BROOKLYN.

Capítulo 1.

BROOKLYN, AÑO 2005.

"— ¿Esto es todo el dinero? —Gritó molesta moviéndose de un lado a otro, haciendo crujir las viejas tablas del piso—. ¿¡Fue toda la mierda que pudiste conseguir?!

Mi pequeño y delgado cuerpo temblaba cada vez que ella ocupaba ese tono voz tan agresivo. El miedo se apoderaba de mis entrañas y sabía que me iba a ganar una paliza cuando me miraba con esos grandes ojos azules.

—Lo siento mami —susurré con miedo, sintiendo como mi piel se tornaba chinita—. Nadie quería comprarme los dulces.

Pasé horas sentado en la esquina de la calle Nermes, suplicando en mi interior para que alguien se apiadara de mí y me comprará algo. Hacía tanto frío que mis manos y pies estaban congelados, el invierno estaba en su punto más crítico y yo solo llevaba una chaqueta delgada con hoyos en los brazos. Quería irme, pero sabía que no podía volver a casa sin algo de dinero.

— ¿Sabes lo que le pasa a mami cuándo no obtiene dinero? —Estaba tan cerca de mí que podía oler su aliento, sabía que había bebido de ese líquido color miel—. ¡Yo necesito ese dinero! ¡Me muero si no lo tengo! ¿No te das cuenta?

No quiero que rompas las cosas, mami —mis ojos llenos de lágrimas le rogaban para que no destruyera las pocas cosas que teníamos—. Trabajaré más duro mañana.

Sin importarle mis disculpas ni el temblor en mi voz, me tomó del cabello tirando con fuerza, por segundos creía que iba a desprendérmelo por el dolor tan intenso que sentía. Mis gritos y sollozos no le importaban, no le importaba hacerme sufrir.

— ¡Lo quiero ahora! —Apretó mis brazos con fuerza marcando sus dedos en mi blanca piel—. ¡Eres un inservible, Kyle! ¡Ocho años encargándome de ti y mira cómo me lo pagas! ¡Te odio, joder!

—Perdóname mami —murmuré entre sollozos, con los labios temblando. Su cachetada me hizo callar por el golpe en sí mismo y por el que me di en la cabeza al caer al piso—. ¡Muérete pronto, eres un puto estorbo! —Escupió llena de ira. Cerré mis ojos tratando de calmar el dolor de mi cabeza—. Iré a mi habitación y pobre de ti que vayas a molestar.

Los hombres entraban y salían de la habitación y me miraban con lastima, pero yo no sabía el porqué. Sabía que mamá estaba enferma y que por eso llamé para pedir ayuda.

Una policía me tomó de la mano y me saco de la casa sin decirme nada. Yo solo obedecí porque sabía que no podía reclamarle a una oficial de policía.

—Sube al auto, todo estará bien —dijo con voz suave.

Me subí y ella cerró la puerta para quedarse parada junto al lado del auto. Los minutos pasaban y yo solo quería ir a mi habitación. Fue entonces cuando supe que mi mamá había muerto por la manera en que la estaban sacando de esa camilla. Lo sabía porque hace unos meses había visto como sacaban al señor Tate cuando murió.

Golpee la ventana con los ojos aguados, atrayendo la atención de la oficial.

— ¿Qué sucede? —preguntó al abrir la puerta, mirando mis ojos esmeraldas llenos de lágrimas.

—Mi mami murió, ¿cierto? —pregunté, viendo como metían la camilla dentro de la ambulancia.

—Estarás bien...—dijo, pero sabía que mentía.

— ¿Qué haré yo solo?

—Irás a un lugar con muchos niños —me sonrió—, podrás hacer nuevos amigos, ¿te parece?

—Sólo quiero a mi mami.

—Lo siento, pequeño —dijo y se acuclilló frente a mí, tomando mis manos—. Recuerda esto: nadie puede herirte si tú no se lo permites. Tienes que ser fuerte y pensar en ti cuando estés ahí dentro. Tienes que ser inteligente."

Fue lo último que quedó grabado en mi memoria de esa noche. Después de eso caí en un orfanato donde me quedé hasta los catorce años. Al ir creciendo me di cuenta lo que había vivido siendo solo un niño. Mi madre, era una drogadicta que me obligaba a trabajar para costear sus asquerosos vicios. Esa noche, ella había muerto de una sobredosis.

Aquella oficial me había dado la regla de mi vida: "Nadie puede herirte si no se lo permites". "Se fuerte y piensa en ti" así lo he cumplido. Me convertí en la víbora de Brooklyn.

¡Primer capítulo!♥

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