capítulo 34.

1.4K 80 9
                                    

Muevo mi pie derecho de arriba abajo. Nerviosa. Mantengo siempre el mismo ritmo. Lo levanto para arriba; la aguja del reloj se mueve, un segundo. Para abajo; se vuelve a mover, otro segundo.

Resoplo. Y me vuelvo a mover buscando otra postura. El estar sentada con los brazos en las rodillas y mis mejillas apoyadas en mis manos ya me harta: tengo el culo plano. Me resbalo por la silla hasta apoyar mi espalda, y estar mi culo casi en el aire. Abro las piernas, espatarrandome y pongo mis brazos detrás de mi cabeza. Oh si, esta posición me gusta.

Vuelvo mi mirada en el reloj, el cual parece que la aguja de los segundos va para atrás, no adelantando este. Esta vez, el ritmico movimiento, lo hago con el dedo indice de la misma mano que el pie: la derecha. Solo que en vez de dar golpes en el suelo, los doy en mi cabeza.

El profesor de guardia se entretiene con un librito de crucigramas.

Cuando estoy a punto de explotar, parece que alguien escucha mis súplicas y la alarma suena. Me levanto al primer segundo de escucharla, y antes que se acabe, ya estoy corriendo a la salida.

Por suerte, soy una de las primeras en salir, y no me encuentro el montón de alumnos que se hacen peloton al querer salir los primeros.

Como es la semana del trabajo por las tardes no hay instituto. Y contando que me he saltado las primeras horas, ya es hora de descansar.

Camino dando pequeños saltitos de alegría. Me siento feliz, no sé el por qué.

Llego en frente del portal, he llegado antes de lo que creía.

Subo las escaleras corriendo, meto la llave en el agujero, y con un movimiento, la puerta se abre. Entro aún sin perder esa pequeña felicidad que recorre mis venas. Y cuando veo a Agustín sentado en su típico sillón, con una cerveza en la mano, y otras por el suelo vacías y llenas, me quedo en shock. Estática. No sé que hacer. El miedo vuelve a mi, otra vez. Como nunca antes. Es increíble, me ha intentado violar, me ha pegado una paliza, más otras cosas, y aun así, nunca había experimentado ese miedo. La sangre baja a mis pies, y enseguida noto que me pongo pálida. Tanto, que pierdo las fuerzas. Noto que me voy a caer en algún momento y me agarro en el sofá. El parece no haberse dado cuenta aun de mi presencia. Todavía estoy a tiempo de darme la vuelta y salir de casa. ¡Vamos Lea, tu puedes! Y con ese ánimo que me doy a mi misma, recupero la fuerza mínima como para caminar y poder salir de aquí. Me doy la media vuelta sobre mis talones, pero algo me hace tropezar. El jarrón que rompió esta mañana aún sigue en el suelo, roto, hecho pedazos. Antes de que pueda recuperar el equilibrio, caigo desplomada en el suelo dandome un fuerte golpe en la cabeza.

-Joder...-digo agarrandome la cabeza.

Seguro que ahora tendre un morado. Algo cae por mi frente. Me apoyo en la pared, y me pongo en pie. Agustín esta girado en el sillón mirandome fijamente. Su mirada me mata, a saber en que piensa.

Bajo mi cabeza, y miro el suelo. Unas gota roja cae desde la altura donde estoy yo al suelo. Haciendo que me toque la frente y me mire la mano. Estoy sangrando. Genial...

Me limpio la mano en el pantalon, y tras echar una rápida mirada a la puerta de mi habitación, intento correr para encerrarme ahí.

Unas fuertes manos apretan mi cintura aercandome a su desnudo torso. Cierro los ojos, muerta del pánico y me tapo la cara, para que no me vea llorar.

-Oh vamos, ahora me dirás que no te gusta follar.-su mano viaja desde mi cuello hasta mi cadera, para comenzarla a acariciar despacio.

Se mete por debajo de mi short, haciendo que sus dedos salgan por la parte de arriba.

-Pa... para, por favor...

Su risa retumba por toda la pequeña sala hasta acabar por colarse en mis oidos.

-No te oigo, ¿Qué dices?-su mano pasa de acariciar mi cadera para apretar mi muslo interior. Grito de dolor.-¿Que te folle? Eso hare...

Y en ese momento, es cuando me derrumbo: lloro. Sin importarme cual alta sea su risa y como me mire, como si yo no fuera persona, como si fuera un objeto. Cierro los ojos, no queriendo ver lo que me va a hacer.

