Angels to fly ❁ L.T

Capítulo 15.

Un nudo se forma en mi garganta al despertarme en una cama que no es la mía. Me giro y veo un pelo castaño. Revuelto. Me incorporo un poco y veo el rostro de la persona. ¡Louis...!

Los mechones de pelo caen traviesos por su frente. Su respiración es tranquila. Su pecho sube y baja lentamente. Tiene la manta por su cintura y puedo ver su torso desnudo. Agunos tatuajes le cubren.

Espera, espera, espera... No habremos... ¿no?

Levanto la manta y observo que estoy desnuda. Me vuelvo a tapar. Mi mano tapa mi boca y abro los ojos. Toda mi ropa esta tirada por rincones de su habitación. Agarro mi sujetador y mis bragas y como puedo me los pongo sin levantarme.

Es asqueroso, ¡es Louis!

En su mesita de noche veo un marco de fotos tumbado. Levanto el objeto y veo una foto. Oh, mierda... me he acostado con un chico con novia... me siento pésima. Y es raro, en teoria me tendria que sentir... ¿importante? No lo sé. No suelo conocer a la gente la cual mantengo relaciones sexuales.

Escucho como la persona que esta tumbada a mi lado se remueve en el colchon. Miro discretamente y lo veo mirandome con una sonrisa.

Me subo más la manta e intento taparme más.

-Nos hemos acostado...-susurro.

La sonrisa enseguida se desvanece. Es que.. ¿qué se creía que hacía desnuda en su cama?

Susurra "Miriam" en voz baja.

Tomlinson, ¿qué me haces? Te odio.

Escucho pasos cerca de la puerta. Me tapo imposiblemente más. Y el rostro de su madre aparece por la puerta. De un color moreno pasa a estar blanco como la leche.

-¡¿Qué haces aquí?!-me destapa.

Cubro mi cuerpo con la camiseta de Louis, que por suerte es ancha.

-¡Fuera de mi casa!-suelta un grito histérico que resuena por toda la casa.

Su hermano pequeño y su padre suben corriendo a ver que le pasa.

Mi cara se vuelve roja como la sangre. Oh dios mío, es el momento más incómodo de mi vida.

Johannah me coje de la muñeca y me arrastra fuera de la habitación. Gritando cosas sin sentido. Mientras que somos seguídas por un Louis con calconcillos, un niño asustado y un padre confuso. Genial Tomlinson, decías que estaríamos solos. Y solo era fumar...

Abre la puerta de casa y tira mi ropa a la calle, con toda la mala suerte que cae en un charco de barro. Muy bien, me he lucido.

-¡Ahora véte, y no vuelvas!-me empuja hacia la calle.

Tropiezo con los escalones de la puerta y caigo en el mismo sitio que mi ropa.

Antes de salir me habia quitado la camiseta de Louis, por lo tanto estoy en medio de la calle en ropa interior.

Escucho los gritos de Louis dentro. Aún estoy sentada encima del charco, y afortunadamente, no hay nadie. Aún así me hago bolita abrazando mis piernas y me quedo quieta sin saber que hacer.

Escucho un portazo, y deduzco que es de la planta de arriba.

Segundos después la puerta principal se abre.

El chico castaño aparece ya vestido y con una camiseta y unos calconcillos en la mano.

-Toma.-me tiende la ropa.

Niego con la cabeza. No pienso perder mi dignidad.

-Todo esto es culpa tuya.-le acuso con el dedo.

El niega divertido y me lanza la ropa.

-¡Joder Louis! ¡para ya de una puta vez! Si no me hablaras no me hubiera acostado contigo y todos estaríamos felices...

Hace una mueca de disgusto y me ayuda a levantarme. Me guia hacia su casa con la mano apoyada en la perte superior de mi espalda.

Le miro seria. ¿Qué hace? Y como por arte de mágia adivinando mi pregunta, responde:

-Me da igual mi madre.

Subímos las escaleras en silencio.

Si no fuera porque Louis me agarra, me hubiera ido. Bueno, tengo la extraña sensación de que quiero quedarme. Pero mi cabeza dice que no. Estoy hecha un lío.

-Duchate y vistete con esto.

Entro sin rechistar. No tengo ganas de nada.

***

Abro el grifo y dejo correr el agua mientras me desvisto.

El agua moja cada parte de mi cuerpo.

Aquél dolor insoportable de cabeza vuelve de nuevo.

Me quedo de rodillas aguantandome la cabeza fuertemente.

Nóto como el grifo es cerrado y una manta cubre mi cuerpo. Seguído los fuertes brazos de Louis me cargan hacia su cama.

-¿Estás bien?-pregunta amigable.

Niego y bajo la cabeza. Paso de que vea mi aspecto, aunque ya lo haya visto.

Tengo el rimel y el eyeliner por las mejillas y mi pelo chorrea. Es disgustante.

-¿Llamo a un médico?-me levanta la barbilla para que le mire.

Niego. Es un no rotundamente. Susurro un "quiero irme a mi casa". Cojo mi ropa interior, manchada de barro y me la pongo.

-Mejor ponte mis calzoncillos. Por suerte el sujetador no se ha manchado.

Niego otra vez. Noto sus manos rozar mis muslos y seguído bajan mis bragas. Me tapo con la toalla.

-¡¿Qué haces desgraciado?!-le pego un tortazo.

El se echa a reír. Yo no le veo la gracia.

Su madre interrumpe sin llamar a la puerta.

Nunca he visto cara de asco más grande que esta. Louis esta tumbado en la cama, se ha quitado la camiseta. Y yo estoy semidesnuda.

-La gente sabe disimular.-sonrio falsamente.

Johannah se gira y se va ignorandome.

Me pongo mi sudadera y mis pantalones, me da igual que esten manchados de barro, simplemente quiero irme.

Salgo de su casa, pasando delante de sus padres y hermano sin prestarles atención. Cierro la puerta de un portazo. Noto como se abre y sale Louis detrás mío.

-Louis, déjame en paz.-me aparto de él.-¡Estáis todos locos! Tu madre, es una puta loca, tu hermano un gilipollas, tu padre no lo sé, por qué no lo conozco, ¡ni ganas! Y tú...-suspiro frustada.

-Lea, joder...-me interrumpe.

-¡Tú eres un puto bipolar! En un momento me tratas bien, y al segundo me haces quedar mal. Louis, escuchame muy bien...-digo apenas en susurros.

Los pinchazos comienzan ha aparecer de nuevo en mi cabeza, pero me da igual. Cierro los ojos para concentrarme y al abrirlos, Louis esta a medio centimetro de mi. Me penetra con sus grandes ojos claros y su respiración choca con mi boca.

-Desaparece de mi vista... Véte lejos de mí... Te odio... No te quiero ver más...-las palabras se van quebrando para acabar en un suave llanto.

Louis intenta impedirmelo.

-Adiós.

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No me gustan los fantasmas, me asustan lol.

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