capítulo 21.

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Ya son las nueve de la noche. Ahora si que ya estoy segurísima de que Louis no va a venir. Nunca más entro en un hospital. ¡Qué aburrimiento! No hay nadie para entretenerme.

Hago ruidos raros con la boca. Lo único que tengo para divertirme. No tengo el cargador del móvil y la poca batería que tenía la gaste al llamar a Louis.

David entra a la habitación. ¡por fin compañía!

-Oye, ¿cuando puedo irme?

Suelta una carcajada. ¿y lo gracioso? No he hecho ningun chiste.

-En teoria ya puedes salir.-hago un gesto de victoria.-Pero hay un problema: eres menor de edad. No podemos contactar con tus padres.

-Es que mi madre no sé donde esta. Y mi padre es un hijo de puta. No cal que habléis con él, que encima se enfada más.

-Lea, aunque no lo creas, es tu padre y te quiere.

Río. ¿Quererme? Nunca.

-Y bueno, necesitaríamos un tutor mayor de edad que firmara unos papeles. ¿y el chico que estaba antes? Ese es mayor de edad, ¿no?

-sí, pero se enfado. Y no tengo a nadie más. Firma tu.-el niega divertido.-Bueno, pues no saldré nunca, y eso implica no quedar contigo.

Me cruzos de brazos indignada. Sé que va a aceptar. Se le nota.

-Esta bien... te llevo a casa, te cambias y salimos, ¿trato?

Asiento sonriendo mientras me levanto sacudiendome de no sé el que.

Espero en la sala de espera, mientras David firma unos papeles.

El se acerca a mi, me coje de la mano y salimos.

¿Eso es dulce? Por qué no me crea ningun tipo felicidad. A lo mejor soy alérgica.

Me subo en su coche. Nada mal para tener tan pocos años. Tiene un coche de puta madre, seguro que tiene dinero.

-¿Eres rico?-pregunto incrédula.

-Mas quisiera, guapa. Simplemente, dejemoslo en que he heredaro gran parte de mis abuelos.-y ríe.

Asiento. No pienso decir nada al respeto. Yo no me alegre cuando se murieron mis abuelos.

Le doy la dirección de mi casa y después de que arranque, enciende la radio. Intentando que asi se disuelva el incómodo momento.

Aparca delante de mi casa, me bajo despidiendome y el me hace un seña de que espera.

Subo las escaleras corriendo, toco la puerta y Agustín me abre. Tiene un aspecto desagradable, mas bien asqueroso. Esta con calzoncillos y una camiseta ajustada blanca, remarcando sus musculos. La barba le comienza a crecer, lleva una cerveza en la mano.

Se rasca la barbilla y me mira asqueado. Le esquivo. Y al entrar el cierra la puerta y me arrincona en la pared.

El aliento le huele a alcohol. Esta borracho, demasiado borracho. Los ojos estan rojos y adornados por unas grandes ojeras.

Ya sé de que herede el beber.

Roza sus labios con mi cuello. Intento apartarle, pero el solo se apega más a mi. ¿A caso me va a violar?

Sube sus besos hacia mi barbilla, dejando un rastro de besos.

Vale, esto me esta comenzando a poner nerviosa. Pero no pienso echarme a llorar, no quiero que me vea débil, aunque lo soy. ¿la verdad? Tengo ganas de llorar, de morirme, de retorcerme y escapar.

Angels to fly ❁ L.TWhere stories live. Discover now