este instituto así que Joel fue quien me guió al comedor, era más que grande, enorme. Nos sentamos en una de las mesas más apartadas, ahí estaba los amigos de Joel, he olvidado sus nombres.

Nos sentamos, no sin antes saludar a todos, a los pocos segundos de nos unieron Jaz y mi hermano quienes reían de algo que desconocía.

En la mesa había varios platillos, no sabía que elegir o que comería primero, la verdad estaba muerte del hambre, creo que los chicos se dieron cuenta porque escucharon mi tripa.
Joel me pasó un plato, sirvió poco de cada cosa.

Le sonreí para después satisfacer a mi tripa. Los chicos se sirvieron y todos comenzaron a comer, espero y sea así de bueno aquí.

La cena se pasó algo lenta y fue aún más gracias a las miradas de odio entre Joel y mi hermano. Yo sólo intentaba ignorarlos, pero eran tan obvios.

[...]

Estaba intentando dormir cuando una mano voladora sale en dirección a mi rostro golpeandome la nariz.

–¡Mierda! –grite, golpe el hombro de Christopher con fuerza provocando que el despertara.

–¿Qué? –pregunto confundido.

–Nada, idiota –gruñí enojada. Había tres camas aquí pero Christopher insistió en que durmiera con el, era imposible, era demasiado inquieto. Me levanté de la cama dejando a mi hermano confundido, me acosté en la cama sobrante sintiéndome más relajada, ahora si podía dormir mejor.

Mañana sería un día más, espero tenga suerte y me valla bien. No quería más desgracias...

Insane |Joel PimentelWhere stories live. Discover now