Aprieto mis labios, al menos, asi no es seguro que me bese. Pero me equivoco, lo primero que hace es capturar mis labios. Los aprieto todavía más, pero su lengua pasa por mi labio inferior dejando rastos de su saliva.

La puerta del ascensor se abre, escuchandose el ruido a lo lejos. Abro a boca para girtar, pero eso es un fallo, ya que doy permiso para que Agustín capture mi labio inferior comenzando a aspirarlo, como si tratara de hacer un chupeton en el. Su boca desciende desde mi labios a mi barbilla, seguido de mi cuello. El cual se toma su tiempo pasando su lengua por todos los rincones. Su lengua traza redondas en un sitio permanente. Clava sus dientes y comienza a aspirar. Me estremezco al notar sus dientes raspar.

El se dedica a hacer un chupeton mientras que con sus manos me va subiendo la camiseta. Una mano se cuela por la copa del sujetador, agarrandome un pecho y dandole un fuerte apreton. Grito de dolor.

Sus piernas se cuelan entre las mias, las abre para abrirme a mi. Deja de chupar mi cuello, y yo aprovecho para tocarme la parte en la cual el se ha centrado más. Escuece. Mi mano es llevada a mi frente, la cual parece que ya ha dejado de sangrar. El sonido de la cremallera bajarse, es la prueba definitiva de llevarme a la realidad, y solo poder pensar: Ahora sí, ahora me va a violar.

Sin miedo, abro la boca para gritar, grito con todas mis fuerzas, como si estuviera en un concierto, solo que esta vez es de miedo. Y solo hay una cosa que falla: que mi voz no sale. Me llevo las manos al cuello y grito de nuevo. Nada. Comienzo a desesperarme. Él esta ahí, en la cocina, buscando algo, hasta que lo encuentra: nata. Mi cara, imposiblemente se desencaja más. Me va a untar con eso y después chupar. No es la primera vez que lo hace, de eso no hay duda. Lo sé por los restos de nata que hay en el sofá. O por el sonido que se escucha cuando folla con una mujer en la habitación. Se va acercando poco poco a mí. Sabe que no puedo hacer nada. Va lentamente, como si disfrutara del momento; mientras mueve el bote de nata de arriba a bajo, en la parte central de su cintura, hace un movimiento de llegar al orgasmo y deja caer un poco de nata. Como si el bote fuese su pene y la nata el semen. Oh no, no voy a pajear a ese tío.

Y por el miedo que tengo, o una súper fuerza escondida, que nunca antes había visto, me seco las lágrimas, me bajo la camiseta, y entro a mi habitación. Y ya esta. Lo he conseguido. Pongo el pestillo, y escucho los golpes en mi puerta.

-¡Habre hija de puta!-golpe- ¡Solo te voy a tratar como lo que eres, una puta!

No digo nada y me dejo caer en mi cama.

Hey. Pues no hay 5 comentarios. Y la verdad, con todo mi amor: no me gusta. O sea, es una tonteria, pero me sienta mal esto de que yo me lo curro y la gente no comenta ni vota. Al menos los votos mejores que los comentarios:-) Pero bueno, hay visitas, y al menos la gente lee.

Y ahora, quiero que comenteis:

1- ¿Queréis que violen a Lea? Sinceramente, yo no. Pero, a lo mejor hay gente que si. Y será lo que a mayoría quiera(si comentais lol) Y pues, ls história no cambiara, a ver, tengo las dos partes pensadas, y solo cambia en la parte de si la violan o no. Lo otro es igual, so... lo que queráis:-)

2- ¿Queréis que haya pelea? Ahí lo dejo, como queráis.

3- ¿Qué creéis sobre los sentimientos/pensamientos de Lea respecto a Louis?

Y sí, esto lo hago a ver si comentáis más lol. Pero no srsly, lo hago para saber vuestra opinion. Y BC HE SIDO BUENA Y SOLO HABIAN TRES COMENTARIOS Y HE SUBIDO.

LUKE YA TIENE 18 QPWUBDVDHDHDHDU YA ES MAYOR DE EDAD. PARECE QUE FUE AYER CUANDO SUBIÓ SU PRIMERA COVERD:

LEER VOTAR Y COMENTAR(sobre todo) Y LEER EL POCO FANFIC DE NIALL QUE NO SÉ CUANDO COMENZARE A SUBIR LOL.

Mrs.Hemmings xx

Angels to fly ❁ L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora