Capítulo 17.

29K 1.8K 398
                                    

JONAS.

—Estamos bien, ¿no? —alza las cejas—. ¿Cuál es la necesidad de ponerle nombre a esto?

—Porque necesito saber que ya no estás jugando —me muerdo ligeramente los labios.

—No lo estoy —niega—, te he dicho que me gustas, y lo digo de verdad.

—Pero...

—Jonas, por favor —blanquea los ojos—, no me presiones con esto..., ya me es difícil...

—Lo sé, lo siento —término suspirando y volviendo a sentarme en el sillón. Mañana tengo todo el día libre, lo que me recuerda que tengo que buscar un lugar donde quedarme—. Necesito buscar un apartamento. ¿Quieres ayudarme?

—Claro —me sonríe.

Tomo su mano y lo jalo para que se siente. Noto las costras en sus nudillos y los acaricio con suavidad.

— ¿A quién golpeaste? —termino dejando que mi curiosidad me invada.

—A Jack —levanta los hombros como si estuviéramos hablamos de darle un abrazo a alguien—, me la debía el hijo de puta por botarme de la moto. Le pude dar una mejor paliza, pero llegó el capullo de su hermano a ayudarlo.

— ¿Y no te golpearon? —pregunto un tanto sorprendido ya que no hay ningún golpe en su rostro.

—Joder, eres demasiado tierno para mí —siento la emoción correr por mi cuerpo por esas simples palabras—, ¿es que nunca has escuchado hablar de mí?

—Solo algunas cosas —me encojo de hombros.

— ¿Qué cosas? —arruga ligeramente el ceño.

—Bueno...—alargo la palabra—, básicamente que me mantenga alejado si no quiero problemas.

—Creo que no hiciste caso —se ríe y me pellizca el abdomen, haciéndome reír también.

—Creo que no —aprieto los labios, negando con la cabeza.

Acerca sus dedos a mi mandíbula y los desliza con cuidado sin quitar la vista de ahí como si estuviera muy concentrado. Me da pequeños escalofríos por lo bien que se sienten sus dedos tibios en mi piel.

—Aún tengo sueño —susurra, esta vez mirándome a los ojos—. ¿Quieres tumbarte conmigo?

—Sí trago en seco por su cercanía.

Ambos nos levantamos y terminamos tirándonos a la cama como un par de focas. Sonrío embobado al ver como abraza una almohada y cierra los ojos como un niño chiquito.

Me fijo en una caja fuerte debajo del mueble de televisión, me pregunto que tendrá guardado ahí que sea tan importante como para tenerlo bajo llave. Aunque me carcome la curiosidad, lo dejo estar.

Paseo mis ojos por su habitación, dándome cuenta de los libros ordenados en una esquina. Kyle no parece una persona que disfrute de la lectura y tal vez esas pequeñas sorpresas de él, me hacen quererlo un poco más. Me aseguro de que se ha quedado dormido y me levanto para mirar los títulos de los libros. La mayoría son familiares para mí, "Matar a un ruiseñor" era mi obsesión cuando apenas tenía diez años. Ni siquiera sé porque me gustaba tanto.

— ¿Por qué ves mis cosas? —me asusto un poco por su repentina habla y me acerco a él para sentarme a su lado.

—Lo siento —respondo tímido, pasando mis dedos por su cabello desordenado—. Solo tenía curiosidad, ¿en serio te gusta leer?

— ¿Por qué el tono de sorpresa?

—Pues... —aprieto los labios sintiéndome un poco nervioso. No ha sonado muy amable su pregunta—, no pareces alguien que lea.

BROOKLYN.Kde žijí příběhy. Začni objevovat