capítulo 37.

1.3K 70 2
                                    

La presencia de Louis sentandose en el columpio de atrás me hace quitar la sonrisa de mi cara, pero esta se vuelve a crear al verlo mirando el suelo.

-La tontería era que me besaras, pero veo que no estas de ganas. Quiero bañarme. Esa será mi nueva tontería.

El chico levanta rápidamente la cabeza y me mira curioso. No sé por qué, pero su mirada ha cambiado. Antes brillaba, y ahora... simplemente esta apagada.

Sonrio y le enseño mi lengua. El sonrie un poco, para después volver a su expresión triste.

-¿Lea, que has tomado?-pregunta incrédulo, por mi repentina actitud.

-Un porro. He aprovechado mientras dormias.

Me pongo de espaldas a él, y me quito la sudadera. Le hago una seña con la mano: abriendola y cerrando; en señal que venga, pero el niega.

Me encojo de hombros, y me quito los zapatos, tirandolos a un lado. Miro a un lado, nadie. Miro al otro, igual.

Me bajo los leggings y los tiro a un lado, seguido de estirarme y quitarme la camiseta, quedandome solo en ropa interior.

Antes de nada, me giro y miro a Louis.

-¿Vienes?

Noto como su cara esta roja, pese a la oscuridad. Y como tiene una pequeña sonrisa estampada. Sonrío y ajunto mis manos en modo de suplica, niega. Ruedo los ojos y tras echar una mirada atrás y sonreirle, me lanzo al lago.

Nado bajo el agua helada hasta que me quedo sin aire y subo a la superfície.

Respiro pesadamente por aguantar mucho. Me giro mirando a Louis y le saludo con la mano, y el me devuelve el saludo gustosamente.

Nado a espaldas hasta situarme en la parte del lago más cerca de los columpios.

-Venga vamos, bañate conmigo.

El niega divertido y se acerca. a mi tendiendome la sudadera. Niego. Y me vuelvo a hundir en el agua.

La fría agua hela todo mi cuerpo y me hace estremecerme. Pero se siente tan bien...

Salgo del agua en la otra punta del parque y camino dando pequeños saltitos; por el frío hasta Louis.

El me tira la sudadera y me la pongo por la ropa interior mojada aun tiritando de frío.

Me siento en un banco y me hago una bolita apoyando mi cabeza en el respaldo.

-Menuda tontería... escucho su voz detrás mío.

Me giro y le miro. Sonríe. Le indico que se siente a mi lado y el saltando el respaldo, se posiciona detrás mío. Me incorporo y tras ponerme la capucha, me apoyo en su hombro.

Miro su pecho subie y bajar a medida de que respira.

Giro un poco mi cabeza depositando un suave beso en su cuello.

Suspira por lo que doy a entender que acaba de sonreie. Le miro de reojo y compruevo que tenía razón.

Me levanto y camino hasta cojer los leggings y la camiseta. Me quito de nuevo la sudadera, me pongo la camiseta y de nuevo la sudadera. Y los leggings me los enrollo en el cuello, como una bufanda.

Me siento en las piernas de Louis-el cual estaba mirando el cielo concentrado-una a cada lado de su cadera.

Le doy un cálido beso en la barbilla, para dejar después un caminito de besos de su barbilla a la comisura de sus labios. Siento como se estremece bajo cada beso que le doy.

-Lea... para...-susurra casi sin voz. Sonrío y comienzo a darle besos dirigiendome a su oreja.-Lea... no sabes lo... que haces...

Me muevo de arriba a bajo restregandome contra su entrepierna, esperando a que crezca su miembro.

Muerdo el lóbulo de su oreja y Louis suelta un pequeño gemido. Jadeo al notar como despierta su amigo, y me forto más contra él.

-¡Lea, joder!-grita ya desesperado.

Levanto mi mirada y veo su cara de desesperación: sus ojos estan terriblemente cerrados y los aprieta con fuerza, igual que sus labios.

Respira con dificultad y su pierna se mueve de arriba a bajo nerviosamente. Sus dedos tambalean en la madera del banco y de vez en cuando remoja sus labios para morderlo y volver a apretarlos.

Me acerco a sus labios y los rozo, torturandolo y después llevo mi boca a su oreja, en la cual susurro:

-No sé por qué quieres que pare, si sabes que te gusta.

Gime y noto su frente sudar. Me río cerca de su oreja y vuelvo a dejarle un suave beso.

-Emborrachemonos y dejemonos llevar.

-No.

-¿Por qué?

-Porque sé que después te arrepentiras, y te alejaras de mi. Además, no quiero hacerlo contigo asi, ya lo hicimos una vez, y quiero que la próxima vez, si hay, sea algo especial.

Resoplo y me levanto de sus piernas para sentarme en el banco.

-¿Tienes dinero?

Corto el incómodo silencio. Asiente. Meto la mano en su bolsillo y saco su cartera.

Comienzo a contar monedas, cuando cuento los euros en monedas, y ver que tiene 4, cuento los centimos de 50 y miro que tiene en total 6, dando 3 euros. Abro el bolsillo grande y miro que tiene un par de billetes de veinte euros.

-Genial, nos da para una botella de whisky y una de fanta. Con eso nos emborrachamos tu y yo.

-Claro que no.

Me quita la cartera marrón de las manos. ¡Bah, que aburrido!

Me levanto un poco sacando una pequeña bolsita trasparente del bolsillo de la sudadera. Vuelvo a meter la mano, y saco una pequeña cajita redonda con pinchitos para aplastar la hierba y hacerla más fina. Abro la pequeña bolsita que no ocupa más de dos dedos y pongo el papel en mi boca para que no se vuele, y aboco la hierba en un lado de la cajita redonda. La ajunto y comienzo a dar vueltas para picar.

Pongo en papelito en mis piernas y pongo como una raya la hierba previamente picada, lo enrollo y lo chupo en un lado para pegarlo.

Me lo pongo en la boca y comienzo a rebuscar en el bolsillo un mechero.

-Hostia puta, ¿tienes un mechero?

Louis, que aún sigue con cara de tonto niega. Bufo cabreada y afortunadamente encuentro una caja de cerillas.

Cojo una y la paso deprisa por el lateral creando fuego. La acerco al porro y lo enciendo. Muevo la mano para delante y para atrás y la cerilla se apaga. La bufo por si acaso y la tiro en un lado.

Tomo una calada, y tras aspirar el aire, lo suelto. Y así calada tras caladas, viendo como el papel se va quemando igual que la maría y el porro se va haciendo cada vez más pequeño.

-Joder Lea, que huele mucho.

Me encojo de hombros y río fuertemente.

-Además, me cago en to... ¡Te dije que no hicieras nada más!

Me vuelvo a cojer de hombros, y tras dar una última calada, lo acabo.

-¿Tengo los ojos rojos?

-Sí.-contesta secamente.

Miro el cielo y en un cable que une un palo de electricidas con otro, veo unos zapatos colgados en el cable. Sonrío y me acerco a Louis.

-Mm... a ver si estoy de suerte, y me encuentro a un camello debajo de esos zapatos. Que se me ha acabado.

El solo resopla y se gira para darme la espalda. Bipolar.

TAMBIEN COMENTAR AQUI BC SI NO ME QUEDO SOLA LOL.

Angels to fly ❁ L.TWhere stories live. Discover now