Capítulo 20

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Desvíe la mirada de sus ojos, sonaba más que nervioso.

–Eso es... ¿Genial? –contesté dudosa.

El negó y se acercó a mi tomándome de los hombros.

–Creo no me explique bien. Yo no se cómo decir, nunca había estado en esta posición –susurró bajando la cabeza–. Me gustas Angie, me estoy... Me estoy enamorando de ti, no se sí eso sea bueno, o sea malo. No se que esta pasando conmigo, pero cada que te veo mi corazón comienza a latir más rápido que de a costumbre y ni hablar de cuando se te acerca un cabrón, soy el mismo diablo en persona.

No sabía que decir, la confesión de Joel me había dejado paralizada. Si me hubiera dicho meses antes probablemente soltara la carcajada en su rostro, Joel no era de esos tipos enamoradizos y mucho menos le gustaban las cursilerías.

–Enserio que me encantaría que ese sentimiento fuera real –suspiré–. Pero tan sólo estas confundido, no creo que yo sea lo que tu quieres.

–Angie, estoy cien por ciento seguro de mis sentimientos hacia ti –acortó el espacio, su mano acarició mi mejilla y me acercó más a su rostro–. Sólo confía en mi...

Susurró a centímetros de mis labios, poco a poco se fue acercando más hasta que me plantó un beso, eso sólo hizo que mi corazón se alterar más. Me estaba volviendo a besar, me acaba de declarar su amor, ¿que hago con eso?

–Yo –susurré entre el beso–. También me gustas Joe.

Sonrió en mis labios y me dio un último beso.

–No digas nada a Christopher –comenté, el sólo asintió y abrió la puerta del salón.

–No se lo diré –sonrió.

Tomo mi mano y caminamos de nuevo hacia el comedor.

[...]

El día estaba lluvioso, las personas aprovecharon para salir y mojarse aunque yo era un poco más inteligente que ellos y decidí quedarme aquí para evitar un resfriado. Desde la ventana veía como Joel danzaba bajo la lluvia, Jaz lo siguió y comenzaron un baile extraño al que no tardaron en unirse las demás personas.

Me asegure de que la puerta tuviera seguro, metí la mano bajo la cama y saqué de ahí el sobré de ayer.

Algo estaba mal, no entendía el idioma de los forenses o estos tipos de causas. Tan sólo se que sufrió hasta el último momento, por más daño que haya hecho no se merecía eso, nadie se lo merecía.

La principal causa de muerte fue a causa de un asfixió. Pero antes de morir le hicieron varias cosas en su cuerpo, no estaba bien especificado aquí por lo cual no sabía de que se trataba.

Tenía poco tiempo aquí no tenía ni idea de quien odiaba tanto a Nick como para hacerle eso. Y había olvidado por completo la frase.

"Muerte al depredador"

¿Qué significaba eso?

Tenía una pequeña idea por parte de lo de depredador pero, no tenía sentido, no entendía nada. 

Nada aquí tenía sentido...

Oí unos toques en la puerta, no tenía ganas de levantarme pero tuve que hacerlo para abrir.

–Hola –dijo sonriéndome.

–Rubia –murmuré–. Que haces aquí.

La chica del baño se me quedo mirando por un momento. Se adentró a la habitación sin mi permiso y se sentó en la cama cruzando las piernas y echándole un vistazo a la habitación, me molesto mucho su actitud y más aún después de lo del accidente que sabía que abría provocado ella.

–¿Qué haces aquí?

–Tranquila fiera –río.

–No puedes entrar así como así

–Si puedo –rodó los ojos–. Déjame hablar idiota.

Guarde silencio esperando a que digiera palabra alguna.

–Te voy a ser directa

Habló posando su vista en mi, tan sólo asentí.

–Deja de investigar el caso si no quieres que te valla mal.

¿Qué? Acaso ella estaba metida en todo esto...

Insane |Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora