Angels to fly ❁ L.T

capítulo 51

LOUIS POVS:

Camino cogido de la mano de Lea. Sé que esta demasiado nerviosa. Lo noto por la pequeña capa de sudor de sus manos y sus pasos temblorosos y cobárdes. La miro de reojo, se muerde el labio fuertemente. Se acabará haciendo daño. Pongo el dedo índice en su mejilla, rozando la comisura de sus labios, y el pulgar en el mismo sitio pero del otro lado, los apreto un poco haciendo que la boca de la chica se abra un poco y tenga que soltar su labio.

-Te harás daño.-asiente enseguida y baja la cabeza.

Entramos al principio de su calle, se para en seco y tira un poco de mi mano. Me doy la vuelta y la miro. Niega temerosa. Sonrío y estiro de su mano para que camine. Su edificio se planta enfrente nuestro y abro la puerta-la cual esta abierta porque sí-y entro. Lea deja de agarrar mi mano y da un paso hacía atrás.

-¿Tanto miedo tienes?-asiente. Doy un gran paso para delante y la abrazo fuertemente. Murmura algo, pero la callo.-Shhh... yo estoy aquí.

Me abraza fuertemente y la oigo llorar.

-Solo es una casa, yo estoy contigo. Cogemos tus cosas y nos vamos, ¿vale?-le susurro suavemente.

Afirma con la cabeza y tras armarse de valor, entra en el piso arrastrandome de la mano. 

Mete la llave por la cerradura, todo esta muy silencioso, lo que me hace relajarme. Pero me equivoco. Una nube de olor a porro se me mete por la nariz. Aguanto la respiración, y camino despació. Esta vez, Lea vuelve a estar detrás de mi, escondiendose. Hay una gran mesa redonda en el salón, con cuatro chicos: el padre de Lea y tres más. Los cuatro miran concentrados sus cartas, pero dejan de mirarlas y levantan la vista para observarnos.

-¿Qué coño hacéis aquí?-salta el chico.

Él y sus amigos estan bastante corpulentos, lo cual me deja inactivo y me quita toda mi confianza. Ninguno de nosotros dos dice nada, Lea apreta mi mano, dejando reflejado el pánico que tiene. Le miro a la cara y arrastro hasta a Lea hasta su habitación donde al entrar cierro con pestillo. Seguros.

Cojo una mochila que tiene tirada por el suelo y comienzo a meter toda su ropa en el armario.

-Date prisa, Lea.

La verdad es que tengo miedo, no quiero imaginarme que pueden hacer si tardamos en irnos. Lea mete un montón de braguitas, calcetines y sujetadores en la mochila. El armario queda casi vacío, a excepción de algún que otro vestido de fiesta. Me cuelgo la mochila en el hombro y vuelvo a cogerle la mano a Lea. Voy a abrir la puerta, pero Lea me hace un gesto de que espere, se agacha debajo de su cama y saca un adorable peluche de un gato. Esta vez, abro la puerta sin ningun impedimento. Los cuatro hombres nos vuelven a mirar y Agustín se vuelve a levantar, esta vez tirando la silla al suelo. Parece enfadado.

-Iros de una puta vez.-se acerca lentamente hasta nosotros.

-Ya nos vamos, ¿no lo ves?

Me armo de valor. Noto la sangre hervir por todo mi cuerpo, a causa del odio y el asco que le tengo. Vuelve a dar un paso para delante y le imito, quedando cara a cara. 

-Mira niño de mierda, de mi no te rías, que te pego y te mato. Te crees aquí muy fuerte pero seguro que eres un puto débil mimado de mierda, que a la mínima que le levantan la mano se caga.

-Probemoslo.-digo enseñandole mi mejilla derecha con una burlosa sonrísa.

El chico levanta la mano y la cierra listo para pegarme un puñetazo. Sus nudillos son estampados en mi cara. Genial. Noto el sabor de sangre entre mis dientes. Cabreado, levanto mi puño y le doy un puñetazo en el mismo sitio que él me dió. Y como me ha pasado amí: escupe sangre. Sus ojos se han oscurecido y le sale una vena en la frente. Tal vez me arrepienta, de esta no salgo vivo. Se cruje los dedos y el cuello, me va a reventar. Pero antes de que pueda hacer nada, Lea me agarra la mano y me arrastra fuera de casa, y seguido por las escaleras, para acabar corriendo tras de ella por la calle.

-Dios Lea, ¿Qué haces?

-Impedir que te matara. No sabes lo que puede hacer, es boxeador.-suspiro.-Oh, perdona si te ha jodido, la próxima vez dejaré que te pegue puñetazos y cuando acabé llamare a la ambula...

La abrazo. No me había dado cuenta de lo que había hecho. 

LEA POVS:

Me siento en un banco. Noto la presencia de Louis a mi lado. No me quiero girar. Es raro, pero me da vergüenza mirarle a la cara, y no sé porque.

No hablo en todo el rato, y él, tampoco. El sol se comienza a ir, y la luna, comienza a aparecer.

-Parece que nos vamos a tener que ir.

Asiento y me pongo de pie, mirando a Louis mientras se levanta. Caminamos uno al lado del otro. No sé cuanto tiempo habremos pasado sentados en el banco, Louis de cara al cielo con los ojos cerrados, y yo, mirando el suelo. Aunque ninguno haya dicho ni una sola palabra, ha sido el mejor rato largo de mi vida, y todo por la presencia de Louis.

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Mrs.Hemmings x.